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Las dudas que tendrá que resolver la investigación

La señalización, el cambio de andén o la saturación de la estación

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¿Cómo es la estación?

Es un apeadero utilizado sobre todo por los vecinos del barrio más litoral de Castelldefels y por los bañistas que acuden en verano a las playas. Los trenes de la línea 2 de Cercanías que unen las ciudades del litoral sur de Catalunya paran en esta estación, pero los trenes de media y larga distancia pasan a alta velocidad, lo que representa un riesgo añadido. Los trenes que proceden de Barcelona dejan a los pasajeros en el lado de la montaña, por lo que deben cruzar al otro andén para llegar a la playa.

Hasta el pasado noviembre, se realizaba por un paso superior. Con las obras de remodelación de la estación, se construyó un paso inferior y se marcó el perímetro de la estación con vallas. De esta manera, el paso inferior -y dos ascensores para personas con movilidad reducida- quedan para los usuarios de Cercanías, mientras que el paso superior se destina exclusivamente a los vecinos, que pueden cruzar tanto las vías del tren como la carretera contigua.


Los responsables de la estación consideraron que el nuevo paso inferior era suficiente. Nadie lo ha admitido, pero el cierre de la pasarela evitaba que los pasajeros entraran sin pagar billete.

Los vecinos coinciden en que muchos usuarios de la estación cruzan las vías en lugar de utilizar el paso inferior. Ayer por la tarde, tras reabrir la estación, se podía ver a personas cruzando por las vías. No es la primera vez que hay un accidente en esta estación. Un joven de 19 años murió el 4 de marzo de 2009.

Tras las obras de reforma, el delegado del Gobierno en Catalunya, Joan Rangel, aseguró que 'el apeadero recibe a unos 1.840 usuarios diarios'. En días como el de ayer y los fines de semana de verano, la cifra se multiplica. Las autoridades reconocieron que varios centenares de viajeros, del total de 700 que ocupaban el tren, se apearon en la estación de Castelldefels. Algunos testimonios reconocían la misma noche del accidente que 'el paso subterráneo estaba lleno'. Otros, en cambio, desconocían su existencia y no sabían qué hacer al ver cortado el paso superior.

Las obras de remodelación incluyeron la instalación de nuevos plafones e indicativos que señalizan las salidas de la estación y los destinos de cada vía. Además, la estación dispone de un servicio de megafonía que recuerda a los usuarios que no deben cruzar las vías.

El Alaris que cubría el trayecto entre Alicante y Barcelona tenía que circular a menos de 150 km/h por el tramo de la estación. Las investigaciones preliminares apuntan a que el tren circulaba a menor velocidad, pero a la suficiente aún para impedir la reacción de los jóvenes. El conductor del convoy sufrió un ‘shock' y requirió atención psicológica.

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