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La crisis que hizo a muchos caerse del guindo y entender que la sanidad privada es un negocio y no un servicio

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Con el coronavirus, como con todas las crisis, estamos aprendiendo muchas cosas…

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Por ejemplo, está siendo una buena terapia de choque en favor de la sanidad pública y sus profesionales, como han recordado Andreu Buenafuente o Carles Francino:

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Una crisis en la que muchos se han preguntando por el papel de la sanidad privada. Por ejemplo, los tuiteros:

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Y hemos visto a orgullosos liberales clamar ahora por una sanidad pública robusta. Qué bonita ironía…

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Algunos han recordado ahora a gente como el escritor y simpatizante de Vox, Fernando Sánchez Dragó, asegurando que "no debería existir la sanidad pública". ¿Os imagináis lo que habría sido esto sin sanidad pública?

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Lo primero que hemos visto en los medios, ha sido a centros privados ofrecer a la población pruebas del COVID-19… para los que se lo puedan permitir, claro.

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Algunos sí se lo han podido permitir, sí…

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Después ya conocimos noticias sobre hospitales privados ofreciendo sus recursos y poniéndose a disposición de las administraciones públicas.

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Y ahora hemos visto que el Estado podrá intervenir la sanidad privada para poner sus recursos al servicio de la pública, algo que permite la Constitución. Este jueves, la Comunidad de Madrid anunció la medicalización de hoteles y que tendrá bajo su mando los recursos de la sanidad privada.

Todo ello sin dejar de reconocer el trabajo de todos los profesionales sanitarios, incluidos los de la privada:

Lo cierto es que, como recuerdan los tuiteros, esta crisis ha hecho a muchos caerse del guindo y entender que la sanidad privada es un negocio y no un servicio.

Estas son algunas reflexiones que estos días están circulando en las redes:

Importante:

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