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Miles de personas han vuelto a echarse a las calles y plazas de todo Líbano este sábado, a pesar de los esfuerzos del ejército para desbloquear carreteras. Una nueva protesta de una crisis que ha paralizado al país durante diez días y que ha mantenido los bancos cerrados. Los comandantes del ejército y de seguridad se reunieron para planificar formas de reabrir las arterias principales para que el tráfico fluya nuevamente mientras "salvaguardan la seguridad de los manifestantes", dijo el ejército en un comunicado. Pero la gente ha bloqueado rutas con barreras, sentadas y reuniones masivas que exigen la renuncia del Gobierno. Los manifestantes apuntan a la clase política, acusada de corrupción, mala administración de las cuentas públicas y responsables de empujar al país hacia un colapso económico nunca antes visto desde la guerra civil libanesa (1975-1990). Los bancos, las escuelas y muchas empresas han cerrado sus puertas. Al caer la noche del sábado, el primer día del fin de semana, los manifestantes inundaron las calles de todo el país en medio de música patriótica, bengalas rojas, banderas libanesas y pancartas de protesta. Se desplegaron tropas y agentes de policía antidisturbios en las carreteras principales del país y se reabrieron algunas carreteras durante algunas horas, pero duró poco, hasta que otra vez miles de personas se concentraran para cerrarlas. Los bancos permanecerán cerrados hasta que la situación vuelva a la normalidad y se pagarán los salarios a través de cajeros automáticos, según ha informado la Asociación de Bancos en el Líbano. -Redacción-