Público

Antes de presentarse, los candidatos del PSOE extremeño han firmado un código ético. La corrupción preocupa y les preocupa. Y más con el último episodio allí, el de los viajes de José Antonio Monago. Aunque Guillermo Fernández Vara, que opta a recuperar la presidencia de la Junta, no ha querido ni siquiera citar al actual presidente: "Porque la política significa respeto, hasta por aquellos que no te respetan". Él no, pero el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, lo ha hecho nada más empezar. "Aquí hay hambre de cambio, Hay hambre de abrir las puertas de par en par en la Junta de Extremadura y salga Monago". Que ante la corrupción sólo se puede ser inflexible. "El problema del Partido Popular no son sus militantes", explicaba el líder socialista. "El problema del Partido Popular son sus dirigentes. Es una cúpula que ha convivido estructuralmente con la corrupción durante muchos años. Y en consecuencia, la única manera que tenemos de regenerar la vida política en España pasa porque el Partido Popular vaya a la oposición". "Que no aceptamos lecciones en materia de lucha contra la corrupción de nadie, especialmente del Partido Socialista y todos sabemos por qué. Aquí llevan gobernando más de 30 años y ejemplos hay decenas", decía el vicesecretario de política autonómica y local del Partido Popular. Javier Arenas no lo ha citado expresamente como otras veces, pero los ERES sobrevuelan Andalucía. Ha preferido un mensaje en positivo: que lo que provocan unos pocos no puede manchar el labor del resto. "Hacen un trabajo absolutamente limpio y honesto". Y que la mayoría, el 85%, ni siquiera cobra por ello.