La derecha "limpia, fija y da esplendor" al fascismo. Su escudería mediática, experta en blanqueamientos, anda últimamente surtiendo al personal de eufemismos, calculadas ambigüedades, medias verdades y demás artimañas retóricas con miras a convertir en homologable la carcundia fascista.
La reciente victoria de Georgia Meloni en Italia ha suscitado de nuevo la necesidad de cosmética y afeites para presentar como inocua a una ultraderecha que anda envalentonada.
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Nada como el humor para desarmar el fraude, nada como el ingenio para hacernos ver que, en esencia, estamos ante lo que viene siendo una patraña perfectamente orquestada para presentarnos al lobo con piel de cordero.
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No debe ser fácil. Investir de demócrata a toda una admiradora confesa del dictador Benito Mussolini requiere de ciertas tragaderas. El pasado lunes presenciamos todo un desfile de titulares hablando de "derecha", "centro-derecha", "derecha dura" y "derecha nostálgica" para referirse a lo que viene siendo puro fascismo.
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Todo un festín de perífrasis y demás trampantojos lingüísticos que evidencian los esfuerzos por hacer digerible lo que a todas luces está en mal estado.
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Por todo ello, el equipo de Tremending les recomienda que se mantengan alejados de eufemismos, circunloquios, alusiones vagas y demás productos de limpieza.