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Fútbol vertical contra juego elaborado

La quiniela

J. MIGUÉLEZ / L.J.MOÑINO

España es un equipo que se desarrolla alrededor de la pelota y la posesión. Holanda es más directa, vive a partir de la recuperación y la búsqueda fulgurante del área.

El holandés, de corte Van der Sar, ha alternado inseguridad con grandes paradas. Rápido pese a su envergadura. Casillas empezó nervioso, pero desde cuartos se ha asentado. Apareció con sus paradas milagrosas en el momento justo.

El lateral del futuro ha mostrado despliegue y fuerte zancada, pero ha jugado con el freno de mano puesto por imposición de Van Marwijk. A Ramos le falta sólo centrar bien. Pero su ida y vuelta está siendo una de las mejores noticias del campeonato. En forma.

El ex central del Atlético se ha mostrado contundente, rápido y sobrio, aunque ha tenido problemas en los balones a la espalda. Piqué, salvo en el penalti que concedió ante Paraguay, ha estado mariscal. Con la pelota y sin ella.

Bien en la anticipación y en el juego aéreo, pero también ha sufrido con los balones al espacio como en el gol de Robinho. Puyol ha vivido sin demasiada exigencia, ya que los rivales juegan en su campo. Su gol en la semifinal le ha convertido en héroe.

Posiblemente marcó el gol del campeonato, un zurdazo lejano ante Uruguay. Lo demás, lo que en el Barça, correcto por atrás y constante en las subidas. Capdevila está cumpliendo. Sube, pero falla en el pase. No ha concedido su banda.

Tácticamente perfecto, allí donde había que hacer una cobertura ha estado. Se descuelga menos en ataque. Busquets, muy valorado dentro de la selección, ajusta tácticamente al equipo. Es el colchón de La Roja, el jugador que tapa los agujeros de los demás cuando suben. Recuperador portentoso. Intrascendente en ataque.

En su línea de jugador agresivo y con aires marrulleros. No duda en hacer falta para cortar los contragolpes. Bien en defensa, pero no definitivo cuando se asoma al área. Xabi es el pase largo de la selección, el que rompe de vez en cuando el monólogo del equipo en el juego en corto. Remate desde lejos.

Pulmón ofensivo de Holanda. Mucha llegada y colaboración aseada en la construcción del juego. Ojo a sus pases largos cruzados buscando a Robben. Todo lo que chuta es gol. Xavi ha vuelto. Se ha puesto a la selección a la espalda y se ha quedado la pelota. El mejor centrocampista del mundo.

Como siempre. Juega por su cuenta, acelera, dribla, dispara y asiste poco. Por lesión no debutó hasta el tercer partido. Decisivo ante Eslovaquia con un gol de los suyos: diagonal por la derecha y disparo. Pedro es movilidad y entusiasmo en la zona de entrelíneas. Está obsesionado con dejar su gol en la competición que le falta. Nocivamente egoísta.

Trabajado incansable en la presión y en el repliegue. Juega pegado en la banda. Permuta de banda con Robben. Muy bien jugando a un toque en el dos contra uno. Una paliza constante para los defensas. Iniesta es otra cosa. Un abridor imprevisible. El cambio de ritmo que vuelve de pronto el sobeteo adormecido de España en un puñal.

El menos reconocible y el más criticado. Ha jugado solo en punta y se ha sentido extraño. Apenas ha dejado detalles de su clase. Van Marwijk lleva trabajándole la cabeza desde hace tres días. Villa es gol, gol y gol. En los dos partidos que ha jugado como nueve, apenas ha tenido rendimiento individual. Por la izquierda, de falso extremo, ha brillado más.

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