Tranquilidad y otras razones para enamorarte del pueblo más pequeño de Madrid

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Junto al cercano La Acebeda, Madarcos es el pueblo más pequeño de Madrid: habitante arriba, habitante abajo, ambos están en poco más de 60 vecinos, una cifra que contrasta, y mucho, con la superpoblación de diversas localidades madrileñas conocidas por todos.  

Por ello, estos pueblos se erigen en escapadas nostálgicas para recordar que esta tierra, como todas, también se consolidó a base de pequeñas aldeas dedicadas a las actividades agropecuarias de subsistencia, las cuales aún marcan la fisionomía de sus caseríos y la tradición de su cultura inmaterial.  

Sí, por las calles y senderos de Madarcos, entre el molino de la Fausta y el de Paulino, se da un poco menos la tabarra con la IA y los únicos sonidos que amenizan el paseo son las aguas del río Puebla y el piar de los pájaros. Bueno, y los de algún otro viajero como tú que está dándose un baño de pueblo serrano para aguantar otra semana más de atascos, memes y tecleos histéricos en aparatitos luminosos. 

Madarcos, historia rural en la Sierra Norte de Madrid 

Madarcos - Fuente: Ayuntamiento de Madarcos
Madarcos – Fuente: Ayuntamiento de Madarcos

Aunque más lentamente de lo que probablemente debería, el turismo está cambiando, y cada vez más viajeros comprenden la satisfacción de descubrir destinos que no aparecen en las guías, porque, como decían en aquel célebre libro infantil, “si miras de la manera correcta, podrás ver que el mundo entero es un jardín secreto”: el lugar menos instagramizable del mundo también tiene su atractivo.  

No queremos decir con esto que haya que empezar a viajar por polígonos industriales (todo se andará) pero sí abrir un poco más nuestro abanico de destinos para convertir esta actividad que tanto impacto tiene en el entorno (tanto positivo como negativo) en algo más razonable y sustancioso. 

Porque Madarcos no es todavía un pueblo invadido por el turismo, “tan solo” es un pueblo más de Madrid que tiene la “suerte” de ser uno de los menos poblados de la región. Pero más allá de la anécdota, encontramos una bonita historia rural, como la de miles de pueblos españoles que esperan que alguien las difunda más allá de vecinos y familiares. 

Y es que, para empezar, pese a su escasa población, Madarcos ha doblado su número de habitantes con respecto a 2001, cuando el pueblo contabilizó tan solo 27 vecinos: y en cinco años, 18 habitantes más. El futuro, si miramos a las localidades del entorno, parece ser halagüeño. No en vano, estamos hablando de uno de los seis municipios que forman parte de la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón

Fue hace tan solo un año cuando Madarcos entraba a formar parte de este entorno protegido junto a Horcajo y Horcajuelo de la Sierra, Prádena del Rincón, Montejo y Puebla de la Sierra y La Hiruela, este último uno de los pueblos serranos más populares del norte madrileño junto a Patones de Arriba.

Como sus vecinos, Madarcos es un pueblo de altura ubicado en las estribaciones de Somosierra superando los 1.000 metros de altitud: en particular, Madarcos se asienta al pie y al norte del cerro Majada de la Peña en un área accidentada de suaves pendientes bordeando la vertiente que baja hacia la hoz del río de la Puebla o Madarquillos. 

De La Nava a Madarcos 

Madarcos - Fuente: Wikiloc / Ester MP
Entorno de Madarcos – Fuente: Wikiloc / Esther MP

Los historiadores no han podido encontrar datos concluyentes sobre el origen de Madarcos, pero no cabe duda de que estuvo vinculado al vecino despoblado de La Nava, al sureste de Madarcos, un asentamiento que debió ser defensivo-religioso a tenor de las ruinas de muros de una iglesia o una casona que se conservan.  

Es posible que durante los siglos XV y XVII convivieran La Nava y Madarcos como términos interdependientes hasta que el primero se terminó despoblando tras un suceso un tanto bizarro: se encontraron lagartijas venenosas en la comida y bebida durante una boda y se puso una “cruz” al pueblo, habiendo abandonado el lugar los poco vecinos que aún quedaban allí. 

Es con el Catastro de Ensenada de 1751 cuando Madarcos ya aparece nombrada como aldea bajo la jurisdicción de Buitrago de Lozoya siendo la estructura urbana de esta época la que se ha mantenido en esencia hasta la actualidad: una estructura desordenada e irregular que refleja la actividad ganadera prolongada desde el inicio del asentamiento tal y como se indica en Arquitectura y desarrollo urbano de la Comunidad de Madrid, la principal fuente disponible para conocer la historia del pueblo.  

Y las viviendas y el resto de las edificaciones respondían a estas funciones: son casas serranas de una sola planta con cubiertas a dos aguas y construidas con muros de mampostería de granito y esquistos, con escasos y pequeños huecos de ventilación, para protegerse de las inclemencias del tiempo, especialmente del frío invernal. 

Madarcos - Fuente: Wikiloc / Ester MP
Iglesia de Santa Ana de Madarcos – Fuente: Wikiloc / Esther MP

Aunque buena parte de las viviendas han sido reformadas adaptándolas al gusto y las funciones actuales, siendo en varios casos segundas residencias o dependencias enfocadas al incipiente turismo (con ya varios restaurantes y alojamientos rurales) aún pueden rastrearse estas edificaciones tradicionales incluyendo cortijos o cortes y casonas, además de pajares

Pero los edificios más significativos de Madarcos son su iglesia de Santa Ana y los molinos de Paulino y de la Fausta. La iglesia tuvo su origen en el XVII, aunque fue rehabilitada en 1984: un edificio de una sola nave con planta rectangular y un cuerpo adosado que cumple las funciones de atrio. Cuenta además con una fachada con espadaña con dos campanas, el elemento más interesante del conjunto. 

El molino de Paulino era un antiguo molino harinero llamado originalmente de Madarcos cuyo origen podría estar en el siglo XVIII. Por su parte, el molino de La Fausta se encuentra al sur del pueblo, cruzando el río Puebla, con un panel indicativo que nos informa sobre su historia: estuvo en uso hasta los años 50 siendo el último de los tres del pueblo en detener su actividad. En la misma propiedad (privada) se encuentra un antiguo pajar o cuadra.  

Senderismo en Madarcos 

Madarcos - Fuente: Wikiloc / Ester MP
Caminos en Madarcos – Fuente: Wikiloc / Esther MP

Justamente una ruta de 2,5 km organizada por el Ayuntamiento de Madarcos nos permite conocer los molinos de la localidad serrana partiendo desde la iglesia de Santa Ana en dirección noroeste para alcanzar en primer lugar el molino de Paulino. 

Pero si buscas algo más ambicioso y vas bien de tiempo te recomendamos otras dos interesantes rutas. Por un lado, la Ruta del Herrero que nos lleva a lo largo de ocho kilómetros al norte del pueblo para ascender varios picos cercanos de la Sierra del Rincón: el Alto Quiñones, el Pico de la Sisa y el Pico de la Dehesilla, todos ellos superando los 1.300 metros de altura. 

Y para finalizar, una interesante ruta que comparte varios tramos de los senderos referidos, incluyendo una visita al despoblado de La Nava, para conocer los orígenes de los asentamientos medievales en este entorno serrano.  

Se trata de la denominada Ruta Circular Sur de casi diez kilómetros que lleva desde la iglesia de Santa Ana hasta el Pico de la Dehesilla para después bajar hacia el sur a la Nava finalizando de vuelta al pueblo recorriendo la ribera del río Puebla, una sustanciosa ruta que nos cuenta la bonita historia rural del pueblo más pequeño de Madrid… que sigue creciendo en habitantes, interés y visitas.  

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