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Rodrigo Lanza en prisión Dos versiones opuestas de un encuentro fatal

Rodrigo Lanza, okupa vinculado a la izquierda radical, en prisión acusado de matar en Zaragoza a Víctor Laínez, simpatizante falangista, dice que sólo le dio un puñetazo y una patada en defensa propia. La autopsia, sin embargo, confirma que la víctima murió por varios golpes en la nuca.

Unos jóvenes miran la puerta del bar Tocadiscos en Zaragoza. | JAVIER CEBOLLADA (EFE)

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Quizá fuera sólo la mala suerte la que quiso que Rodrigo Lanza, 33 años, nacido en Chile pero con nacionalidad italiana, muy vinculado al movimiento okupa de izquierda, y Víctor Laínez, zaragozano de 53 años y simpatizante de Falange, coincidieran en el bar Tocadiscos de Zaragoza la noche del pasado 8 de diciembre. Un encuentro fatal que terminó con la muerte de Laínez y con Lanza detenido y ahora en prisión acusado de ser su asesino. 

El suceso ha cobrado notoriedad porque casi todos los medios han destacado que Lanza mató a Láinez por algo tan fútil como llevar unos tirantes con la bandera de España. A esto se añaden los antecedentes de Lanza, condenado en 2009 a cinco años de cárcel tras ser acusado de dejar tetrapléjico de una pedrada a un agente de la Guardia Urbana en 2006. Hay un tercer elemento que fomenta el interés mediático del caso: su ramificación política.

La historia de Lanza y de aquel suceso con el agente de la Guardia Urbana se contó en Ciutat Morta, el documental sobre el movimiento okupa en Barcelona que Ada Colau publicitó y utilizó en las elecciones municipales de 2015, cuando era candidata a la alcaldía de Barcelona. Hasta el secretario general de Podemos se reunió incluso con los afectados, Lanza incluido, durante un acto de campaña en apoyo a la lista de Barcelona en Comú. Esa circunstancia ha servido para atacar a Colau e incluso a Podemos y resaltar el perfil político de una discusión que terminó como nunca debió terminar y en la que las dos partes ofrecen versiones completamente opuestas, como la noche y el día, de lo que sucedió allí.

Lanza se ha negado a responder a las preguntas de las acusaciones y sólo ha contestado a las formuladas por su abogada y por la juez para aportar una versión exculpatoria que responsabiliza del inicio de la agresión a Laínez. Su versión, sin embargo, contrasta con la aportada a la causa por testigos presenciales y por el propio resultado de la autopsia, que achaca la muerte a un ataque por la espalda en el que la víctima recibió varios golpes en la nuca; el auto del juez por su parte destaca que hubo ensañamiento y que Lanza también pateo la cara de la víctima cuando ya había caído al suelo.

Tras su ingreso en prisión, la familia y los amigos de Lanza han emitido un comunicado en el que aportan más detalles de lo que sucedió esa noche. Aseguran que fue Laínez el que intentó agredir "con una navaja" a Lanza y que éste le propinó "una patada" y "un puñetazo". El entorno de Lanza también niega que el acusado pudiera ver los tirantes con la bandera de España porque "Laínez llevaba una chaqueta cerrada", una versión versión que no comparten ni la Policía, ni la Fiscalía ni las acusaciones.

En su versión, la familia cuenta que Lanza y otros tres amigos coincidieron con Laínez en el bar Tocadiscos de Zaragoza el pasado 8 de diciembre y que fue la propia víctima quien le increpó al enterarse de los orígenes chilenos de Lanza: "¡Sudaka de mierda, vuelve a tu país!", fue, según la familia, lo que dijo Laínez.

Unos minutos después, según el comunicado, a Lanza y a sus amigos "les pareció que Víctor Laínez estaba avisando desde su teléfono móvil a otras personas de la presencia de los chicos en el bar", por lo que decidieron marcharse "ante la actitud amenazante" de la víctima .

"Cuando estaban ya saliendo por la puerta, uno de los acompañantes de Rodrigo le advirtió de que Víctor se dirigía hacia él con una navaja. Rodrigo se giró y vio a Víctor Laínez con una navaja en lo alto. Le dio una patada para evitar la puñalada, pero como Víctor Laínez no se detuvo, Rodrigo decidió darle con el puño. Los chicos abandonaron el bar inmediatamente ante el miedo de que acudieran los amigos de Laínez". 

El atestado oficial sobre el que se fundamenta la acusación a Lanza ofrece, sin embargo, una versión totalmente opuesta: señala que fue Lanza quien provocó a Laínez al ver que portaba unos tirantes con los colores de la bandera española y le llamó "facha" y "fascista".

El atestado incluye también el testimonio de varios testigos presentes en el establecimiento que aseguran que fue Laínez quien, para no continuar con la discusión, le dio la espalda al detenido para marcharse, momento en el que recibió un fuerte golpe en la nunca con una barra de hierro.

La versión oficial añade que una vez en el suelo, el acusado, que estaba en compañía de otras dos personas, se abalanzó sobre su víctima para darle puñetazos y patadas en el rostro.

La autopsia también desmiente la versión de Lanza. Los forenses aseguran que la muerte de Laínez se debió a las numerosas fracturas sufridas en el cráneo y a los hematomas cerebrales derivados de los golpes, que también le rompieron los huesos de la nariz.

Y para añadir aún más incertidumbre al suceso, los investigadores de momento no han encontrado la barra de hierro con la supuestamente fue golpeada la víctima ni la navaja con la que presuntamente éste amenazó a Lanza.

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