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«La polémica es buena publicidad»

La lámpara +Sister de José Manuel Ferrero, presentada en la feria Maison Objet de París, tira del imaginario religioso para responder a un uso cotidiano

ISABEL REPISO

Una de las máximas que persigue José Manuel Ferrero en sus diseños es 'crear productos que provoquen sensaciones y transmitan la necesidad para la que han sido creados'. Su última criatura, la lámpara +Sister, es una chilena al ingenio en la que confluyen utilidad y estética mordaz. Fue presentada en la feria parisina Maison Objet el pasado enero y se puede encontrar en las tiendas Vinçon.


En su lámpara juega con referentes religiosos. ¿La polémica es buena publicidad?
Sí, siempre ayuda. La cuestión es que se hable.


¿La creó para provocar?
No. Tiene algo de ironía pero sin llegar a la provocación. Surgió de jugar con papeles, queríamos crear una lámpara pero sin ideas preconcebidas.
Con Poorhouse recibió una mención especial en Valencia Crea 2006.

¿El diseño puede aportar soluciones a determinadas carencias sociales?
Sí. El diseño puede aportar grandes ideas. Con Poorhouse se intentó aportar un poco de bienestar y solucionar las condiciones de personas sin recursos, aunque sea de una forma muy humilde. El proyecto se planteó como una alternativa al estar a la intemperie, facilitando la autopromoción de su inquilino por medio de la publicidad propia, dando a conocer sus aptitudes en cualquier trabajo.

Empezó trabajando la iluminación pero a partir de 2007 se ha centrado más en el diseño de mobiliario. ¿Ha sido una elección consciente o depende de los encargos que recibís?

El trabajo en el estudio es muy variado y desarrollamos nuestros proyectos según los planteamientos que nos proponen las empresas o lo que creemos que puede funcionar. Hemos estado trabajando en varias tipologías de producto a la vez y es interesante porque ideas de una pieza luego las aplicas a otra de otro campo diferente.


Dentro del apartado de interiores, qué le gusta más trabajar, ¿‘stands', escenografías o el diseño de espacios?
Cada proyecto es una idea nueva, un inicio de juego, en el que buscamos y partimos de cero a la hora de desarrollar. Cuanto más diferentes, mejor porque te lleva a investigar en diferentes campos.


¿Qué le llevó a montarte su propio estudio?
Trabajar en tu propio estudio te aporta más que el trabajar en una empresa especializada en un sector, que de ahí no sale. Nuestro trabajo es más interesante porque siempre estás investigando en temas diferentes que te ayudan a crecer como diseñador y puedes entremezclar esas ideas en diferentes proyectos que no tienen nada que ver para conseguir nuestro objetivo: piezas y espacios que provoquen emociones.


¿A qué diseñadores tiene por intocables?
Me identifico con los hermanos Bouroullec, Alfredo Haberli o Konstantin Grcic.


¿Hay un antes y un después tras ser seleccionado en los Designs Awards Elle Deco?
No. Lo que sí nos aporta es fuerza y energía para seguir disfrutando de nuestro trabajo, porque hay que vivirlo, hay que sentirlo.


¿Cómo imagina la vida del diseño sin las revistas especializadas?
Las publicaciones permiten que el lector a conozca un poco de historia sobre las piezas que adquiere.

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