Verges, el feudo anticapitalista en el turístico Empordà catalán
En un histórico territorio convergente hay un municipio peculiar, donde la CUP gobierna con mayoría absoluta desde hace una década.

Barcelona--Actualizado a
L’Empordà (Girona) es uno de los oasis de las familias adineradas de Catalunya. Un territorio con preciosas playas, algunos montes -como la serra de l'Albera, que es el tramo más oriental del Pirineo- y unos paisajes espectaculares. También con una gran historia gastronómica, y grandes masías antiguas que ahora sirven de refugio de la ciudad. Históricamente, la provincia de Girona ha sido un feudo donde la antigua Convergència -reconvertida ahora en Junts- reinaba con facilidad. Las grandes raíces catalanistas y su posición socioeconómica explican esta relación, y grandes políticos del partido salen de sus comarcas, como el mismo Carles Puigdemont.
Pero entre todas estas características se esconden algunos núcleos gobernados por la izquierda anticapitalista e independentista. La CUP ostenta la alcaldía de Verges, con cerca de 1.200 vecinos y en la comarca del Baix Empordà, desde hace justo una década -2015-, siempre con mayoría absoluta.
Con todo, no es una excepción en Girona encontrar municipios que son gobernados por la formación rupturista, situación que se da en el mismo Empordà. De hecho, su nacimiento yace en este tipo de territorios y gran parte de su fuerza también reside ahí, en el municipalismo y en zonas con fuerte arraigo del independentismo.
En un contexto de bajada generalizada de sus resultados, en las elecciones municipales de 2023 donde mayor apoyo recogió la CUP fue, justamente, en la provincia de Girona, llegando incluso a lograr la alcaldía de la capital con Lluc Salellas, el hermano del actual abogado de Santos Cerdán y antiguo diputado en el Parlament, Benet Salellas. En Verges la candidatura de la CUP logró cinco concejales, claramente por encima de los dos que obtuvieron tanto la lista de Junts como la de ERC.
Las principales fuentes de ingresos del municipio son la agricultura, la ganadería y la construcción, como es habitual en esta zona de Catalunya. Durante las dos primeras legislaturas (2015-2023) con la CUP en el Gobierno, el alcalde fue Ignasi Sabater, profesor de secundaria y detenido en el 2019 por la ocupación de las vías del AVE en una protesta por el aniversario del 1 de octubre. Debido a los estatutos de la CUP, Sabater no pudo presentarse a la tercera reelección debido a la limitación de mandatos, y ahora quién ocupa el cargo es Diana Canals, también profesora.
Un oasis anticapitalista
La actual alcaldesa se marca como reto mejorar el transporte público que conecte el pueblo con zonas donde se proveen servicios importantes, como en Palamós, municipio de la misma comarca de cerca de 20.000 habitantes y donde está el hospital más cercano. La creación de un Instituto-Escuela también es prioridad, ya que reclama la unificación de los dos equipamientos, el de primaria y el de secundaria, que están separados por 700 metros de distancia y una carretera principal en medio, pero comparten un mismo equipo directivo. Según explicaba Canals al llegar a la alcaldía, existe consenso con todas las formaciones para sacarlo adelante.
Otra de las grandes curiosidades de este lugar situado a la derecha del río Ter es que es donde se crio hasta los nueve años Lluís Llach, cantautor y actual presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC). De hecho, el cantante tituló uno de sus álbumes con el nombre del pueblo: Verges 50, del que forma parte una de sus canciones más recordadas, País petit.
En los últimos meses ha sobrevolado la amenaza de inhabilitación para Canals. Una resolución judicial requirió al consistorio descolgar la bandera independentista que ondeaba en la Casa de la Vila para colocar una española, algo que solo cumplen dos de cada diez municipios en el territorio. Años atrás, la exalcaldesa de Berga Montserrat Venturó -también de la CUP- fue detenida e inhabilitada por la misma cuestión.
Pero más allá de esta situación, Verges es un auténtico oasis anticapitalista en medio de l’Empordà. Un lugar que visitar para conocer a sus vecinos y entender su percepción de gestión comunitaria de los recursos, de comunión entre el pueblo y de voluntad de cambio y revolución. Una excepción que da aire a la concepción de que sí se pueden cambiar las cosas y de que la política municipal es una de las piedras fundamentales del sistema político.
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