Dejar salir al gato al exterior: ¿Sí o no?

Si tienes un gato en casa, seguro que te has preguntado alguna vez si es pertinente que salga al exterior. ¿Es un riesgo? ¿Le estoy privando de un factor esencial para su desarrollo si no le permito salir de casa? ¿Y qué precauciones debo tener en caso de que decida dejarlo salir? 

Para aclarar estas dudas, te desgranamos las ventajas y los inconvenientes de dejar salir al gato al exterior, distinguiendo también los diferentes espacios en los que tu gato puede moverse más allá de tu casa: porque no es lo mismo un pequeño jardín en tu propia vivienda que un parque público. 

Dejar salir al gato: inconvenientes 

Un gato - Fuente: Unsplash
Un gato – Fuente: Unsplash

Como hemos explicado, un gato doméstico no necesita salir al exterior para tener una vida plena. Son animales territoriales que necesitan tener control exhaustivo de su zona de influencia. Y en el caso de los gatos que viven en una casa, controlando las diferentes dependencias de la misma, es más que suficiente para ellos. Ahí tienen todo lo que necesitan: comida, refugio, entretenimiento y su querida y protectora familia humana. 

Para un gato acostumbrado a vivir en una casa, puede ser un quebradero de cabeza empezar a conocer el exterior. Un mundo nuevo se abrirá ante ellos, nuevos olores, nuevas aventuras, nuevos enemigos y nuevas presas. Todo ello supone nuevos riesgos, tanto para él como para otros animales con los que puede compartir el entorno.  

Así pues, el primer riesgo que asumes dejando salir a tu gato es que pueda entrar en contacto con otros animales y contraiga una enfermedad, incluyendo parásitos como pulgas, lombrices o garrapatas.  

En caso de que tu gato no esté esterilizado, los riesgos son evidentes: puede entrar en contacto con otros gatos sintiendo la “llamada” de la naturaleza. Y tu gata puede volver embarazada a casa. Por eso siempre es recomendable esterilizar a los gatos, especialmente si salen al exterior. 

También es un riesgo de cara a accidentes. A más aventuras en el exterior, más posibilidades de tener algún contratiempo. Y a los gatos les gusta poner a prueba sus habilidades físicas: si hay que subir a un árbol, se sube, no piensan tanto en que luego han de bajar para volver a casa… 

Por último, no hay que olvidar que también son un riesgo para otros animales: son depredadores implacables con animales pequeños como roedores o pájaros. No atacan solo para comer, sino por instinto, para poner a prueba sus habilidades cazadoras. 

Dejar salir al gato: beneficios 

Un gato en una ventana - Fuente: Unsplash
Un gato en una ventana – Fuente: Unsplash

¿Alguna vez has visto a tu gato meter el hocico por el hueco de una ventana, cerrando los ojos y “oliendo” el mundo… ese mundo que se está perdiendo? Tal vez la comparación no sea del todo adecuada, pero nosotros tampoco necesitamos el mar para vivir, pero conocerlo es una experiencia única. Y así con tantas cosas. 

Puede que los gatos tengan todo lo imprescindible en el interior de un hogar, pero ahí afuera también hay experiencias que merecen la pena y son enriquecedoras, y más para un animal de carácter explorador. Salir al exterior ofrece ejercicio, entrenamiento, libertad y autonomía para tu gato, todos ellos rasgos asociados al carácter gatuno.  

La prueba de que les gusta el exterior es que si les abres una ventana hacia una terraza, hacia un espacio “controlable” y prometedor, no tardarán en saltar para echar un vistazo. Puede que duden en un principio, pero querrán saber que hay más allá de su zona de influencia, por si pueden ampliarla. 

Ahora bien, para dejar salir a un gato al exterior, hay que ser bien consciente de los riesgos y tomar precauciones, en particular la esterilización y el control exhaustivo del espacio que el gato puede recorrer en sus aventuras externas.

Nunca recomendamos que lo dejes a su aire sin saber a dónde va, salvo que sea un gato que ya esté acostumbrado al exterior desde pequeño. Si es adulto y empieza a salir, tendrás que estar muy atento y ser lo más restrictivo posible sobre sus salidas hasta que coja soltura. 

¿Dónde podemos dejar salir al gato? 

Gatos en una ventana
Gatos en una ventana – Fuente: Unsplash

Cada casa es diferente, y aunque los gatos tienen una gran capacidad de adaptación para amoldarse al hogar de sus tutores, cuanto más espacio tengan, mejor para ellos. En general un gato se adapta mejor a las costumbres urbanas de los seres humanos que los perros porque estos encuentran más dificultad para ejercitarse a nivel físico en el interior de un hogar de tamaño medio. 

De cualquier forma, buena parte de las casas tienen una zona exterior, desde los pequeños balcones, a las terrazas más amplias, incluyendo jardines en viviendas o apartamentos unifamiliares. Por eso, dependiendo de cada zona exterior, debemos tener en cuenta una serie de circunstancias. 

El balcón y la terraza 

¿Cuántas veces has visto un gato haciendo equilibrios sobre la barandilla de un balcón o una terraza temiendo porque se caiga? Ya sabemos que los gatos tienen una capacidad física muy desarrollada siendo extraordinariamente ágiles. Pero ni el gato más equilibrista está libre de un error que puede ser fatal. 

En este sentido, te aconsejamos que, siempre que sea posible, coloques una red o una mosquitera en los balcones para evitar caídas. De esta manera, permites que el gato disfrute del exterior, sin riesgo alguno. Para seguir ofreciéndole la posibilidad de disfrutar de las vistas y del aire fresco puedes colocarle una tarima que le permita subir a la altura de la barandilla o del extremo del balcón sin que necesite subirse al mismo. 

Es importante asegurarse de que la red o la mosquitera estén bien sujetas para que no exista riesgo de desprenderse si el gato se apoya en ellas. Así mismo, no debe tener agujeros demasiado grandes por los que el gato se pueda deslizar. Ya sabemos que los gatos siempre buscan la forma de escabullirse del control humano.  

Y lo que sirve para los balcones y las terrazas, sirve para las ventanas, especialmente para las que están a mucha altura. Mejor prevenir, aunque confiemos mucho en las habilidades físicas de nuestro gato. 

Un jardín privado 

Un gato - Fuente: Pexels
Un gato – Fuente: Pexels

Aquellos que tengáis una casa con jardín, estáis de suerte. Y vuestro gato, también. Es el lugar ideal para ellos porque pueden salir al exterior, estando el mismo totalmente controlado por su tutor evitando posibles vías de escape.  

En este sentido, debes revisar todos los lugares que pueden ser sorteados por el gato para salir. Porque tal vez querrán ir un poco más allá: cuidado con los huecos en el suelo, las tapias o las cercas demasiado bajas, los árboles, etc. Es cierto que algunos gatos asumen pronto cuáles son los límites y prefieren quedarse dentro de su jardín a pesar de tener opciones para investigar más allá. Pero nunca se sabe con el carácter gatuno.  

Por otro lado, no será el primer ni el segundo gato que se va de casa unas horas y vuelve más tarde tan campante, tal vez algo más sucio… Ten siempre presente los riesgos de permitir estas aventuras sin supervisión que, a buen seguro, los gatos agradecen mucho. 

Parques y espacios públicos 

En principio, no son espacios indicados para gatos adultos que no estén acostumbrados a socializar desde cachorros por la sobreestimulación que pueden sufrir, especialmente de ruidos y olores. Si lo llevas con correa, mucho más seguro, pero debes acostumbrarlo a su uso para evitar que se haga daño con ella. 

Aunque nos consta que hay gatos que se comportan de forma muy tranquila sin correa en espacios públicos, no te la juegues con tu gato si no tiene experiencia. Prueba primero en entornos muy controlados, alejados de ruidos fuertes, como el tráfico de coches y de otros animales. Esos pequeños jardines bien acotados sin posibilidad de escape son los lugares ideales para que tu gato empiece a disfrutar de ese mundo exterior más allá de la seguridad de tu casa.  



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