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"Arenas no respeta la lista más votada ni en su pueblo, Olvera"

La socialista Mar Moreno pone de manifiesto de manera cruda que el PP no cumple con su propia exigencia

OLIVIA CARBALLAR

A Mar Moreno, consejera socialista de Presidencia, le sucedió ayer lo que a los forofos de un equipo de fútbol cuando el contrario mete un gol en su propia portería, que se tronchan. “Esta tarde [por ayer] voy a Olvera, el pueblo del señor Arenas. Y allí, cualquiera que lo escuche pedir que gobierne la lista más votada, tiene que alucinar y pensar que es un cínico”, dijo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. En Olvera (8.570 habitantes, Cádiz) ganó el PSOE en las elecciones de 2007 con seis concejales, pero gobierna IU, que sacó cuatro ediles, con el apoyo del PP, que obtuvo tres, y evitó con sus votos que los socialistas gobernasen en el pueblo natal del presidente de su partido. “Arenas no respeta la lista más votada ni siquiera en su pueblo”, soltó Moreno con mucha retranca.

Animado por Juan Ignacio Zoido, el candidato del PP en Sevilla, Arenas lleva varios días con la misma cantinela: su vieja reivindicación de que los partidos respeten la lista más votada. Inició la semana comprometiéndose a reformar la Ley Electoral de Andalucía y ayer, en lo que pareció casi un acto de desesperación –las encuestas no dan la mayoría absoluta al PP en las grandes capitales donde no gobierna– propuso a PSOE e IU un pacto ante notario para que en los ayuntamientos mande el que gane. El que pierda, que se “vaya a la oposición”. Esta fórmula, a su juicio, contribuiría a que la ciudadanía recuperase la “fe” en la política porque en los lugares donde han gobernado “los perdedores”, entre los que citó Sevilla, Jaén y Córdoba, “les ha ido muy mal”.

Por supuesto, no recordó que el PP, mientras se modifican o no las normas, mientras se firma o no un hipotético pacto ante notario –más que descartado por PSOE e IU– no predica con el ejemplo. O lo que es lo mismo, en casa del herrero, cuchillo de palo. Arenas no hizo referencia alguna a Olvera, pero tampoco a San Fernando (Cádiz) ni a La Carolina (Jaén), ni a Priego de Córdoba, ni a Canarias, todos ellos sitios en los que el PP no ha respetado la lista más votada, la de los socialistas.

Haciéndose más el ofendido que lo ofendido que podía estar realmente, el secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz, fue quien replicó a la retranca de la consejera y portavoz de la Junta. “Es de un cinismo impresentable la actitud de Mar Moreno, que quiere tomar por tonto al PP, después de habernos quitado Sevilla, Córdoba y Jaén cuando el PP ganó las elecciones en 2007”, dijo a Europa Press. Y remachó también con un punto de humor: “Ahora, además, quieren robarnos Olvera; que se dejen de historias y de cuentos para intentar justificar de nuevo el pacto de perdedores en los despachos”.

La reforma de Ley Electoral de Andalucía, además, no afectaría a los ayuntamientos, cuyas corporaciones se forman de acuerdo con la Ley Orgánica de Régimen Electoral y la Ley de bases de Régimen Local, ambas de ámbito estatal, por lo que el PP debería lograr la modificación de estas normas en el Congreso –cosa que tampoco hizo en los ocho años de gobierno de Aznar–. La reforma de la ley andaluza sólo afectaría a los comicios autonómicos, que por primera vez podría ganar el PP, pero en los que hasta ahora ha vencido el PSOE. “Al PP no le salen las cuentas, no tiene propuestas y sienten que van a perder las elecciones”, insistió ayer el portavoz del grupo socialista en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez.

Arenas, que tras tres fracasos aspira a llegar a su tan criticado Palacio de San Telmo por primera vez, teme ganar las autonómicas del próximo año por mayoría simple y quedarse, después de todo, sin el tan ansiado sillón ante un pacto de izquierdas entre PSOE e IU, que tampoco ha estado nunca en el Ejecutivo andaluz. Y no hay nada más remoto por ahora que una nueva pinza PP-IU, a pesar del reencuentro casual, ayer, entre Arenas y el excoordinador andaluz de IU Luis Carlos Rejón. Un oasis a pie de carretera.

El actual líder de IU, Diego Valderas, también desechó la propuesta del PP. “Es un pucherazo democrático. No estamos de acuerdo con que se impida el valor democrático del voto; sería un error enorme quitar y robar a la corporación y a la soberanía popular su mayor potencial”, espetó.

Pero antes de San Telmo está Sevilla. Y si alguien sabe bien lo que es ganar sin mandar, no es Arenas, sino el candidato a la alcaldía del PP en la capital andaluza, Juan Ignacio Zoido, que además de aprenderse de memoria los nombres de los vecinos durante los cuatro años que lleva en la oposición, no para de pedir a su contrincante socialista, Juan Espadas, que le deje gobernar.

Lo que tampoco recuerda Zoido –y eso sí lo sabe Arenas igual que él– es que el PP, siempre que ha podido, no ha dejado gobernar al PSOE en el Ayuntamiento de Sevilla pese a ser la lista más votada. Los desmemoriados no tienen más que preguntarle a su compañera de partido, Soledad Becerril, que pactó, sin más, con los andalucistas ocho años seguidos. 

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