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Acaba de empezar pero ya casi podemos decir que este es el "invierno de los resfriados". Una ola de toses y catarros ha sorprendido a toda España, en algunos casos generando tensión en los servicios de asistencia. Es la cara más visible, e incómoda, de un fenómeno que explican diversos factores: la llegada del frío, la acumulación de varios virus y el hecho de que estemos más expuestos, y seamos incluso más vulnerables, tras la "hiperprotección" de la mascarilla.  Se puede decir que ha llegado el frío y nos ha pillado desentrenados.  "El invierno es el invierno. Y como no tenemos respuesta inmunitaria generada frente a virus respiratorios y frente a la gripe, pues ahora tenemos estos problemas", explica Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología, resumiendo, en líneas generales , el diagnóstico de la mayoría de expertos sobre la delicada situación, en cuanto a afecciones respiratorias, que atraviesa el país. Gripe adelantada y por encima de la media. Bronquiolitis, también temprana, con picos que han castigado las urgencias pediátricas. Coletazos de la covid on una variante nueva y un cierto aumento de hospitalización. Nada nuevo, nada especialmente grave por sí mismo, asegura López Hoyos. "No hay una causa de preocupación en que haya mayor virus circulando, o que haya variado el nivel de inmunodepresion, es porque no hemos no estado expuestos y ahora sí, y no hemos generado defensas", explica. Buena parte del problema ha sido la suma de virus con el añadido de una bacteria, el estreptococo. Las infecciones bacterianas han sido pocas, pero alguna grave. Suficiente, en todo caso para generar cierto susto y recordar que tras un periodo de hiperprotección no conviene bajar la guardia. A juicio de los expertos, no hay motivo de alarma, pero sí razones para actuar con prudencia y cautela y seguir las recomendaciones sabitarias. La más elemental: en casos de síntomas o en ambientes cerrados mantener el uso mascarilla.