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Oficiales del Ejército toleran la simbología fascista en sus cuarteles

Un vídeo al que ha tenido acceso ‘Público’ muestra banderas de la División Azul en las instalaciones del Regimiento de Cazadores de Montaña América 66, los boinas verdes españoles. No solo es cuestionable eticamente: también es ilegal

Captura del vídeo del cuartel del Regimiento de Cazadores de Montaña 'América' 66, en la que se ve la enseña de la División 250, conocida como División Azul. PÚBLICO

“Solo las quitaron en dos ocasiones, cuando pasó revista el coronel y el día de la patrona, cuando familiares, amigos y otros civiles visitan el cuartel. Eso quiere decir que sabían que no estaba bien tenerlas ahí”. Se trata del testimonio de varios soldados del Regimiento de Cazadores de Montaña América 66, que han hecho llegar a Público un vídeo en el que se observan varios símbolos de nazis y de extrema derecha expuestos el interior de su cuartel.

Con base en Aizoaín (Navarra), a escasos kilómetros de Pamplona, los miembros de esta unidad son los boinas verdes españoles. El Ejército presume de su preparación y dura instrucción como una de las mejores unidades de infantería ligera. Pese a ello, sus soldados tuvieron que convivir durante varias semanas con la bandera de la División Azul, la unidad fascista española que acudió en ayuda de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.

Los soldados denuncian que los símbolos de ultraderecha que pueden observarse en el vídeo fueron colgados por uno de los tenientes de su compañía. El capitán al mando toleró su presencia. En los primeros segundos de la grabación puede verse dicha compañía en formación, una de las cuatro que integran el único batallón del Regimiento América 66.​

La presencia de este tipo de simbología en una instalación militar no es solo cuestionable éticamente. También es ilegal. Contraviene la Ley de Derechos y Deberes de los militares, en su artículo 7, que dispone que éstos están “sujetos al deber de neutralidad política”, advierte Mariano Casado, presidente de la sección de derecho militar del Colegio de abogados de Madrid. “Además también está la ley de régimen disciplinario, hay diversas faltas graves y muy graves donde se podía encuadrar esto”, afirma el letrado.

“¿A quién te vas a quejar? ¿Al teniente coronel? Qué te va a decir, si está más metido que nadie. Allí todo el mundo lo sabe todo”

“¿Ante quién te vas a quejar? ¿Ante el teniente coronel?”, se preguntan los dos soldados en una conversación con este medio. “Es un hombre que tiene una vida en Pamplona, está en el club de oficiales, pertenece al Opus Dei… Qué va a decir si te quejas a él, si está más metido que nadie”, lamentan:  “Allí todo el mundo lo sabe todo, nunca nos ayudó cuando hablamos con él”.

“Aquí la democracia se defiende pero no se practica”, es otra las aseveraciones comunes entre algunos mandos. “¡Hasta Hitler hablaba bien de la infantería española y de la División Azul!”, manifestaba ante la tropa el mismo teniente que colgó las banderas en el cuartel del América 66 en una charla técnica, denuncian sus miembros ante Público.

Indefensión

Los soldados suelen renuncian a denunciar este tipo de situaciones por vía interna. Los ejemplos de Zaida Cantera o Luis Gonzalo Segura, que perdieron su carrera militar por señalar irregularidades de sus mandos, no invitan a ello. Además, los mandos militares mantienen la potestad de sancionar con la privación de libertad por vía administrativa y sin el visto bueno de un juez, el arresto. Este instrumento puede utilizarse para castigar faltas disciplinarias como, por ejemplo, “hacer declaraciones contrarias a la disciplina en medios de comunicación”, recogida como grave y castigada con 30 días de privación de libertad. Por este motivo, Público reserva la identidad de estos boinas verdes.

Captura el vídeo en la que se aprecia al Regimiento de Cazadores de Montaña 'América' 66 en formación en el patio de su acuartelamiento. PÚBLICO

Captura el vídeo en la que se aprecia al Regimiento de Cazadores de Montaña 'América' 66 en formación en el patio de su acuartelamiento. PÚBLICO

La presencia de símbolos de ultraderecha viola la Ley de Derechos y Deberes de los militares y el código disciplinario

“En el seno de las Fuerzas Armadas estas situaciones son complicadas. Se puede pensar: si lo denuncio, luego tengo que vivir con ellos. Tengo un contrato y tengo que renovarlo…”, explica Casado, recordando que los contratos de los militares dependen de las evaluaciones de sus propios mandos, los mismos a los que tendrían que denunciar. “No es fácil que la gente dé el paso. Por eso muchas de estas cosas siguen sin cambiar, se perpetúan ahí y no trascienden, se quedan tras los muros de los cuarteles y al final no pasa nada”, continúa.

Que no se puede hacer es evidente, y que si se hace, debe tener unas consecuencias disciplinarias claras, también. El problema –lamenta el experto en derecho militar– es que si se hace y nadie lo denuncia por ese temor del que hablamos, las consecuencias disciplinarias no se llegan a producir”.

“Hasta Hitler hablaba bien de la infantería española”

Aunque las denuncias sean inusuales, las quejas de soldados en medios de comunicación y las filtraciones a la prensa sobre la permisividad de los mandos ante este tipo de símbolos no lo son tanto. A la redacción de este medio llegan habitualmente reclamaciones de soldados que conviven con compañeros con “tatuajes” que evocan a la dictadura o que “hacen comentarios” contra la Constitución, sin que eso tenga repercusión en sus evaluaciones.

Varios operarios proceden a la retirada de la estatua ecuestre de Franco en el cuartel de la Legión, en Melilla. EFE

Varios operarios proceden a la retirada de la estatua ecuestre de Franco en el cuartel de la Legión, en Melilla. EFE

No es difícil recurrir a la hemeroteca y señalar hechos que inciden en este sentido, dañando la moral de los soldados que repudian la ideología de extrema derecha. Por ejemplo, la última estatua ecuestre de Franco se encontraba en el cuartel de la Legión Millán-Astray, y no fue retirada hasta 2010. El propio nombre de las instalaciones hace referencia a José Millán-Astray, fundador del cuerpo, pero también reputado militar franquista que participó en el golpe de Estado de 1936 y formó parte de la corriente fascista que imperó en la clase dirigente de los primeros años de la dictadura.

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