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El Gobierno birmano cierra el país al exterior

Se han cerrado cibercafés y las conexiones telefónicas con el exterior. Hoy ha habido otros dos heridos por los disparos de los militares

PÚBLICO/AGENCIAS

La represión aumenta en Birmania y va más allá de las calles. Mientras que durante las marchas de hoy dos personas han resultado heridas por los disparos de los militares contra los manifestantes, el Gobierno ha cortado el acceso a Internet y también las conexiones telefónicas con el extranjero para impedir que se informe al exterior sobre la situación. Hasta el momento 15 personas han muerto, entre ellas dos extranjeros.

En una emisora de radio de la disidencia, una persona contaba cómo había escapado a los disparos en el barrio de Kyauktada, en el centro de Rangún, y cómo los militares acorralaron a las personas que se movilizaban y las dispersaron a golpes. Según su testimonio, las tropas les acorralaron y se llevaron a docenas de personas detenidas.

P recisamente por todas las detenciones de los últimos días, el Ejército ha tenido que tomar un colegio a la entrada de Rangún para convertirlo en centro de reclusión. Se estima que allí podría haber más de mil personas, entre ellos 800 monjes.

Más seguridad 

Unas horas antes, los cuerpos de seguridad habían dispersado otra manifestación en la zona de la pagoda de Sule y el Hotel Traders que había convocado la Liga Nacional para la Democracia (LND), el único partido político del país que resiste la presión del régimen militar.

Rangún amaneció hoy con la seguridad reforzada en puntos estratégicos de la ciudad y con al menos cinco monasterios cercados para impedir que los monjes budistas salieran y volviesen a encabezar las manifestaciones.

Cerco a Internet

mientras, se ha sabido que el Ministerio de Defensa birmano, a través de su departamento de guerra cibernética, ha reforzado su control de Internet, bloqueando servidores, atacando con virus los 'blogs' de disidentes y desplegando informadores para peinar la red en busca de internautas opositores al régimen. Asimismo, las autoridades ordenaron previamente el cierre de todos los cibercafés del país.

El departamento de guerra cibernética está adscrito a la Oficina de Servicios Informáticos del poderoso Ministerio de Defensa y se encarga, entre otros cometidos, de vigilar las conversaciones telefónicas y correos electrónicos de miembros de la oposición.

Pese a eso, fuera de Birmania sigue creciendo la preocupación por la población civil y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU anunció que convocará una sesión de urgencia la próxima semana para debatir sobre la situación del país.

Inmovilismo internacional

Como en días anteriores, las palabras de repulsa se han generalizado en la Comunidad Internacional, si bien, la única de cisión que se ha tomado hasta ahora ha sido la de enviar al asistente personal del Secretario de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, Ibrahim Gambari, quien se encuentra ya en Singapur y tiene previsto salir para rangún en las próximas horas.

Por otra parte, el embajador australiano en Birmania (Myanmar), Bob Davis, aseguró hoy que la cifra de víctimas por la represión de las protestas es 'significativamente mayor' que el admitido por las autoridades.

En declaraciones a la emisora de radio ABC, Davis dijo que 'tenemos informes no confirmados de que un número significativamente más alto fueron asesinados cuando los militares abrieron fuego contra la multitud ayer en Rangún'.

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