La trata de blancas y el peligro de 'normalizar' la esclavitud

  • Agencia Atlas - 30/07/2022 18:00
La conmemoración del día mundial contra la trata de personas devuelve a la actualidad un hecho preocupante: se trata de un modelo de  esclavitud a la que no escapa prácticamente ningun país del mundo, y que en españa no presenta síntomas de fatiga. Ya son 1440 los detenidos en el último año. Ante la presión policial, los proxenetas inventan nuevas formulas para esquivar a la justicia. A Karina (nombre ficticio) le engañó su propia hermana para que desde Rumanía viniera a España a trabajar de camarera. 500 euros le forzaban a hacer cada día, como poco, 17 relaciones sexuales. "Los explotadores tenían un sumo control sobe ella durante todos los servicios que llevaba a cabo. Y le limitaban los horarios de alimentación. No le dejaban comer más que por las noches lo que le daba uno de sus explotadores", relata Rafael Parras, agente de la Brigada Central de policía contra la trata de seres humanos. Karina tuvo la suerta de quedar libre en la operación más reciente contra la trata; una de las más de 1600 que se han desplegado en el último año. La presión policial ha provocado que los proxenetas, buena parte de Europa del Este, estén cambiando su 'modus operandi'. De intentar captar a compatriotas a hacerlo en otros países, especialmente en Sudamérica. También están evitando a las niñas más pequeñas. Prefieren las que están a punto de cumplir los 18. "Intentan que esté a punto de cumplir la mayoría de edad, para que si son detenidos puedan evitar la condena por explotación de menores", comenta el agente. Eso sí, los proxenetas se emplean sin escrúpulos: imponen a sus esclavas relaciones sujetas a las exigencias, sin protección o lo que pidan, de los clientes. Entre los que ¡ojo! ha bajado, y mucho, la media de edad. "Cada vez se está viendo a edades más tempranas", añaden Parras, "que el consumidor asocia la prostitución con la idea de una actividad más de ocio. Ese es el problema que tenemos". Es decir, que muchos jóvenes ven la explotación como algo normal. Ir con prostitutas es para ellos una parte más de salir de fiesta. -Redacción-

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