¿Qué cuidados básicos y veterinarios necesita un gato?

Existe la creencia generalizada de que un gato “da menos trabajo” y requiere menos atención que un perro. Pero, aunque no lo saquemos de casa y sea más independiente y autosuficiente —al menos para según qué cosas—, exige mucha atención, cariño y buenas prácticas

A continuación, resumimos los cuidados básicos y veterinarios que precisa un gato. Sobre todo, si estás pensando en llevar un gato a casa por primera vez, te conviene echar un ojo a esta guía básica antes de decidirte. 

Cuidados básicos que necesita un gato 

Cuidados básicos de un gato
Un gato y una mujer – Fuente: Unsplash

¿Qué come un gato? ¿Dónde duerme? ¿Qué pasará con mis muebles? ¿Le debo dejar salir a la terraza o al jardín? Cuando llevamos un gato a casa por primera vez surgen muchas preguntas y dudas que debemos ir resolviendo. El objetivo debe ser conjugar el bienestar del gato recién llegado con el del resto de habitantes humanos (y animales) de tu casa.  

La llegada del gato 

Es un momento inolvidable: cuando sacas al gato del transportín y se dispone a investigar por primera vez el territorio que va a ser suyo el resto de su vida… aunque él quizás todavía no lo sepa. Si es aún un gatito deberás extremar las precauciones, si ya está un poco más crecido verás qué pronto empieza a controlar su espacio… que es también el tuyo. 

Para no improvisar sobre la marcha, deberás tener ya en casa los elementos básicos que aseguran el cuidado y bienestar del gato: comedero, arenero, rascadores, cama o lugar específico para dormir, juguetes, etc. No esperes mucho para tener estas cosas porque los primeros días son claves para su rutina y educación. 

¿Dónde duerme? 

En este sentido, si estás decidido a que el gato tenga su propio espacio para dormir, acostúmbralo desde el primer día, porque puede que se vaya contigo a dormir a la cama la primera noche, de forma “excepcional” y luego la excepción se alargue diez o quince años más, con todo lo que conlleva… 

¿Qué come? 

Como otros aspectos de su vida, la alimentación depende de la edad del gato. Hoy en día tenemos diversas opciones de comida para gatos en cualquier supermercado o en el propio veterinario. La principal duda puede venir entre el alimento seco o el alimento húmedo.  

Cada una aporta sus beneficios, pudiendo ofrecer una fórmula mixta a nuestro gato para que no se canse de comer siempre lo mismo. De cualquier forma, lo importante es que sea un pienso de calidad y que aporte los nutrientes necesarios. Y no te olvides del agua fresca y limpia: los gatos suelen ser muy escrupulosos para el agua rechazando aquella agua que no esté a su gusto en temperatura y limpieza.  

¿Cómo se limpia? 

Cuidados básicos de gato
Un gato lamiéndose una pata – Fuente: Unsplash

Ya habrás visto qué entusiasmo ponen los felinos en su higiene personal: es una conducta innata que es de lo más singular, pero que tiene para ellos una importancia fundamental. Deberás colaborar en su higiene cepillando su pelo periódicamente para evitar que suelte demasiado y pueda generar las temidas bolas de pelo en su organismo.  

Las uñas son otro elemento importante del cuidado básico. Debes cortárselas habitualmente para evitar que las tenga demasiado largas y le haga todo tipo de destrozos a tu casa, como al sofá que nunca será el mismo desde que el gato comience a frecuentarlo. En este sentido, los rascadores son tu mejor ayuda: anima a tu gato para que lo use en vez de colgarse de la cortina. Y si no puedes cortarle las uñas tú mismo, llévalo al veterinario para que lo hagan allí. 

¿Con qué juega? 

Los gatos se suelen buscar la vida para plantearse juegos y divertimentos. Pero lo disfrutará más si estás tú presente. Ten en cuenta que son cazadores por naturaleza y disfrutan mucho poniendo en práctica su innato talento para la caza. Los juegos que estimulan su faceta cazadora son los que más les suelen entretener.  

Dependiendo de las características y edad de tu gato, estos juegos pueden ser altamente recomendables para que se mantenga activo vigilando el sobrepeso, el enemigo de los gatos más mayores y/o perezosos. 

¿Dónde hace sus necesidades? 

En el arenero. En este artículo tienes información acerca de este artilugio que pasará a ser uno de los más importantes de la casa con la llegada del gato. Por regla general, los gatos se apañan muy bien solos en este aspecto, pero deberás estar muy atento especialmente en las primeras semanas para que tu amigo felino se acostumbre a ir al baño donde debe. 

¿Lo debo educar? 

Gato siamés
Gato siamés/Foto: Unsplash

Tal vez los gatos no necesiten una educación tan “estricta” como otros animales, pero eso no quiere decir que les dejemos a su aire desde el primer día y que la naturaleza siga su curso. Especialmente si queremos que se respeten unas mínimas normas de convivencia deberás poner atención en educar a tu gato para que respete al resto de personas que conviven contigo en casa y a los enseres de la misma.  

Aunque tu casa es “su territorio” también es el tuyo y el gato debe percibir que tú eres una autoridad: debe entender que lo hace mal cuando no actúa bien y que habrá consecuencias al respecto. Un cambio en el tono de voz puede bastar: la cuestión es que el gato asocie que lo ha hecho mal con su consecuencia. El refuerzo positivo cuando actúa bien también ayudará a adquirir unos hábitos de comportamiento adecuado. 

Cuidados veterinarios 

Cuidados básicos de un gato
Un gato y un veterinario – Fuente: Depositphotos

La visita periódica al veterinario es la otra faceta clave del cuidado básico de tu gato. Dependiendo de la edad del mismo y si sale o no de casa, variarán las atenciones que recibirá en el veterinario, siendo las primeras semanas importantes de cara a la prevención de varias enfermedades. 

Vacunación 

Como sabemos muy bien a estas alturas, la vacunación es clave en la medicina preventiva, también del gato. Nuestro amigo felino deberá pasar por la aguja de forma rutinaria existiendo una serie de vacunas muy recomendables y otras opcionales. Consulta siempre con el veterinario para resolver cualquier duda al respecto. 

  • Vacuna trivalente. Es la primera vacuna que se suele inyectar entre la octava y la novena semana de vida del gato que suele requerir una segunda dosis aproximadamente un mes más tarde. Además, se necesitan refuerzos cada dos o tres años. La trivalente inmuniza al gato contra el calicivirus, la rinotraqueítis y la panleucopenia. 
  • Leucemia felina (leucosis). Especialmente recomendada para gatos que salen de casa. 
  • Rabia. Es una vacuna obligatoria si vas a viajar con tu gato a determinados países. Se puede poner a partir del tercer o cuarto mes de vida 
  • Otras vacunas. Existen vacunas contra enfermedades como la clamidiosis felina o la peritonitis infecciosa felina. Consulta con el veterinario si es recomendable o no en el caso de tu gato. 

Esterilización 

Tanto para gatos como para gatas, es una de las recomendaciones habituales de los veterinarios por los beneficios que supone: prevención de enfermedades, aumento de la esperanza de vida, mejora del bienestar al no pasar por el celo, evitar camadas no deseadas, etc.  

Por lo general, el mejor momento para esterilizar a un gato es antes de que alcance su madurez sexual, en torno a los nueve meses de edad. Y aunque es una operación no exenta de riesgos —como cualquier intervención quirúrgica— ni de consecuencias negativas —cálculos urinarios, incontinencia urinaria, sobrepeso, etc. — los beneficios, por regla general, superan a los riesgos

Revisiones

Cuidados básicos de un gato
Un cahorro de gato – Fuente: Unsplash

En las primeras semanas de vida, el gato deberá visitar el veterinario con más asiduidad: cada dos o cuatro semanas durante los primeros cuatro meses de vida. A partir de ahí, las revisiones ordinarias pueden ser cada seis meses o un año. A partir de los siete años se recomienda establecer una visita periódica cada seis meses de cara a prevenir enfermedades que pueden aparecer en la madurez del felino.  

¿Y cómo saber si tu gato necesita atención más urgente? Cualquier cambio relevante en su comportamiento puede ser signo de un problema físico. Ten en cuenta que los gatos son reservados por naturaleza y no muestran abiertamente sus percances como forma de autoprotección frente a otros animales. Pero si notas que se esconde mucho, que está menos activo, que come menos o juega menos, que orina fuera del arenero, etc. es momento de llevarlo al veterinario.



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