Este artículo se publicó hace 2 años.
Los países llegan a la Cumbre del Clima sin los deberes hechos y con un planeta cada vez más caliente
La mayor parte de los Estados no han actualizado sus hojas de ruta para descarbonizar sus economías y la ONU ya ha alertado de que las temperaturas subirán más de 1,5ºC para finales de la década si no se recortan más las emisiones de CO2.
Alejandro Tena
Madrid-
El reto de evitar que el termómetro del planeta suba más de 1,5ºC está más lejos que nunca. Las políticas que los países han desplegado en el último año no están contribuyendo de manera determinante a rebajar la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera y, de seguir así, el clima global alcanzará el punto de no retorno. En ese contexto, los países llegan a la Cumbre del Clima de Egipto, la COP27, con mucho margen de mejora.
La forma con la que las Naciones Unidas analiza si los países cumplen o no son los llamados Compromisos Determinados a nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés). Estos documentos deberían de haber sido actualizados por todas las delegaciones que participan en el encuentro de Egipto. Sin embargo, sólo 22 de los 192 Gobiernos que ratificaron el Acuerdo de París han presentado nuevos documentos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, según los datos recopilados por Climate Action Tracker. De esas naciones que sí han hecho los deberes, sólo una, Australia, habría incrementado la ambición de sus políticas para frenar la subida global de temperaturas.
La propia ONU, a través del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), ha sido contundente y ha instado a los países a comenzar a actuar. En un informe científico publicado en la semana previa al inicio de la COP27, la institución estimaba que con las políticas y los NDC actuales el planeta se habrá calentado a finales de siglo 2,8ºC. Los países, dice el organismo internacional, están muy cerca de incumplir el compromiso de París de mantener la subida de temperaturas por debajo de 1,5ºC y la mayor parte de hojas de ruta presentadas hasta la fecha "no son creíbles".
Dicho de otro modo, para 2030 el planeta debería haber recortado sus emisiones de CO2 un 45% y con los planes publicados sólo se lograría rebajar en un 10% los gases emitidos a la atmósfera, según los datos de la ONU.
Los datos que se han ido conociendo estas últimas semanas revelan que, aunque en los últimos años se ha movilizado capital y esfuerzo para disminuir las emisiones de efecto invernadero, los NDC publicados hasta la fecha sólo estarían dirigidas hacia el 15% del total del CO2 que se emite a la atmósfera anualmente. Los cálculos de Climate Action Tracker hablan de que sólo el 28% de la población mundial se estaría beneficiando de políticas ambiciosas contra los gases que calientan la Tierra.
Europa se calienta más rápido que el resto del planeta
Las advertencias de la ciencia ya no son en clave de futuro, sino que las evidencias de la crisis climática se están dejando ver de numerosas formas. Las olas de calor que han azotado al planeta son un buen ejemplo de ello, como también lo es el inusual mes de octubre que España ha vivido, el más cálido desde que hay registros, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología.
El dato más reciente, el cual revela que las políticas públicas ya no requieren de mitigación, sino también de adaptación al nuevo escenario climático, tiene que ver con Europa. La Organización Mundial de Meteorología ha constatado en la semana previa a la COP27 que el viejo continente se está calentando mucho más rápido que cualquier otra región del planeta, 0,5ºC por década desde 1991. Es decir, la región ya habría superado el punto de no retorno que supondría superar el umbral de calentamiento de 1,5ºC respecto a los niveles preindustriales.
En términos globales, existen diversas dudas sobre cómo estaría actualmente el termómetro del planeta. Según el escenario más optimista dibujado por el IPCC, la Tierra ya habría subido sus temperaturas, al menos 1,1ºC, lo que dejaría un margen de 0,4ºC para alcanzar ese umbral considerado punto de no retorno. Con todo ello, en Glasgow, la anterior Cumbre del Clima de 2021, se apuntó que la Tierra se calentaría para finales de década 2,4ºC, por lo que el escenario es muy pesimista si se tiene en cuenta que la mayor parte de los países no ha cumplido con el compromiso de llegar a Egipto con nuevas hojas de ruta para descarbonizar sus economías.
Desigualdad climática
Las responsabilidades no se reparten de manera igual. Los datos del PNUMA revelan que los países que componen el G20, es decir, los más poderosos económicamente, son los responsables del 75% de las emisiones globales que calientan el planeta. Esta puede ser una de las claves de las negociaciones de Egipto, pues la agenda marca una importancia notable a los asuntos de igualdad y financiación para la adaptación.
En Glasgow, de hecho, el acuerdo encalló en este asunto, pues los países ricos, los que más han contribuido históricamente a la crisis climática, se negaron a incrementar los fondos para que las naciones del sur global, las más expuestas a los efectos del calentamiento planetario, puedan adaptar sus economías a la nueva coyuntura. También se debatirán otros asuntos importantes como la dotación financiera para la reparación de pérdidas y daños en los países afectados por sequías, olas de calor extremo o por la subida del nivel del mar. En todo ello, el trascurso de la COP estará marcado por la desigualdad: bloques de países desarrollados que rechazarán incrementar las ayudas y, de frente, naciones insulares, latinoamericanas o africanas que reclamarán un acuerdo justo.
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