Muchas veces hemos oído eso de que cada año de la vida de un perro corresponde a siete de la de un humano. Y en esas conversaciones siempre acaba surgiendo el tema de cuánto viven nuestros amigos de cuatro patas. Aunque nos de angustia imaginar que algún día no estarán con nosotros, hemos de ser conscientes de que también sufriremos su pérdida y mostrarnos realista en cuanto a la edad que pueden llegar a alcanzar.
Así que para aprovechar cada segundo al máximo y que cuides en todos los aspectos su salud, para que podáis gozar muchas aventuras juntos, te contamos hoy cuántos años viven los perros en realidad y qué factores influyen en su esperanza de vida.
Raza y tamaño del perro
Los dos factores principales que indican la esperanza de vida de nuestros amigos peludos son la raza y el tamaño. Y es que cuanto más grande es el perro, su existencia será más corta, mientras que los animales más pequeños alcanzarán una edad más longeva. Tanto es así que está demostrado que, cada dos kilogramos de peso, pierden en torno a un mes de esperanza de vida.
Esto tiene su lógica, porque los perros más grandes, a causa de poseer una tasa de crecimiento y un desgaste metabólico mayores cuentan con un ritmo de envejecimiento más acelerado. Son los más pequeños los que más años duran, pues envejecen de una manera más lenta.
Esperanza de vida según razas
Como consecuencia, la esperanza de vida en los perros pequeños se calcula entre los 12 y los 17 años. En este grupo se encuentran razas como el caniche, el yorkshire, el bichón maltés y el chihuahua. Incluso hay casos en los que superan las dos décadas de vida.
Los perros medianos por su parte alcanzan un par de años de edad menos, entre los diez y los 15 años. Algunas de las razas de perros medianos que pueden llegar a la quincena de años son el cocker, el beagle, el bulldog inglés y el West Highland White terrier.
Perros de razas grandes como el pastor alemán, el labrador, el bóxer y el golden retriever, viven algo menos, pues su esperanza de vida se cifra entre ocho y 12 años. Las razas gigantes, entre las que destacan mastines y grandes daneses, disminuyen todavía más, entre los seis y los 11 años.
Así que, de forma general, los perros viven entre ocho y 20 años, aunque en ello influirán unos buenos cuidados, la nutrición y las condiciones saludables de vida. Un perro de raza pequeña puede ser considerado mayor desde los 11 años y los medianos a partir de los nueve años, mientras que para que un perro de raza grande sea considerado viejo solo ha de alcanzar los siete años.
Relación entre la edad de perros y humanos
Dicho todo ello, es posible que nos surja entonces esa pregunta de si cada año de vida de nuestro compañero peludo equivale a siete nuestros y empecemos a multiplicar, pero no hace falta que lo hagamos. La verdad es que esa creencia popular no es real. El ritmo de envejecimiento de los perros es muy distinto al nuestro.
Si hablamos de equivalencias, se considera que el primer año de la vida de un can es similar a los 15 años de un humano, y cuando cumple un par de años, como si fuera una persona de 24 años. A partir de ahí, se puede sumar un lustro humano por cada año perruno.
De tal modo, un perro de tres años de edad tendría 29 años humanos y otro de cuatro años tendría lo equivalente a 39 años nuestros. Una vez que nuestro amigo cumple cinco años, hemos de sumar cuatro años humanos por cada uno de los suyos en las razas pequeñas; seis años humanos en las medianas; y ocho años humanos en las razas grandes.
Cuidados de los perros
Para que nuestros queridos amigos peludos estén en perfecto estado de salud y puedan gozar de una larga esperanza de vida, han de contar con unos buenos cuidados, los cuales son responsabilidad nuestra.
La alimentación es uno de los puntos claves, y deberá ser adecuada en función de la edad, puesto que en cada etapa de su vida tendrá unas u otras necesidades. El ejercicio físico también resulta imprescindible, haciendo especial hincapié en una vida activa que evite la obesidad, para alejar así los riesgos de determinadas enfermedades.
Tampoco puedes olvidar la higiene y el aseo que necesite, con cepillados frecuentes, baños y un entorno limpio donde no haya riesgo de contraer enfermedades ni infecciones. Y, por supuesto, las revisiones en el veterinario, donde deberás respetar sin excepción el calendario de vacunación y la desparasitación.
Recuerda que la medicina preventiva es siempre la mejor opción, algo especialmente importante en aquellas razas que tienen algunos problemas de salud específicos que siempre aparecen con el paso del tiempo.