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Los trastornos de conducta alimentaria crecen un 40% desde la pandemia

Los casos de TCA suelen aparecer entre los 12 y los 21 años, si bien la mayor incidencia se produce entre los 15 y los 18 años.

La pérdida de peso en pacientes con transtorno de la conducta alimentaria (TCA) es hasta un 50% superior tras la pandemia.
La pérdida de peso en pacientes con transtorno de la conducta alimentaria (TCA) es hasta un 50% superior tras la pandemia. Pixabay

Los casos de trastornos de conducta alimentaria (TCA) crecieron en torno a un 40% durante la pandemia (entre marzo de 2019 y marzo de 2021), y los diagnósticos relacionados con trastornos mentales en los servicios de Urgencias Pediátricas se han incrementado un 10%, según los datos de la Sociedad Española de Urgencias en Pediatría (SEUP).

Los expertos señalan que este tipo de transtornos se producen mayoritariamente durante al adolescencia: la franja de edad en la que suelen aparecer este tipo de trastornos, esta se sitúa entre los 12 y los 21 años aunque "el pico de mayor incidencia se da entre los 15 y los 18 años", según Sandra Fernández, directora clínica de Arbore, centro especializado en el tratamiento de TCA y Hospital de Día adscrito a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

La directora clínica de Arbore asegura que, aunque estos problemas de salud mental afectan a ambos sexos, "son mucho más habituales en mujeres que en hombres, con una incidencia que va de 4,1 a 6,4% en ellas, frente al 0,3 a 0,7% en ellos".

Los casos de TCA detectados desde la pandemia presentan una mayor gravedad ("la pérdida de peso es hasta un 50% superior", señalan los expertos) o son diagnosticados en fases más avanzadas y en gente más joven. Además, "hasta un 61% de los casos de TCA presentan conductas autolesivas y el buen desarrollo físico y emocional de los jóvenes".

La conducta alimentaria también puede verse afectada por el acoso escolar: ser acosado se asocia con problemas emocionales y de autoestima que podrían contribuir al desarrollo o mantenimiento de estos trastornos, y, además, las burlas suelen centrarse en la apariencia, lo que lleva al aumento de la insatisfacción corporal y a la restricción dietética, que son factores de riesgo de los TCA.

Sandra Fernández subraya que el entorno familiar es "el factor clave para la detección de la enfermedad", y recomienda estar atentos a las "señales de alarma": excusas de forma continua para evitar comer, saltarse las comidas, ir al baño después de las comidas, ejercicio físico excesivo, pesarse a menudo, mareos y tensión baja, sensación de frío de forma constante o el aislamiento social y la inestabilidad emocional, entre otros.

Otras señales que pueden indicar que se puede estar ante un caso de TCA son  cambios físicos como una rápida pérdida de peso, heridas en los nudillos de los dedos como consecuencia del vómito autoprovocado, caída del pelo y aparición de vello en el cuerpo, o cambios en el aspecto de la piel.

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