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El Gobierno acepta una reforma "sin traumas"

El ministro Corbacho presentó ayer en el Congreso la propuesta sobre las pensiones evitando menciones 'provocadoras'

BELÉN CARREÑO

La Comisión parlamentaria del Pacto de Toledo acogió ayer el primer debate político en torno a la propuesta de reforma de las pensiones del Gobierno. El debate tuvo más matices médicos que laborales, con continuas referencias a la necesidad de medidas 'poco traumáticas', al examen del 'ADN' de las propuestas, a su carácter 'amputativo' o a los 'cirujanos políticos', entre otras expresiones.

La comparecencia del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, había levantado una gran expectación ya que era la primera vez que la oposición política discutía directamente sobre la propuesta oficial, interpelando además al responsable en la materia. Para evitar aumentar el grado de tensión, tan palpable como que hoy los dos sindicatos salen a la calle para oponerse a la propuesta, Corbacho hizo un discurso muy tibio, donde evitó incluso mencionar cifras concretas como la de elevar la edad de jubilación a los 67 años.

Según una fuente socialista muy próxima al pacto, con esta omisión se pretendía evitar 'provocaciones' y abogar por una intervención eminentemente conciliadora con la idea de buscar un pacto. Pero también se pretendía hacer reaccionar a los partidos, ya que la estructura de la comparecencia sí apelaba continuamente a la necesidad de hacer reformas para evitar 'el reto demográfico'. 'Si la medida para sostener la propuesta no es elevar la edad de jubilación a los 67 años, que propongan ellos otra', rebaten desde el PSOE.

El tono rebajado del ministro dejó claro también que los objetivos de la propuesta del Gobierno no son de máximos. Corbacho cree que el Pacto de Toledo debe abordar, 'reformas ambiciosas, pero de aplicación moderada y no traumática'. En su última intervención, pasadas las diez de la noche, el titular de Trabajo aseguró que 'el acuerdo al que llegue el Pacto de Toledo será la mejor medida que pueda adoptar el Gobierno'.

En este sentido, y con cierta humildad política, reconoció que la iniciativa es 'sólo una propuesta para abrir el debate', y que quiere construir la reforma sobre cuatro pilares: el consenso (sobre todo), la sostenibilidad, la gradualidad y la equidad.

'Podemos decidir aplazar el debate, pero no se podrá obviar', aseguró Corbacho durante el turno de réplica. En opinión del ministro sería 'irresponsable no poner sobre la mesa el debate sobre la edad legal de jubilación'. Además, en varias ocasiones, el ministro rescató la idea de mejorar los incentivos al retraso de la edad de jubilación, una propuesta del gusto de todos los partidos.

Aún más moderado se mostró con la posibilidad de ampliar el periodo que se toma para calcular la prestación, actualmente de 15 años. 'El documento no establece ningún aumento del actual periodo de cálculo, aunque el Gobierno entiende que este tema debe de ser objeto de reflexión y debate'. En este sentido, Corbacho se desmarcó del documento que Economía había remitido a Bruselas y que incluía referencias a la ampliación del periodo de cálculo a 25 años, lo que causó un gran revuelo. 'Ni lo dice la propuesta del Gobierno, ni este ministro', zanjó Corbacho. El titular de Trabajo eludió reconocer su autoría en la propuesta, pese a las preguntas de la oposición, que querían saber hasta dónde había llegado la intervención de Economía.

Las aspiraciones de Corbacho coinciden con las de algunos partidos de la oposición. El portavoz de CiU en el Pacto de Toledo, Carles Campuzano, reconoció que el tipo de planteamiento de las conversaciones, que supeditan cualquier reforma a un acuerdo, harán que este año se apruebe un paquete de medidas pero no necesariamente las más agresivas, como la prolongación de la edad legal de jubilación o la del periodo de cálculo, y el plato fuerte quedará postergado para la legislatura siguiente.

En cualquier caso, Campuzano, el más conciliador con la propuesta del Gobierno, recriminó al resto de partidos de la oposición su actitud a la hora de negociar. 'Es muy fácil hacer política de desgaste', dijo, y recordó que la Comisión del Pacto de Toledo está basada en un único objetivo: 'Hacer reformas en las pensiones'.

En este sentido, el portavoz del PP, Tomás Burgos, aseguró que su grupo está dispuesto a asumir 'un diálogo constructivo' y llegar a un acuerdo. Como Corbacho, Burgos también evitó meterse en el espinoso asunto de la prolongación de la edad legal de jubilación, pero sí fue muy crítico con las formas utilizadas por el Ejecutivo para anunciar su iniciativa.

Los golpes más duros a la propuesta del Gobierno vinieron de la izquierda. Gaspar Llamazares pidió la retirada de la iniciativa y anunció la intención de Izquierda Unida de situarse como 'oyentes' y salirse de la negociación si la propuesta de la edad legal sigue su curso.

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