Este artículo se publicó hace 3 años.
La lava forma en el mar un delta de unos 500 metros de ancho mientras el viento retiene la nube tóxica generada
Se mantiene el confinamiento de los núcleos de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa por precaución. Los científicos advierten que el volcán puede volver a mostrar episodios de incremento y disminución de su actividad.
Madrid-
La lava del volcán de La Palma ha comenzado a ganarle terreno al mar hasta formar un delta de unos 500 metros de ancho y, de momento, el viento mantiene alejada de la costa la columna de vapor de agua y de gases posiblemente tóxicos generada por el contacto entre el magma y el océano.
Por si acaso, y hasta que no haya resultados definitivos de un estudio de seguimiento de los gases emitidos, se mantiene en vigor el confinamiento de la población de los núcleos de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa, así como la zona de exclusión de navegación de dos millas.
Los científicos que monitorizan la actividad del volcán no aprecian evidencias de que la dinámica del proceso eruptivo sea estable. La erupción no está "estabilizada" y existe una dinámica "que se escapa a nuestro control", ha admitido Rubén Fernández, director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca).
El proceso eruptivo sigue activo, con predominio de la actividad efusiva
Y es que el proceso eruptivo sigue activo, con predominio de la actividad efusiva, esto es, de emisión de lava fluida, y a lo largo de los frentes de la colada que ha llegado hasta el mar puede haber "avances significativos", según ha advertido la directora del Instituto Geográfico Nacional en Canarias, María José Blanco.
También ha explicado que el volcán puede seguir mostrando episodios de incremento y disminución de actividad, como sucedió este lunes, cuando estuvo prácticamente parado antes de evolucionar a una fase hawaiana que predomina sobre la estromboliana.
La columna de cenizas y gases que está emitiendo el volcán ha alcanzado los 3.500 metros de altitud en las últimas horas y se ha incrementado la emisión diaria de dióxido de azufre hasta las 10.757 toneladas.
En las últimas 24 horas se ha registrado un incremento de la sismicidad en municipios como Fuencaliente y de los sismos detectados, seis han superado la magnitud de 3 y siete han sido sentidos con una intensidad máxima de III. También se siguen produciendo sismos a cotas más superficiales, pero con una incidencia menor que los de más profundidad.
A este respecto, la portavoz del Comité Científico, María José Blanco ha explicado que este enjambre está relacionado con la erupción en curso y recordó que en el caso del volcán de El Hierro, la actividad sísmica se retomó en la zona del Golfo, con magnitudes incluso mayores a las registradas antes de la erupción, por lo que se trata de un comportamiento que ya se ha producido.
656 edificaciones destruidas y 88 dañadas parcialmente
En cuanto a los daños en construcciones, hay 656 destruidas y otras 88 dañadas parcialmente, 744 afectadas en total, según los satélites de Copernicus. La calidad del aire sigue siendo buena, aunque en una estación móvil del Gobierno de Canarias en Los Llanos de Aridane el martes se midieron más de 50 microgramos de partículas por metro cúbico, lo que no supone una superación de los límites establecidos en la normativa, pero aconseja mantener la monitorización.
El régimen de vientos hace que el impacto de las cenizas y gases sea menor en la operatividad aérea y, de hecho, las aerolíneas Binter y CanaryFly han retomado este miércoles sus operaciones en el aeropuerto de La Palma, si bien algunas cenizas finas podrían alcanzar la isla de El Hierro en las próximas horas.
Un nuevo delta de 500 metros
La esperada y temida llegada de la lava al mar ha provocado, por lo pronto, la creación de un delta de aproximadamente medio kilómetro de ancho, mientras que el océano a su alrededor ha cambiado de color por los efectos del material volcánico.
Se ha constatado una decoloración del océano y se unen zonas en turquesa y otras marrones
Eugenio Fraile, del Instituto Español de Oceanografía (IEO), ha señalado a Efe desde el buque Ramón Margalef, que se encuentra a un kilómetro de distancia de la colada, que la lava cae de forma tranquila al mar. Solo en el momento de contacto entre el material volcánico y el mar se forman pequeñas nubes de gases, que son transportadas por el viento, pero que se diluyen rápidamente.
Fraile ha explicado que también se ha constatado una decoloración del océano y se unen zonas en turquesa y otras marrones, especialmente en el área cercana a la lava. Ha recordado que este fenómeno ya se pudo observar hace 10 años en la erupción volcánica submarina de la isla de El Hierro, en la que mar se tiñó de varios colores hasta que finalizó la salida del magma. El científico ha detallado que en la zona de los acantilados donde ha caído la lava también se ha producido un pequeño derrumbe.
Enriquecimiento del fondo marino
José Carlos Hernández, profesor de Biología marina de la Universidad de La Laguna, señala que la lava está cayendo en una zona donde la vida marina es "bastante pobre" y que a la larga generará riqueza biológica. Se trata de unos fondos arenosos en la zona de la playa de Los Guirres, en el municipio de Tazacorte, donde la diversidad de organismos es baja.
Más allá del drama social que la erupción ha provocado en la isla, donde más de 6.000 personas han sido evacuadas de sus viviendas, Hernández señala que, desde el punto de vista científico y una vez que la lava se enfríe en el agua del mar, generará un nuevo arrecife rocoso.
En él se pueden crear zonas intermareales, que son de aguas muy someras y en las que puede haber muchos recursos como lapas, burgados y pulpos, y más adentro del agua un nuevo suelo que suplantará el arenoso que había hasta ahora. De ese modo se creará riqueza, pero se necesitará que pase tiempo hasta que la lava se enfríe y se colonice de organismos.
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