La reflexión de Errejón sobre la trampa de la extrema derecha para utilizar a los agricultores
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Las protestas del campo han llegado a España, después de que los agricultores franceses tomaran las calles. Los tractores han cortado carreteras y han organizado marchas lentas en prácticamente todas las comunidades autónomas del país, tras una convocatoria de las principales organizaciones del sector, COAG, ASAJA y UPA, que parece haber sido capitalizada por la ultraderecha.
Las peticiones del campo y la postura de algunos miembros de la agroindustria ha dejado numerosas reacciones en la red social X, el antiguo Twitter, donde algunos usuarios han recordado la hipocresía de parte del sector, y sobre todo de la ultraderecha de Vox, que durante décadas ha pedido liberalismo para los cultivos y que, ahora, se queja por los acuerdos comerciales de la UE con terceros países.
El portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, ha dejado una reflexión interesante sobre las protestas en el campo y la forma en la que la derecha trata de instrumentalizarlas. "Frente a las políticas cortoplacistas que dicen que hay que elegir entre hacer frente a la crisis climática o proteger al sector agrícola, tenemos que tener políticas integrales. Eso no pasa por reducir las exigencias respecto a los pesticidas, (...) sino por evitar la competencia desleal de productos que vienen de fuera en los que sí se han empleado muchos pesticidas".
El sector tiene una lista importante de reclamos, que varía en función de la organización. Pero en su conjunto destaca la petición de endurecer la Ley de Cadena Alimentaria que impide que las cadenas de supermercado compren a los agricultores sus productos a pérdidas. Vox parece apoyar esta reivindicación, a pesar de que en su día votó junto al PP en contra de la mencionada ley.
Algunos no sólo critican la hipocresía de Vox, sino la cerrazón de parte del campo por dejar que la ultraderecha capitalice su malestar y manifestarse junto a sus dirigentes.
También hay quien pone en entredicho las reivindicaciones de los terratenientes y la agroindustria que salen a las calles para cargar contra el Gobierno, mientras explotan a jornaleros en Almería o Huelva y dañan el medio ambiente.
El campo vive un momento de agitación en España. Buena parte de las reivindicaciones competen a reformas que se deben acometer desde Bruselas, como la reforma de la Política Agraria Común o las claúsulas espejo en acuerdos comerciales. Pese a ello, el sector apunta en su mayoría al Gobierno de España y esto, una vez más, es utilizado por la ultraderecha como arma arrojadiza.
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