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Pequeño comercio La campaña de Navidad, incierto salvavidas para el pequeño comercio

Mientras que las grandes plataformas han aumentado su venta durante el confinamiento, el 47% del pequeño comercio en Catalunya acumula pérdidas de entre el 25% y el 75% respecto al 2019

Interior de la floristería Cottage, en Barcelona.
Interior de la floristería Cottage, en Barcelona. Paula Ericsson

Paula Ericsson

Un 43% de los pequeños comerciantes están pendientes de la campaña de Navidad para decidir si cierran su negocio para siempre. La crisis del coronavirus ha tenido graves repercusiones en la salud, pero también se ha convertido en una crisis social y económica. Las grandes plataformas de venta en línea como Amazon han sido las más beneficiadas durante el confinamiento, mientras que el 47% del pequeño comercio en Catalunya acumula pérdidas de entre el 25% y el 75% respecto al 2019.

Un consumo más emocional

Mar y Joan tienen una floristería pequeña, llena de color y detalle en el carrer del Parlament del barri de Sant Antoni. Abrieron esta tienda, llamada Cottage BCN, en 2013. Allí el cliente no solo siente que compra un helecho o un ramo de claveles, sino que los floristas escuchan su historia y se preocupan. Es gracias a esta forma de ser que han generado un vínculo muy estrecho con los vecinos, el mismo que les permitió tener ventas en pleno confinamiento. "Hay gente que nos dio 50 euros y nos dijo ‘cuando volváis a abrir ya me compraré algo", explica Mar desde detrás del aparador de madera, rodeada de jarrones, flores, pero también coronas navideñas.

Mar, copropietaria de Cottage BCN: "La gente tiene una necesidad de consumir más emocional, no tan material"

Después de un 2020 muy duro, se acerca la Navidad más extraña. Para Mar, estas Navidades tienen dos factores distintos a cualquier otro año: "La gente tiene una necesidad de consumir más emocional, no tan material. Seguramente porque en la Navidad tenemos todos las emociones a flor de piel. Ahora bien, como la gente tiene menos dinero, tiene más miedo a gastar porque no saben qué pasará", plantea. Según cuenta, los clientes vienen a la tienda con ganas de llevarse algo pero tienen más indecisión. Es por eso que este año cuentan con más productos: coronas pequeñas de seis euros, de más de 20 euros, y tienen la tienda decorada con estrellas y adornos navideños de todo tipo para que el visitante pueda elegir acorde a su presupuesto.

Pero no todo el mundo tiene la misma suerte que Mar y Joan, que han podido aguantar el golpe gracias a la lealtad de los vecinos. Un 43% de los pequeños comerciantes están pendientes de la campaña de Navidad para decidir si cierran su negocio para siempre. Así lo recuerda el presidente de PIMEC Comerç, Álex Goñi. Insiste en la importancia de esta campaña, en riesgo debido a la última decisión del Procicat, que no autorizó el cambio a la fase 2 para esta semana del 7 de diciembre. "Estamos pasando un año muy malo, la decisiones que se tomaron implica que los centros comerciales continúen cerrados y que siga el confinamiento municipal", explica Goñi. "Esta será una Navidad muy incierta. No tenemos muy buena sensaciones. Estamos en manos de un virus al que nadie le ha puesto freno aún", reconoce. Por otro lado, la directora General de Comerç, Montserrat Vilalta, insiste en tener confianza. "El consumidor tiene muy claro que quiere ser responsable y saber dónde impacta su gasto en su comunidad", apunta.

La campaña de Navidad, en la cuerda floja

"La Navidad supone el 40% de nuestro beneficio. Si esto no se produce, en vez de haber un 12% de establecimientos que han cerrado para siempre el porcentaje subirá en enero o febrero a más del 30%", afirma Goñi. Además de los centros comerciales cerrados, el mantenerse en la fase 1 pocos días antes de Navidad dificulta las ventas en los municipios más pequeños. Por su parte, Vilalta detalla que el cierre perimetral afecta sobre en todo los fines de semana. "En algunos casos, los municipios pequeños tienen una afluencia de compradores de otras poblaciones en los fines de semana y en esta situación ven su venta más comprometida", apunta.

El presidente de PIMEC Comerç pone como ejemplo el caso de Molins de Rei: "Mucha gente del Papiol, Sant Vicenç dels Horts, de Sant Feliu vienen a comprar el fin de semana", explica. En ese sentido, apunta que la gente de Molins de Rei no utiliza tanto el comercio local como los visitantes de otras poblaciones, y es por eso que reclama que el confinamiento sea comarcal. "La fase 1 durará más, y eso generará mucha tensión", ha advertido.

Hay 3.000 tiendas cerradas en Barcelona y 9.000 personas sin trabajo

Por su parte, el presidente de la Fundació Barcelona Comerç, Salva Vendrell, explica que la entidad hizo dos estudios, uno en junio y el otro en setiembre: el primero indicaba que el 3,3% de las tiendas de pequeño comercio habían cerrado, porcentaje que subió hasta el 5,5% en setiembre. "Es una cifra que puede parecer pequeña, pero son 3.000 tiendas cerradas en Barcelona y 9.000 personas sin trabajo. Si la campaña de Navidad no va bien, este porcentaje se disparará", advierte. Por su parte, Vilalta especifica que los comercios más afectados en la capital catalana han sido los que tenían más dependencia con el turismo, como los del centro. "En el momento en que se reavive, su recuperación será más rápida", augura.

Black Friday

"Nunca hemos hecho Black Friday", asevera Mar con los brazos cruzados. En Cottage Bcn no hacen rebajas, solo liquidación cuando se acerca el verano, tienen que cerrar la tienda y necesitan acabar con el género. Pero, además, ni Mar ni Joan están a favor de esta campaña comercial. Tampoco lo está Goñi, quien se muestra profundamente en contra. "No vemos una relación lógica en hacer una venta agresiva antes de Navidad, cuando es la época de ventas más importantes del año. Antes se hacía la venta de Navidad y el día 7 de enero empezaban las rebajas", rememora. Por su parte, el presidente de Barcelona Comerç refuerza que hacer promociones antes de Navidad no ayuda a los pequeños negocios, pero muchas veces se hace "por mimetismo".

Adaptarse a la venta en línea

Mar y Joan, ellos ya apostaron por la venta en línea desde el inicio de su negocio. Pero es un arma de doble filo: pese a que con el coronavirus se ha acelerado la transformación a la venta digital, los principales beneficiados han sido grandes plataformas como Amazon. "Somos conscientes de que somos mediterráneos y que nos gusta tocar el género, y que compramos en línea por necesidad, pero esperemos que el público no se acostumbre mucho", apunta Goñi. "Quién no se haya subido al carro del digital estos meses lo tiene complicado", avisa Vendrell. El presidente de Barcelona Comerç reclama que las grandes plataformas paguen sus impuestos en el Estado español, porque si no, denuncia, se convierte en competencia desleal.

Joan, copropietario de Cottage BCN: "Para posicionar una web en línea, una empresa pequeña se debería gastar al mes entre 400 y 500 euros"

Con un tono más optimista, Vilalta asegura que el pequeño comercio siempre se ha reinventado, y que frente a grandes plataformas como Amazon, que no ha querido valorar, insiste en que se debe competir a través de la diferenciación. Pero Joan, mirando por encima de la montura de las gafas, critica el positivismo de la Generalitat. "Cuando tú quieres posicionar una web en línea en el gran océano que es internet, una empresa pequeña como la nuestra se debería gastar al mes entre 400 y 500 euros fijos para tener un mínimo de posicionamiento. Y eso es nada", denuncia. "Nos lo venden como que es la solución, pero en el momento en el que abrimos la persiana, toda la comunicación que teníamos a través de redes, desapareció. La gente quiere venir aquí", concluye Mar.

El cierre de los centros comerciales

Desde PIMEC Comerç se ha reclamado abrir los centros comerciales. Se reunieron con el vicepresident Pere Aragonès y el Secretari de Salut Pública Josep Maria Argimon, defendiendo que la RT subió con estos establecimientos cerrados. "Han dicho que se lo replantearán, pero no lo harán", lamenta. Por otro lado, Montserrat Vilalta defiende que las medidas se han tomado teniendo en cuenta los criterios sanitarios con la intención de "minimizar la movilidad de las personas, evitar la máxima interacción y frenar los contagios".

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