39 años de reinado dan para mucho. Eso debió pensar Daniel Mayrit (Madrid, 1985) mientras visionaba curioso los inefables discursos navideños del ya ex monarca Juan Carlos I. Paz, terrorismo, progreso, sociedad... la perorata real siempre nos deja un sustantivo descollante, una palabreja cuya reiteración los plumillas palaciegos entienden balsámica para la prole.

Pero, y qué hay del color. ¿No habrá una suerte de resultante cromática en cada uno de los discursos? ¿Se podría conferir a cada alocución un determinado color medio? Partiendo de esta pregunta, el fotógrafo madrileño Daniel Mayrit se puso manos a la obra y el resultado es Sin España , un proyecto visual que cuestiona la idea de poder y representación en las imágenes y los discursos, y que estará expuesto hasta el 20 de julio en el centro Fernán Gómez de Madrid, dentro del festival de PhotoEspaña.

'Lo que busco es cuestionar hasta qué punto fotográficamente una imagen representa lo que tiene delante, en qué medida un color representa esa imagen o un sustantivo el discurso. En el fondo se trata de preguntar si estas instituciones representan a la mayoría de los españoles... plantear preguntas para que el espectador llegue a sus propias conclusiones', explica el autor.

Para ello, Mayrit ha descompuesto en fotogramas cada uno de los discursos del rey, ha tomado cada uno de ellos como imágenes independientes y ha obtenido el color medio de cada año. Y lo cierto es que, guste o no, predominan los tonos grisáceos.

A medio camino entre el conceptualismo y el apropiacionismo, el arte de Mayrit se sirve de imágenes que ya existen y que el autor manipula para añadir nuevos significados o desvelar significados que en las originales no se percibían. 'No es una denuncia', aclara el fotógrafo, 'las imágenes y los colores se pueden interpretar de diferentes maneras dependiendo del espectador; de su inclinación política, nivel educativo, edad... Lo que hay es un afán de cuestionar esa idea de representación en ambos niveles, tanto en el plano social como en el puramente gráfico'.

Pero al margen de interpretaciones, la gama de colores resultante deja muchas evidencias. Es curioso, por ejemplo, que en los años más duros del terrorismo de ETA los discursos del monarca se traduzcan en tonalidades oscuras, mientras que en la llamada época de bonanza económica se obtengan colores más tenues. 'Creo que en cierta forma estas imágenes resumen el sentir de los tiempos, el color no deja de ser hijo de su tiempo, una especie de subconsciente colectivo'.

Cuenta Mayrit que este mismo experimento lo llevó a cabo con la corona británica y en la gama cromática resultante predominaban los tonos pastel. 'Son colores que no aparecen cuando se trata de España, aquí los tonos son más opacos, algo que dice mucho de nuestro país, de nuestra herencia barroca'.