'Pobre Diablo', la serie chanante que hará mainstream a Bulgákov
La nueva criatura de Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla y Miguel Esteban se llama Stan y viene a destruir nuestro mundo. Al menos, eso es lo que le toca. HBO estrena una comedia de animación que actualiza la novela 'El maestro y Margarita'.
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Corría la segunda mitad de los años 30. Un autor de prestigio, nacido en Kiev, destruía y recomponía su obra, una y otra vez. Mijaíl Bulgákov sabía que no podía presentar El maestro y Margarita a ninguna instancia estatal para su publicación. Había creado un catálogo de gamberradas que, como los espejos deformantes del Callejón del Gato de los que se valía Valle-Inclán en Luces de Bohemia, le servía para devolver un retrato caricaturizado de una sociedad soviética sometida al poder político.
La trama es sencilla. Un día, el diablo decide darse una vuelta por Moscú. Viene a observar a sus habitantes y, como suele suceder, aprovecha su paso por la ciudad para sabotear a todos los que encuentra en su camino, que terminan en infortunio. Este diablo de enormes bigotes se hace llamar Voland y se presenta como un mago que pretende actuar en el Teatro de Variedades. Aparece acompañado de una cohorte de demonios extravagantes, entre los que se encuentran su mano derecha, Koróviev (también llamado Fagot); Azazello, caracterizado por un ojo muerto y un colmillo deforme; Hella, una sirviente pelirroja que suele pasearse desnuda y el inolvidable gato Behemot (o Popota) que es capaz de adoptar una forma humana y combina con maestría sus reflexiones filosóficas con un humor negro casi agresivo. Podríamos decir que es una versión mucho más corpórea del Gato de Cheshire que daba ese toque burlón a Alicia en el País de las Maravillas, pero con bastante más mala leche. Y con este elenco casi esperpéntico, el autor busca escapar de la censura y las corazas estilísticas para contar lo evidente: el totalitarismo envilece al ser humano. Esta tesis tardo en ver la luz varias décadas, pero hoy se considera una de las obras maestras de la literatura del siglo XX.
Han pasado muchos años y seguimos por el estilo. Si el diablo decidiera darse un garbeito por la Tierra (y pudiera ahorrarse el vuelo intercontinental, que sale por un pico), no dudaría en contemporizar su abanico de maldades en el Nueva York post-Trump. ¿Qué mejor caladero para encontrar almas perdidas que el imperio de los incels y los criptobrós? Así que, dicho y hecho, HBO Max se ha lanzado con su primera serie de animación original en España de la mano de Buendía Estudios en la producción, que reúne al grupo creativo detrás de La hora chanante o Muchachada Nui y que también ha firmado recientemente la adaptación de Camera Café. El diabólico retoño se llama Pobre Diablo y su gestación ha durado casi dos años. La pandemia sirvió de laboratorio de ideas y, para septiembre, todo estaba listo. Su estreno se marcó para el 2 de diciembre, pero finalmente la plataforma decidió retrasar su llegada a catálogo a este viernes. Eso no significa que todos los telespectadores lleguen vírgenes a este encuentro con el demonio. Los tres primeros episodios de la serie ya fueron proyectados fuera de concurso en el Sitges Film-Festival de Cine Fantástico de Catalunya y en la Semana de Cine Fantástico de Terror de San Sebastián. Desde entonces, la expectación no ha hecho más que crecer y no es para menos, sobre todo si tenemos en cuenta que los creadores de la serie son tres viejos conocidos del humor absurdo: Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla y Miguel Esteban.
"Todos conocemos a personas que han tenido que tomar la decisión de unirse al negocio familiar o seguir los pasos de sus padres. Pobre diablo, obviamente lleva esto al extremo y lo hace de una manera muy divertida. Espero que mucha gente se enamore instantáneamente de Stan y su gato demoníaco", ha dicho Miguel Salvat, productor ejecutivo de HBO Max junto a Antonio Trashorras. Sus artífices, en cambio, no se ven en la piel del protagonista. "Mis padres eran profesores y esperaban que yo también lo fuera. Mi madre, sobre todo. Podría haber continuado esa familia de docentes y me habría convertido en el típico profe enrollado que luego te la mete doblada en los exámenes", confiesa Reyes. Sus padres eran íntimos amigos de los progenitores de Sevilla, que tiene claro que hincar los codos no era el camino. "Alguna vez he contado que mi padre era inspector de educación y también quería que yo pretendía que yo fuera por ahí, pero había una cosa que eran las oposiciones que yo sabía que era incapaz de aprobar, ni siquiera me iba a poner a estudiar. Hubiera sido como Jack Black, de esos que les ponen la tele y así todos los días", admite.
Un Satán canario, un gato socarrón y un Anticristo romántico
La vida del hijo de Satán está marcada por un importante deadline. Algo así como la profecía que condenaba a la Princesa Aurora a pincharse con una rueca —un instrumento muy del siglo XXI— y caer en un sueño profundo al cumplir los 18, solo que el encargo de este chaval es un poco más proactivo. Stan —así se llama el heredero del mal— acaba de cumplir unos 55 años, 655 meses exactamente, y no le queda ni una vuelta al sol para alcanzar la mayoría de edad demoniaca con la mítica cifra del 666. Será entonces cuando deberá sumir a la humanidad en el terrorífico destino de quedar por siempre sepultada en las tinieblas. Vamos, el Armagedón y todas esas cosas que conllevan muerte y destrucción. Puede sonar divertido, pero hay un pequeño problema: a Stan le mola bastante más el cine romántico y los musicales de Broadway. Es aquí donde se recoge, en un triple salto mortal hacia los tiempos que corren, a ese Voland de Bulgákov en el Teatro de Variedades.
"Nos hacía gracia ese conflicto, porque la persona con el destino más marcado del mundo es el Anticristo. Ya, desde que nace, sabe lo que le toca y nos apetecía que se rebelara", explica Miguel Esteban, responsable también de El fin de la comedia junto a Ignatius Farray y Raúl Navarro. Reyes fue el responsable de diseñar a los personajes y necesitaba encontrar un icono que acompañase y sacudiera de pies a cabeza al protagonista. El elegido fue otro de elementos claves de El maestro y Margarita, ese gato irreverente que, en este caso, responde al nombre de Mefisto. Este felino grandón, enganchado al alcohol y a cualquier cosa a la que se pueda llamar droga, es el padrino de Stan. Su labor consiste en comprar almas a gente desesperada e ir mostrando las malas artes al adolescente. Nadie mejor que Ernesto Sevilla, el fiestero inagotable, para ponerle voz. Ojo con que no acabe por ablandarnos el corazón, ahí lo dejamos.
La sorpresa llega cuando Satán abre la boca y despliega el acento de un canario inconfundible: Ignatius Farray. "Son muy amigos y construimos el personaje pensando en él, no nos imaginábamos a nadie mejor para interpretarlo", asegura Reyes. "Ignatius tiene una voz con muchos matices: puede ser terrorífico y también muy tierno", añade. El artífice de Muchachada Nui y La Hora Chanante hace un alto en el camino para recordar el papel del cómico como El loco de las coles. "Tenía una presencia increíble y muy constante, pero solo hacía el grito sordo. No le ofrecimos otros retos interpretativos y luego, cuando tuve la oportunidad de volver a trabajar con él en El Fin de la Comedia, me di cuenta de que teníamos que haber aprovechado esa capacidad interpretativa mucho antes. Él solo me respondió: 'Hubiera valorado que me dieseis una frase en el guion'", recuerda entre risas. Esteban se destapa también como incondicional de esa faceta del canario. "Creo que la gente no es consciente de lo buen actor que es. Se requiere de una enorme personalidad para hacer lo que él hace y verle en las grabaciones era un espectáculo. Ponía una energía increíble en las grabaciones de voces y se metía en el personaje desde el principio", le alaba.
Un homenaje póstumo a Verónica Forqué
Sin embargo, la voz que se quedó en el corazón de todo el equipo fue la de Verónica Forqué, que dio vida a Rose, la madre del protagonista. "Nosotros hemos tenido el lujo de trabajar con ella en tres proyectos, entre los que está Capítulo 0, y nos hubiera gustado contar con ella muchas veces más. Siempre, a todos los niveles. Somos unos admiradores tremendos de Verónica como actriz y como persona. Cualquier cosa que le propusieras en el rodaje, la aceptaba con entusiasmo. No había ni que dirigirla porque ella era una maestra del oficio, con una voz preciosa", relata Esteban. "La noticia de su muerte fue devastadora y no nos podemos creer que sea su último papel", resume apenado. "Era perfecta para hacer de madre", agrega Reyes. La actriz falleció el 13 de diciembre de 2021, antes de poder ver acabada la serie. Ya lo decía Bulgákov en su obra: "El hombre es mortal, pero eso es sólo la mitad del problema. Lo grave es que es mortal de repente, ¡ésta es la gran jugada! Y no puede decir con seguridad qué hará esta tarde". Por eso, el primer episodio está dedicado a su memoria.
Muy lejos de los sketches en flash
La animación para adultos ha recorrido distancias infinitas desde aquellos inicios en los que The Simpson y South Park eran las únicas opciones. Ni siquiera es el primer intento de Joaquín Reyes, que lleva tiempo apostando por el formato con proyectos como Los Klamstein, Maricón y tontico o Enjuto Mojamuto. Entonces, la única opción disponible para poner en movimiento a los personajes era animarlos en flash, lo que impregnaba de una estética retro a los sketches que ya queda reducida al patrimonio de fanáticos nostálgicos. "Enjuto Mojamuto estaba sentado en su escritorio y de ahí no se movía", dice con sorna. "Siempre tuvimos el deseo de poder construir una historia en capítulos de 20 minutos y lograr que los personajes corrieran e incluso que giraran 360 grados, pero para llegar hasta aquí, hemos tenido que involucrar a mucha gente y la verdad es que, joder, nos hemos acostumbrado, pero es increíble que estemos estrenando una serie de animación con esta calidad", añade con orgullo.
Los responsables de que ese deseo se haya hecho realidad son los miembros del estudio granadino Rokyn Animation que, bajo la producción de Francesca Nicoll, han logrado desarrollar un producto que cumple con las expectativas de la audiencia de una plataforma como HBO. Su director creativo, Manuel Sicilia, ha estado al frente de largometrajes de animación como El Lince Perdido y cuenta con más de cien premios internacionales, entre los que destacan dos Goyas y una nominación al Oscar por el cortometraje La Dama y la Muerte.
"Las productoras deberían mirar hacia hacia la animación. Primero, porque podemos hacerlo, hay muchos canales, escuelas y talento joven de gente muy brillante; y luego, porque es un formato internacional con un lenguaje integrante que te permite sacar tu trabajo fuera", defiende Reyes. En su opinión, lo único que impide que la animación española despegue es la desgana y los prejuicios de las grandes plataformas. "Quizá ni siquiera se lo plantean porque no saben que es posible hacerla técnicamente bien. A lo mejor esta serie sirve para eso, para despejar dudas y ojalá se abra la puerta a piezas de animación más pequeñas", añade Sevilla. "Hay muchísimos animadores creando pequeñas piececitas para YouTube y ya ahí, en redes sociales, puedes ver la cantidad de talento que tienen", apunta Esteban. No le ha costado poner ejemplos. "No sabes lo que daríamos por ver con recursos para montar una serie a Rocío Quillahuaman, Christian Flores y Rafillo. Tienen unas ideas divertidísimas", afirma.
Referencias inevitables
HBO ha apostado fuerte por la animación para adultos dentro de su oferta y la amplía este año con otros títulos como Velma, pero sin duda el mayor triunfo de la plataforma fue hacerse con los derechos de Rick y Morty, uno de los shows más aclamados de Adult Swim, la división para adultos de Cartoon Network. Quizás por eso, ha habido muchas publicaciones que relacionan Pobre Diablo con las desventuras espaciales del científico y su nieto. "Justin Roiland y Dan Harmon han creado la gran serie de animación de los últimos años. Han explotado todas las posibilidades que tenían y su sombra es muy alargada. Aunque sea solo por eso, la teníamos en el horizonte. La hemos visto y nos gusta, pero más allá de esa idolatría, no hay mucha relación entre ambas, ni siquiera en la temática. Hubiera sido absurdo pretender hacer algo parecido", argumenta Reyes.
Los creadores hacen gala del humor irreverente que siempre les ha caracterizado y no temen ser políticamente incorrectos o incluso soeces, llegado el caso. A lo largo de los ocho capítulos que componen la temporada, Pobre Diablo toca temas de actualidad como la precariedad laboral, la toxicidad del amor romántico, los riesgos de la especulación bursatil y la misoginia comunitaria. En plena era de la cancelación, pueden encontrar amparo en una gran baza: sus protagonistas lleven muertos varias eternidades. "No sé, lo mismo nos evitamos problemas legales, ¿no?", bromean Sevilla y Reyes. Chistes aparte, ambos reconocen que han contado con absoluta libertad durante la elaboración del guion y que ningún tema se ha quedado fuera. "Las series de animación permiten hacer una comedia diferente, más arriesgada", admite Esteban.
La leyenda negra del edificio Dakota
Las referencias intertextuales no acaban ahí. Los seguidores de Adam Sandler encuentran similitudes con Little Nicky, la película que se estrenó en el 2.000 y cuenta como, tras diez mil años de duro trabajo, Satanás aspira a ser sucedido por alguno de sus hijos. Los dos mayores deciden marcharse a Nueva York para instaurar su propio reino infernal, lejos de la tiranía de su progenitor. A Nicky, el benjamín, acaba tocándole la tarea de ir en su busca y pasa sus noches sobre una roca de Central Park. Justo allí se sitúa el mítico edificio Dakota, entre el pulmón de la Gran Manzana y la esquina noroeste de la Calle 72 en Manhattan, que será el hogar de Stan y compañía en su llegada a la Tierra. La localización no es casual, ya que este bloque de apartamentos se hizo célebre cuando en 1980 fue asesinado a sus puertas John Lennon, exmiembro de The Beatles. La leyenda negra del lugar no hizo más que crecer cuando Roman Polanski escogió sus exteriores para el rodaje de La semilla del Diablo. El director se inspiró en uno de sus inquilinos, Wicca Gerald Brossau Gardner, que supuestamente practicaba la magia negra. Durante la grabación, varias sectas satánicas se congregaron ante el edificio para amenazar al equipo y entre ellos se encontraba Charles Manson, el instigador del asesinato de Sharon Tate, la mujer del director, en 1969.
Los creadores se desmarcan de la parodia de Sandler. De hecho, Miguel Esteban asegura que ni siquiera la ha visto. En cambio, los parecidos con la obra de Polanski no son infundados. No podía ser casualidad que la madre del Anticristo se llame Rose, en una versión reducida de Rosemary, el papel que interpreta Mia Farrow en la obra maestra del director francés. La serie animada pone una mirada chanante sobre esta obra y juega a convertirse en una secuela paródica. "Cuando Stan llega a la Tierra se da cuenta que los humanos ya han puesto mucho de su parte para que les llegue el fin del mundo, casi en un ejercicio de intrusismo laboral", dice Esteban. Se lo estamos poniendo muy fácil a Satán y descendencia para que haya una secuela.