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¿Es viable un modelo Commonwealth para la independencia catalana?

Los expertos no consideran factible una Catalunya independiente con la Corona como único nexo con España

 

DAVID BOLLERO

Reino Unido acaba de nombrar nuevo gobernador del Banco de Inglaterra (BoE). Se trata del hasta ahora gobernador del Banco Central de Canadá, Mark Carney, que no es británico pero sí súbdito de la reina Isabel II. Esto es debido a, no sólo a la pertenencia de Canadá a la Commonwealth sino, además, a estar entre los denominados ‘Commonwealth realm' (Reino de la Commonwealth). Los orígenes de esta mancomunidad, que en la actualidad agrupa a 54 países y más de 2.000 millones de habitantes de todo credo y etnia, se remontan a finales del siglo XIX cuando precisamente Canadá fue la primera colonia británica que se transformó en un dominio autónomo (1867), un estatus que le ponía a la altura de Gran Bretaña. Lo mismo sucedería posteriormente con Australia (1901), Nueva Zelanda (1907) o Sudáfrica (1910), entre otros. Tras la II Guerra Mundial, los presidentes y primeros ministros de los Estados miembros adoptarían la Declaración de Londres (1949), que establece que todos los países están asociados a la Commonwealth libremente y por igual.

En mitad del debate soberanista de Catalunya, surge la pregunta inevitable de si el modelo Commonwealth, bajo el paraguas de la Corona española -a pesar de no atravesar por su mejor momento de valoración popular-, tendría alguna viabilidad. Ferrán Requejo, profesor de Ciencias Políticas de la Universitat Pompeu Fabra y uno de los máximos expertos en federalismo en España, lo tiene claro: 'imposible, es una opción viable, diría más bien imaginable, pero no factible'. Requejo está convencido de que esta propuesta 'sería apoyada mayoritariamente en Catalunya', considerando que 'lo único que habría que compartir sería el pasaporte, algún pequeño impuesto y la monarquía, claro; todo ello secundario a cambio autogobierno tanto político como económico'.

El profesor de la Universitat Pompeu Fabra bautizó hace ya tiempo este tipo de alternativas como 'federalismos plurinacionales', y en el caso catalán 'sería similar a lo que sucedió con Irlanda en 1921, cuando se declaró república y permaneció unos cuantos años en la Commonwealth'. Sin embargo, Requejo encuentra la imposibilidad del modelo en la parte de España, puesto que 'ni los dos partidos principales, PP y PSOE, ni altas instituciones del Estado como el Tribunal Supremo o el Constitucional, consentirían algo así'. Desde su punto de vista, por este motivo 'es hasta ingenuo defender una alternativa como la de la Commonwealth; ya han quedado como ingenuos, incluso, quienes han defendido un modelo federal'.

Rafael Martínez, catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) también encuentra inviable la propuesta, pero contrariamente a lo que opina su colega, la causa es 'porque casi todo el independentismo catalán es republicano'. Martínez incluso hace referencia a los chistes que han circulado en Catalunya durante la campaña electoral, en referencia a que 'la independencia traería consigo la vuelta de los Habsburgo (los Austria)', pues históricamente Catalunya apoyó esta casa frente a la opción borbónica, cuando Felipe V llegó al poder a principios del siglo XVIII.

El catedrático de la UAB asegura que 'el único vínculo con España que quiere la opción soberanista es el de la Unión Europea', y no una monarquía. En todo caso, precisa, 'no son modelos extrapolables porque estamos hablando de dos realidades distintas; para empezar, la jefatura del Estado de Reino Unido no es igual que la de España'. Además, continúa, 'hay que tener en cuenta que la Commonwealth surgió por motivos muy distintos, es un modo moderno de articular un antiguo imperio, concebido por el monarca para salvaguardar su poder'.

En el lado de España, Rafael Martínez encuentra dos posturas radicalmente opuestas; por un lado, 'los inmovilistas, cuyo planteamiento es que no hay que tocar absolutamente nada en la Constitución y es Catalunya quien ha de someterse a ella' y, por otro, 'a los reformistas, donde se encontraría la opción federalista aplicando modificaciones constitucionales, pero incluso en ese modelo, la Corona tiene un encaje complicado'.

Martínez fue uno de los firmantes del manifiesto por el federalismo suscrito por más de un centenar de intelectuales de izquierda. 'Muchos nos tacharon de oportunistas', recuerda, 'pero sencillamente fue aprovechar una ventana de oportunidad'. El problema durante las pasadas elecciones, según explica, 'ha sido la pobreza de argumentos de uno y otro lado'. En lo que se refiere a la opción federal, el catedrático sostiene que 'el PSC recogió el guante, pero no supo articular esta propuesta'.

En este mismo sentido, Ferrán Requejo asegura que 'llevo más de 20 años estudiando los federalismos, actualmente hay 23 Estados federales en todo el mundo y cada uno de ellos es diferente del otro'. Con este argumento, Requejo corrobora la vaguedad de propuestas en campaña señalada por su colega, afirmando que 'hablar de federalismo como se ha hecho en campaña, sin concretar nada en cuanto a tratados, a competencias, a si habría derecho de veto o no en el Senado por parte de los Estados y mil cuestiones más, ha sido una cortina de humo para no hablar de nada'.

La cuestión de la Unión Europea (UE) ha sido una de las más empleadas como arma arrojadiza durante la campaña electoral en Catalunya, enfrentando las posiciones que auguraban una salida de la UE en caso de independencia frente a los que defendía lo opuesto.

'De lo que no cabe duda', explica Martínez, 'es que si Catalunya permaneciera en la UE despertaría ciertas suspicacias en algunos Estados miembro, que temerían que cuando se reforzara y fuera de los países fuertes económicamente hablando, abandonaría la Unión como habría hecho previamente con España'. En cierto modo, apunta, 'es lo que sucede precisamente con Reino Unido, que como contribuyente neto siempre ha tenido una relación tensa con la UE, porque para ellos Europa es un mercado más, como lo es EEUU como padres fundadores que son o la propia Commonwealth, que al final casi se reduce a una asociación comercial'. De hecho, esta mancomunidad cuenta en su haber con miembros que no guardan ninguna relación historia de asociación administrativa con Reino Unido, como es el caso de Mozambique.

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