Las zonas marinas protegidas, la asignatura pendiente en España
Silvia García, científica marina de Oceana, advierte que la falta de protección de los espacios marinos prolonga un escenario de crisis y aumenta la pérdida de biodiversidad.
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España es uno de los países más atrasados en la creación de espacios naturales protegidos. El gobierno español reconoció en 2020 que tan solo un 0,2% de la superficie marina protegida —de un millón de kilómetros cuadrados de agua en la Península— se encuentra bajo protección estricta.
Silvia García, científica marina de la ONG Oceana, en declaraciones a Público, advierte que la falta de protección de las áreas marinas en España prolonga un escenario de crisis y aumenta la pérdida de biodiversidad. “Necesitamos que los mares estén fuertes para revertir el cambio climático”, sostiene. La miembro de la organización añade que las Áreas Marinas Protegidas (AMP) son “la mejor herramienta para la conservación del océano”.
El coordinador de Alianza Verde, Juantxo López de Uralde, asegura a este diario que los océanos son un arma eficiente para la eliminación del calor, ya que, según el experto, absorben más CO2 del previsto, ayudando de esta forma a combatir el cambio climático.Refugios con gran valor natural y económico
El Congreso Mundial de la Naturaleza define las AMP como “zonas de tierra y/o mar especialmente dedicadas a la protección y mantenimiento de la diversidad biológica y de los recursos naturales y culturales gestionados legalmente o por otros medios eficaces”.
En palabras de la científica de Oceana, “es una zona en la que no puede haber impactos, ya que tiene un alto nivel natural y económico, está deteriorada o requiere un tratamiento estricto para que se pueda desarrollar la biodiversidad. Por ejemplo, arrecifes o los manglares —guarderías de peces—”.
“Estos refugios albergan ecosistemas prístinos —libres de actividad humana—, hábitats ricos en carbono, espacios amenazados o áreas esenciales de desove —puesta de huevos— y cría”, añade García.
Según el análisis de la ONG, los criterios para seleccionar áreas de protección estricta son el tamaño —cuanto más grandes son las reservas marinas, más beneficios generan—, los usos permitidos —se permite el uso científico o recreativo— y los ecosistemas —tienen prioridad los ricos en carbono y de alto valor natural—.
El 30% de los mares deben estar protegidos en 2030
Actualmente, menos del 1% de los mares de la Unión Europea está estrictamente protegido. La comunidad política se ha comprometido a proteger el 30% de los mares para 2030, de los cuales, al menos un tercio debería estar bajo protección estricta, lo que significa que no pueden llevarse a cabo actividades humanas destructivas.
La Directiva Europea de Estrategia Marina de junio de 2008 es la primera ley vinculante diseñada para hacer una contribución relevante a la conservación, protección y restauración de los ecosistemas marinos, e incluye una reducción y minimización de la contaminación.
“Es la primera vez que la UE menciona la declaración de zonas estrictamente protegidas. Ahora se ha añadido un 10% bajo zonas estrictas que todos los países están obligados a cumplir”, aclara la miembro de Oceana.Escasa regulación en España
En la Península, las áreas marinas estrictamente protegidas se regulan bajo los mismos criterios que las zonas de tierra. “Todo se rige con la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, que traspone a la directiva relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres”, explica García.
La científica informa que en España la Ley de protección del medio marino no está enfocada a zonas protegidas, sino que “busca un buen estado de los mares en general”.
El coordinador de Alianza Verde subraya la falta de recursos destinados a las áreas marinas en España. “La protección no se puede quedar en el papel. No hay medios para implementarla, ni siquiera hay vigilancia en las zonas”, asegura.
La pesca de arrastre, la contaminación marina, el fondeo sobre praderas submarinas y la pesca ilegal amenazan las áreas marinas
La pesca de arrastre, la contaminación marina, el fondeo sobre praderas submarinas y la pesca ilegal son algunas de las amenazas destructivas en los espacios marinos. “Es importante designar áreas estrictamente protegidas para evitar el impacto de las actividades extractivas”, declara García.
La ONG Oceana realiza campañas de investigación y clasificación de los hábitats marinos de los océanos Cantábrico, Atlántico y Mediterráneo. "Nosotros planteamos una selección de 50 lugares en España que serían perfectos para proteger estrictamente. Con esta propuesta, llegaríamos a obtener un 4,2% de zonas marinas estrictamente protegidas, acercándonos más al 10% como objetivo que plantea la UE", explica una de sus científicas.
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