Es un marciano en la tierra, en un barrio de Elche para ser exactos. Un tipo embutido en un traje espacial, casco incluido, que deambula por los suburbios, mientras escuchamos una voz en off, la suya, que nos relata una historia de soledad: la glosa de una abducción, de una misión transmitida desde el futuro para traer al presente las misteriosas protopartículas. Un galimatías de ciencia ficción para hablar en realidad de la desintegración existencial.

El personaje está emparentado con aquel otro que protagonizaba el anterior corto de Chema García Ibarra, 'El ataque de los robots de Nebulosa-5', con el que ya ganó un premio al mejor corto en Sundance, además del premio Mèlies a mejor corto de cine fantástico europeo. Ahora con 'Protopartículas' vuelve a hacerlo, y García Ibarra acaba de ganar una mención en el prestigioso festival de Utah.

'Me interesa el contraste, mezclar comedia con drama'

Como hacía en su anterior corto, filmado en blanco y negro y con una realización austera a ritmo de planos fijos, García Ibarra vuelve a llevarnos a una ciencia ficción existencialista, que mezcla un cine interesado por el otro, el extraño, el raro, y también por otra ciudad: los suburbios de una ciudad de provincias.

'Me interesa el contraste, mezclar comedia con drama, ciencia ficción con cotidianidad. En ese cruce de mundos es donde veo cosas interesantes y posibilidades que me gustaría seguir explorando', respondía a Público desde Sundance García Ibarra, responsable también de varios videoclips del grupo Klaus & Kinski. Ahora ultima el guión de su primer largometraje, que no será extraño encontrar seleccionado en Sundance.