La maldad no se hace sola, hay que hacerla. Mientras la inteligencia artificial no alcance nuevas cotas y sea capaz de llevar a cabo tan ingrata actividad, todo indica que su desempeño seguirá recayendo en seres como Manuel Llamas, viceconsejero de Economía de Isabel Díaz Ayuso.
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Y es que hay que gestionarse buena cantidad de mala baba para hacer según qué declaraciones. Lean si no el tuit que sigue para entender a qué nos referimos. La respuesta de Llamas a unas declaraciones de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social, en las que reivindica la necesidad de ajustar los rigores del cambio climático al reglamento laboral, no dejan indiferentes:
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Lo que acaban de leer, traducido del luciferino, viene a significar que si usted ha de trabajar a 40 grados ya puede remojarse la nuca o ataviarse con una gorra, porque si por el viceconsejero Llamas nada le exime de cocerse al sol.
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Las reacciones, como era de prever, no se han hecho esperar:
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En la memoria del equipo Tremending y de toda la redacción del diario Público la figura de Jose Antonio González, el barrendero fallecido hace poco más de un año por un golpe de calor en Madrid que tenía un contrato de un mes y le había cambiado el turno a un compañero.
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Frente a la ignominia, la dignidad de los trabajadores.