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La mina de los dinosaurios

En Ariño se abre un nuevo centro de Dinópolis en torno a la explotación de carbón en la que se han hallado miles de fósiles de animales desconocidos que vivían en un delta subtropical.

Recreación de Europelta carbonensis, un dinosaurio acorazado hallado en Ariño. /ANDREY ATUCHIN - FUNDACIÓN DINÓPOLIS

MALEN RUIZ DE ELVIRA

Un yacimiento gigantesco, probablemente el mayor y más rico de dinosaurios encontrado en España hasta ahora, es una parte muy importante de lo que se traen entre manos actualmente los paleontólogos de la Fundación Dinópolis, en Teruel. En la mayor mina de carbón a cielo abierto de España, la Santa María en Ariño, se identificaron hace apenas cinco años, a centenares de metros por debajo del nivel original del suelo, conjuntos de huesos fósiles de dinosaurios y muchos otros animales en cuyo estudio se ha hecho un gran esfuerzo en poco tiempo. Ahora, junto a la mina se abre un centro divulgativo que muestra lo hallado hasta la fecha y explica cómo era aquel mundo perdido de hace 110 millones de años a través de reconstrucciones y recreaciones. Los dinosaurios vivían en un delta-estuario con ríos, lagos, pantanos y marismas en un clima subtropical en la orilla occidental del desaparecido mar de Tethys.

Los hallazgos más importantes llevan nombres que remiten a la zona. Están el Europelta carbonensis, el anquilosaurio nodosáurido (un tipo de dinosaurio acorazado) más completo encontrado en Europa, de 4,5 metros de largo, y el Proa valderinnoensis, un iguanodontio singular de unos 8 metros. “El yacimiento es gigantesco y hay trabajo para años”, explica a Público el paleontólogo Luis Alcalá, que dirige la fundación. “Cuanto más tiempo se prolongue la explotación de carbón, más fósiles aparecerán”.

El estrato de fósiles está justo por debajo del nivel límite de aprovechamiento comercial del lignito

El estrato de fósiles está justo por debajo del nivel límite de aprovechamiento comercial del lignito. Precisamente porque la mina es inaccesible al público al estar en explotación por la empresa SAMCA, imprescindible colaboradora en la investigación del yacimiento, se abre este centro divulgativo que se inaugura el 14 de marzo. Se llama Valkaria y es el séptimo de la red de Dinópolis en pueblos de Teruel, además de la sede central en la capital.

Todas las cifras son grandes en este yacimiento. Abarca unas 25 hectáreas (unos 30 campos de fútbol) y ya se han localizados 121 concentraciones de fósiles. Se han recuperado en total 7.000 restos que corresponden, que se sepa hasta ahora, a dos tipos de tortuga, dos nuevos cocodrilos, tres tipos de dientes de dinosaurio terópodo, los dos nuevos dinosaurios citados antes y tres nuevos ostrácodos (pequeños crustáceos). Por los menos siete animales desconocidos hasta ahora. “Hay una gran abundancia y variedad de fósiles”, comenta Alcalá, “y los esqueletos de los vertebrados están bastante completos, no se trata de hallazgos aislados de huesos”.

De la época a la que corresponde el yacimiento de Ariño se habían encontrado muy pocos vertebrados europeos hasta ahora, por lo que la mina está ya en el mapa mundial de los dinosaurios y muchos expertos extranjeros están deseando estudiar lo hallado porque casi todo es nuevo. Sin embargo, la abundancia es tanta que preparar y restaurar los fósiles para investigarlos y describirlos es el cuello de botella con que se encuentran los paleontólogos. Solo se ha podido hacer hasta ahora en una pequeña proporción de los 7.000 fósiles.

Mina Santa María, en Ariño (Teruel). /FUNDACIÓN DINÓPOLIS

Mina Santa María, en Ariño (Teruel). /FUNDACIÓN DINÓPOLIS

No se puede olvidar que el carbón es lo que queda de antiquísimos bosques y en él se perviven, en este caso muy bien conservados en forma fósil, la fauna y la flora

No se puede olvidar que el carbón es lo que queda de antiquísimos bosques y en él se perviven, en este caso muy bien conservados en forma fósil, la fauna y la flora. “Lo encontrado en Ariño ayuda a establecer claves en la evolución y distribución de los dinosaurios durante el Cretácico inferior no sólo en Europa, sino también en América del Norte y Asia”, concluye Alcalá. Aunque sean los dinosaurios y los demás grandes vertebrados los que más llamen la atención, la zona es muy rica también en distintas asociaciones de plantas fósiles, lo que hace que se considere uno de los yacimientos botánicos más variados del mundo de los correspondientes a esta época.

De Teruel proceden los primeros huesos de dinosaurios identificados en España, que se publicaron en 1872 junto a otros de Castellón. Luego vino una larga época de escasez en descubrimientos. Ahora, el lema “Teruel existe” es especialmente cierto en el campo de la paleontología. Cuando se ha buscado, y bien, se han encontrado tesoros en esta área, la mayor parte en las últimas décadas de la mano de la Fundación Dinópolis. Desde que se creó en 1998 por iniciativa del Gobierno de Aragón junto con el Parque Dinópolis para combinar ciencia y ocio, cuenta en su haber con numerosos hallazgos, entre ellos el del dinosaurio mayor de Europa, de 30 metros de longitud: el Turiasaurus riodevensis encontrado en Riodeva.

Los descubrimientos científicos se publican, como es habitual, en revistas especializadas y se presentan en congresos. En el caso de la mina de Ariño, se han publicado resultados en las revistas Geoheritage, Zootaxa, PlosOne, Historical Biology y Spanish Journal of Palaeontology.

Excavación de fósiles en la mina Santa María, en Ariño. /FUNDACIÓN DINÓPOLIS

Excavación de fósiles en la mina Santa María, en Ariño. /FUNDACIÓN DINÓPOLIS

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