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Una gallega en la corte de los rebeldes

Ángela de la Cruz se convierte en la primera artista española en ser seleccionada como finalista del Premio Turner, el más prestigioso del arte contemporáneo

CONXA RODRÍGUEZ

But is it Art? (¿Pero es arte?). Es el interrogante que acompaña hace tiempo al Premio Turner de arte contemporáneo. Este año la artista Ángela de la Cruz (A Coruña, 1965) es la primera española nominada para el prestigioso galardón, cuyo ganador se dará a conocer el próximo día 6 de diciembre.

Ayer se anunciaron los cuatro finalistas, y todo era regocijo en el estudio de Ángela, en el barrio de Kensington, al oeste de Londres. Allí concibe y dirige sus obras con un equipo de cinco ayudantes. El premio está dotado con 40.000 libras (48.000 euros), aunque la dotación más importante es la notoriedad y la publicidad que genera para los nominados y, todavía más, para el ganador. El Turner es un premio polémico: hasta los críticos que se mofan de él al mismo tiempo se santiguan.

Sus óleos expresan violencia, como si alguna catástrofe hubiese ocurrido

A la hora de hacer una obra, Ángela no distingue entre pintura y escultura; entre lo bidimensional y lo tridimensional. Para ella, 'no hay límite en la creación artística ni en la comunicación que el arte evoca'. 'Yo hago pintura y escultura contemporánea', aseguraba ayer. Sí, en cambio, distingue a la hora de escoger materiales; tiene algunos favoritos para encauzar su discurso.

'La pintura y los muebles viejos o de segunda mano es la materia preferida para mis obras. Con ellas quiero transmitir el sentido de la tragicomedia y de la picaresca', explica Ángela desde la silla de ruedas en la que la dejó postrada un derrame cerebral hace tres años, cuando estaba embarazada de su hija. Aquella enfermedad, y la falta de movilidad que le ha generado, no le supone restricción alguna para continuar con su carrera como artista. 'Para mi trabajo no siento ningún tipo de restricción porque lo que trato es emocional y vital; lo hago visual', reconoce. Junto a evocaciones de la memoria o el deseo, surge también en sus obras un aire de violencia, como si alguna catástrofe hubiese ocurrido.

'Cuando rajo un lienzo, desaparece la grandeza del cuadro'

Con su obra recoge algunos aspectos de la tradición artística española, como el trabajo de Goya. Es uno de sus referentes, pero los que más le han influido son los artistas minimalistas como Donald Judd o Robert Ryman. Conoce también la obra del fallecido Steven Parrino, con quien coincide en algunos aspectos. 'Desde el primer momento que rajé un lienzo, desapareció la grandeza del cuadro', cuenta la artista para explicar algunas de sus obras en las que bastidores, lienzos y cuadros enteros aparecen como si estuviesen a medio hacer. Y cuando rompió, por primera vez, un bastidor convirtió un cuadro en una escultura y destruyendo unas hacía otras. Nada es sagrado.

'Son obras completamente hechas', aduce De la Cruz acerca de algunas de sus piezas, a primera vista, sin acabar. Los títulos de sus obras en series o por piezas individuales son directos: Naturaleza muerta, Pinturas de lo cotidiano, Más grande que la vida, Choque, etc.

De la Cruz tiene en la actualidad una exposición en el Camden Arts Centre de Londres, que podría llamarse Retrospectiva a pesar de que a los artistas contemporáneos, en general, no les gusta este calificativo y prefieren el término Monográfico mientras mantienen intacto su talento creativo. 'En esta muestra, la mitad de lo expuesto es obra antigua y la otra mitad es nueva que he hecho recientemente', dice.

El sexo y el humorson temas recurrentes en sus obras más recientes

Cuando Ángela de la Cruz habla de obra antigua se refiere a la producida a partir de 1990-1991, cuando empezó a trabajar en el arte tras su llegada a Londres en octubre de 1987 para estudiar en el Goldsmith College. La obra antigua son óleos con connotaciones sexuales, uno de los elementos frecuentes en sus piezas junto al humor y la sátira. La vida, con sus altos y bajos, es lo que en realidad está inmersa en sus producciones, tanto si son bidimensionales como tridimensionales.

Ángela considera que 'aquellos trabajos [los de 1990-1991] eran una mierda'. Su obra en general ha ido evolucionando en estos 20 años al mismo tiempo que su ritmo vital ha ido también cambiando; se ha hecho más sofisticada en los colores y las formas. Preguntada sobre dónde se dirige con sus creaciones, contesta sin dudar que 'ahora voy directamente al grano'. Al grano visual y al grano evocativo. 'La evocación de la memoria y el deseo en las pinturas y esculturas de Ángela de la Cruz' es uno de los motivos que ha destacado el jurado del Premio Turner para incluirla en la selección de los cuatro finalistas.

'En España,no hubiera podido desarrollar mi carrera artística'

La artista gallega subraya el dinamismo creativo de la capital británica y asegura que 'si me hubiese quedado en España no creo que hubiese podido desarrollar mi carrera artística como lo he hecho aquí, porque allí el mundo del arte está muy politizado; aquí, el arte y la cultura en general institucionalizada es más independiente de la política'.

Junto a Ángela de la Cruz los otros tres nominados para esta convocatoria del premio son Dexter Dalwood, que pinta óleos aludiendo a la historia del arte y al grafitero Banksy; la escocesa Susan Philipsz, que hace instalaciones de sonido con su propia voz, y The Otolith Group, una pareja integrada por Anjalika Sagar y Kodwo Eshun que hace instalaciones con vídeos u otros medios de creación artística.

El Premio Turner de arte contemporáneo fue creado en 1984 por un grupo de personas llamadas Patrons of the New Art con el propósito de 'celebrar el talento del arte contemporáneo británico'. Hoy, las únicas condiciones para estar en las selectas listas es tener menos de 50 años y haber hecho una exposición en los últimos 12 meses. Sus patrocinadores han sido desde la marca de ginebra Gordon, que dobló la dotación de dinero en 2004, hasta la empresa Milligan o el canal de televisión Channel 4.

La red de museos Tate acogerá una exposición de los finalistas en su edificio Tate Britain y galeristas como Saatchi le darán el visto bueno. Los críticos se dividen entre los favorables y contrarios al premio, y lo mejor del caso es que, para celebrar la originalidad en el arte contemporáneo británico, los Patrons of the New Art tomaron el nombre del pintor costumbrista Joseph Mallord William Turner (1775-1851), conocido también como el artista de las nubes (no las de ceniza), las tempestades, los chaparrones, los paisajes o los cielos de la campiña inglesa. Ninguno de los galardonados, ni siquiera los finalistas, desde el año 1984 se ha inspirado en él, pero todos continúan yendo juntos por esta travesía del desierto que es el Premio Turner.

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