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"No le da vergüenza nada": las reacciones a la gira por todo lo alto de Juan Carlos I en Londres y su vuelta a España

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Antes de volver a España, una vez más, de tapadillo, el emérito se paseó por Londres mostrando la profunda preocupación que le ha supuesto tener que marcharse a Abu Dabi para evitar sus polémicas y problemas legales.

Las malas lenguas dirán que el monarca se está pegando la buena vida por una escapadita a la capital británica, donde ha hecho las actividades que haría cualquier persona campechana, como ir a un exclusivo club de caballeros, tomar el té con el rey de Inglaterra o ir de invitado al palco en el partido del Real Madrid.

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Lo cierto es que Juan Carlos I habrá tenido unos días bastante reguleros, nada del otro mundo. Primero, ha tenido que pasar el mal trago de compartir una merendola con Carlos III, con todo el fastidioso protocolo que ello conlleva.

Tan mal lo pasó que acabó la noche en un exclusivo club de caballeros londinense, donde se habrá tomado un Bitter Kas con muy mala cara, conociendo lo poco aficionado que es a estas actividades de esparcimiento.

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El colmo de los colmos es que le han llevado al palco de Stamford Bridge, donde ha presenciado el partido del Real Madrid y habrá tomado nota de los regates de Vinicius. No obstante su famoso "explicaciones, ¿de qué?" está inspirado en la lambretta del brasileño.

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A fin de cuentas, un tremendo castigo para el emérito, dada la cantidad de escaleras que debe haber superado para llegar a su asiento.

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Encima un partido del Real Madrid, un equipo que no será para nada de su simpatía y que encima ha sacado su lado más republicano en las últimas horas, demostrando su verdadera faceta de ultraizquierda y de equipo del pueblo. Prácticamente se ha convertido en un círculo de Podemos.

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Menos mal que para superar todo este mal trago, el emérito volverá a España, donde siempre ha mostrado el absoluto respeto que profesa por su pueblo. Con una reputación y transparencia intachables. La expectación por su vuelta ha generado una cálida bienvenida unánime entre los tuiteros.

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A su vuelta a España, se espera una habitual visita del emérito. Sin moverse de aquí para allá como un fugitivo, dando las explicaciones pertinentes a la prensa y sus clásicos paseos a bordo del Bribón.

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