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Volcán Cumbre Vieja El volcán de La Palma sigue "en plena forma" tras casi un mes en erupción

El aeropuerto de La Palma continúa abierto este domingo pero, por segundo día consecutivo, no opera ninguna aerolínea debido a la nube de ceniza provocada por la erupción del volcán en Cumbre Vieja.

Volcán de La Palma este viernes 15 de octubre de 2021.
Volcán de La Palma este viernes 15 de octubre de 2021. SERGIO PEREZ / REUTERS

A punto de cumplirse un mes desde que comenzó a erupcionar el pasado 19 de septiembre, el volcán en Cumbre Vieja, La Palma, está "en plena forma", según la opinión de los científicos que lo monitorizan prácticamente en tiempo real, y amenaza con aumentar su huella devastadora.

Un equipo de Intervención en Emergencias Tecnológicas y Medioambientales (Gietma), acompañados por personal del Instituto Geológico Minero Español (IGME), ha recogido datos de temperatura en distintos puntos de la nueva colada del volcán de La Palma, lo que dará una información "muy valiosa" sobre su evolución.

Casi un mes de comenzar la erupción, el volcán en Cumbre Vieja sigue arrasando plantaciones agrícolas con una nueva boca en el área del cono principal, que expulsa gran cantidad de cenizas y lava, además de provocar numerosos temblores (este sábado se registró el seísmo de mayor magnitud, de 4,6, en Mazo, a 37 kilómetros de profundidad).

No es poco el daño que ya ha causado. Según las últimas mediciones, la lava que arroja sin parar, con más intensidad incluso en los últimos días, ha ocupado una superficie próxima a las 750 hectáreas; ha destruido casi un millar de viviendas y más de 200 hectáreas de suelo agrícola, fundamentalmente plataneras.

Eso, y decenas de kilómetros de carreteras, conducciones de luz y de agua, dos colegios, un punto limpio, un polígono industrial y hasta un campo de fútbol.

El aeropuerto de La Palma continúa abierto este domingo pero, por segundo día consecutivo, no opera ninguna aerolínea debido a la nube de ceniza provocada por la erupción del volcán en Cumbre Vieja.

La mayor tragedia volcánica en cien años

El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, proclamó el jueves en el Parlamento regional que ésta es la mayor tragedia volcánica en Europa en cien años, y un día antes, en el Comité de las Regiones de la UE, que se trata del "mayor desastre natural" de la historia del archipiélago.

El vulcanólogo Juan Carlos Carracedo le da la razón. Considerado una de las referencias del país en este campo de la geología, este veterano profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria señala a Efe que "el escenario, desgraciadamente, es mucho peor" que el de las dos anteriores erupciones en La Palma, las del volcán de San Juan (1949) y la del Teneguía (1971).

Lo es porque el centro eruptivo, en la zona de Cabeza de Vaca, está emplazado en altura, no tanto como el San Juan, pero "lo suficiente para que las coladas discurran por una zona llana y densamente poblada" y formen un frente "muy amplio".

"La gran diferencia" respecto a otras erupciones en La Palma, apunta Carracedo, es que aquellas se produjeron en épocas en las que la Isla Bonita estaba menos poblada y además en zonas "muy inclinadas, muy abarrancadas", y prácticamente no provocaron daños.

Daños materiales, que no personales, porque en la erupción del Teneguía, en la que Carracedo se doctoró, murieron un fotógrafo y un pescador.

Aquí hace un reconocimiento a la "gran eficacia" en la gestión de la crisis por parte de los científicos y de las autoridades tanto en la fase preeruptiva como durante la erupción. "Su éxito es que no ha habido una sola víctima".

"Lo que ocurre", añade este veterano vulcanólogo, es que "tiene una mayor producción de magma y las coladas son más voluminosas. Y como está discurriendo por una zona inclinada pero llana, ha generado un frente muy amplio".

Carracedo insiste en que la mayoría de las erupciones en Canarias ocurren en dorsales, ya sea la de Cumbre Vieja en La Palma, en la de El Hierro o en las dos de Tenerife, la Noroeste, de Las Cañadas a Santiago del Teide, y la Noreste, la de La Esperanza.

Ambas dorsales, avisa este experto, "son muy activas", aunque no tanto como Cumbre Vieja, por lo que "no se podría descartar que en un futuro indeterminado, lejano en todo caso, pudiera haber erupciones como en La Palma".

El daño que podrían provocar "sería aún mayor", por lo que "conviene estar prevenidos y mantener los sistemas instrumentales y de planificación previa que permitan en el caso de una erupción que se tomen las medidas adecuadas, para gestionar la crisis con éxito", como ha sucedido en la Isla Bonita. Pese a su experiencia, no se atreve a poner fecha de caducidad al volcán que todavía no tiene nombre.

"No da señales de que esté remitiendo", afirma, basándose en la tasa de emisión de gases, del orden de las 15.000 toneladas diarias, cuando tendría que bajar de las 100 para pensar en el final, y al tremor y la sismicidad profunda, que relaciona con un proceso de realimentación de varios reservorios de magma.a.

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