Nace el primer demonio de Tasmania en Australia en 3000 años

Hace 3000 años que los demonios de Tasmania habían desaparecido de Australia continental, pero el nacimiento de siete cachorros abre la puerta a que este singular animal pueda recuperar su viejo hábitat más allá de la isla australiana del sur que sigue siendo su principal hogar.  

Los proyectos más recientes del gobierno australiano en materia de conservación de la biodiversidad, como Towards Zero Extinction presentado el año pasado, han puesto el foco en la recuperación del demonio de Tasmania que está incluido en la lista de especies amenazadas desde 1941

El demonio de Tasmania, de vuelta en Australia 

Demonio de Tasmania - Fuente: Pixabay
Demonio de Tasmania – Fuente: Pixabay

Durante la pasada década, diversas organizaciones medioambientales como WildArk, Wildlife Conservation y Aussie Ark trabajaron para que el demonio de Tasmania regresara a Australia continental.  

Hace dos años y medio, estas organizaciones organizaron un acto en el que participaron el actor australiano Chris Hemsworth y su pareja, la actriz española Elsa Pataky, en la que ambos, habituales colaboradores de WildArk, fueron los protagonistas de la liberación de 11 demonios de Tasmania en un santuario de vida silvestre de 400 hectáreas en Barrington Tops, al norte de Sídney. 

“Dentro de 100 años, recordaremos este día como aquel que puso en marcha la restauración ecológica de todo un país”, dijo Tim Faulkner, presidente de Aussie Ark. “No solo se trata de la reintroducción de uno de los animales amados de Australia, sino de un animal que diseñará todo el entorno a su alrededor, restaurando y reequilibrando nuestra ecología forestal después de siglos de devastación por la introducción de zorros y gatos y otros depredadores invasivos. Debido a esta reintroducción y todo el arduo trabajo que la condujo, algún día veremos demonios de Tasmania viviendo en los grandes bosques del este como lo hicieron hace 3000 años”. 

Pues bien, no hicieron falta 100 años, sino tan solo dos, para comprobar que, al menos de momento, el proyecto de reintroducción del demonio de Tasmania en Australia continental ha dado sus primeros frutos. “Una vez que regresaron a la naturaleza, dependía de ellos, lo cual fue estresante. Los habíamos estado monitorizando hasta que llegó el momento de intervenir y confirmar el nacimiento de nuestras primeras crías salvajes. ¡Y qué momento!”. El propio Faulkner se felicitaba en declaraciones recogidas por People, sobre el nacimiento de la camada. 

“El hecho de que los adultos se hayan adaptado tan rápido es notable, y las crías son una de las señales más tangibles de que la reintroducción de los demonios de Tasmania está funcionando”, apostilló Don Church de Re:wild. 

Demonio de Tasmania - Fuente: WildArk
Hemsworth y Pataky con varios demonios de Tasmania – Fuente: WildArk

Y es que la presencia de demonios de Tasmania en Australia continental no es solo algo simbólico, como dijo Faulkner, sino algo práctico. Se trata de ayudar a controlar la población de gatos salvajes y zorros que amenazan a otras especies endémicas y en peligro de extinción.  

Porque no hay que olvidar que el demonio de Tasmania es el marsupial carroñero más grande del mundo, llegando a medir lo mismo que un perro doméstico pequeño y pudiendo infligir una fuerza de 42 kg con sus mandíbulas, algo inusual para su tamaño. Y aunque prefiere alimentarse de animales muertos, está capacitado para atacar a otros rivales de tamaño similar, como los propios gatos y zorros.  

Demonio de Tasmania: ¿por qué desapareció de Australia?  

Demonio de Tasmania - Fuente: Pixabay
Demonio de Tasmania – Fuente: Pixabay

Si era su hábitat natural, ¿qué pasó hace 3.000 años para que este marsupial desapareciese de Australia continental y quedase confinado a la isla de Tasmania? Un estudio publicado a finales de 2021 en la revista Ecography y redactado por varios investigadores de la Universidad de Tasmania, trató de dilucidar si el cambio climático había sido la causa principal de su desaparición

¿Demasiado caluroso para el diablo?”, se preguntaron los investigadores. Y es que el posible papel del cambio climático en las extinciones de animales en el Cuaternario tardío sigue siendo muy debatido, aunque “pocos estudios han investigado sus efectos directos sobre la fisiología animal para evaluar si los cambios climáticos pasados podrían haber tenido impactos significativos en las ahora extintas especies”. 

Tras usar modelos de nicho mecanicista de los requisitos de energía y agua para la termorregulación e índices de estrés hídrico de las plantas basados en la humedad del suelo para representar indirectamente disponibilidad de alimentos y agua, el estudio concluyó que no hay evidencia de efectos negativos generalizados del clima sobre los efectos fisiológicos para el demonio de Tasmania durante su extinción.

En este sentido, los investigadores concluyen que los cambios culturales y demográficos en la población humana y la competencia del dingo, el perro salvaje australiano, pudieron estar detrás de la extinción del demonio de Tasmania en Australia continental. 

El cáncer facial, la amenaza actual del demonio de Tasmania 

Demonio de Tasmania - Fuente: Unsplash
Demonio de Tasmania – Fuente: Unsplash

Además de los avatares del clima, la presencia de depredadores rivales y de seres humanos en sus viejos hábitats, existe otra amenaza reciente para este animal: el cáncer facial. Desde que se documentó el primer caso en 1986, el conocido como DFT1 comenzó a afectar a diversos ejemplares de demonio de Tasmania, extendiéndose rápidamente debido a una singular característica: se trata de un cáncer contagioso que se extiende través de las mordeduras y heridas que se infligen los animales a la hora de relacionarse, pelear y aparearse. 

En su día, se señaló que era el responsable del 80% de la disminución de la especie, pero su evolución lo convirtió en endémica lo que ha ido minimizando su impacto y reduciendo la mortalidad según diversos estudios.  

El nuevo problema es el que sugiere este estudio de Science, la evolución de un segundo cáncer facial transmisible denominado DFT2 que ha evolucionado y mutado más rápidamente considerándose una amenaza de alto nivel para la especie.  

El investigador Max Stammnitz, que actualmente se encuentra trabajando en el Centre de Regulació Genòmica de Barcelona, es el principal responsable de este estudio que trata de profundizar en el conocimiento de la que se considera la principal amenaza del futuro del demonio de Tasmania, mientras lucha por volver a su hábitat natural en Australia continental.  



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