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Los 10 motivos por los que la sociedad civil de la UE rechaza el blindaje de las multinacionales

El Consejo Económico y Social Europeo (CESE) rechaza incluir los tribunales de arbitraje privados en el acuerdo comercial con Estados Unidos

Un manifestante con una pancarta contra el TTIP en Munich. REUTERS/Michael Dalder

MANUEL RUIZ RICO

BRUSELAS.- La sociedad civil europea da un varapalo a la cláusula de blindaje para las multinacionales que la Comisión Europea negocia incluir en el acuerdo comercial con Estados Unidos, el TTIP, en sus siglas en inglés.

El órgano de la UE encargado de representar a todos los sectores civiles, el Consejo Económico y Social Europeo (CESE) ha rechazado, en su pleno celebrado el miércoles y jueves de esta semana, por una amplísima mayoría la inclusión de los tribunales de arbitraje privados en el TTIP.

El 73% del pleno del CESE vota a favor de no incluir la cláusula ISDS y sólo los representantes del sector empresarial, el 19%, votaron a favor 

El informe, elaborado por el sindicalista británico Sandy Boyle, fue finalmente aprobado por 199 votos a favor, 55 en contra y 30 abstenciones. En contra, sólo los representantes del sector empresarial privado. A favor, todos los demás: sindicatos, colectivos sociales, ONG, asociaciones de consumidores, grupos ecologistas, organizaciones culturales y educativas, etc.

El documento emplea un tono durísimo contra el ISDS y unos argumentos que en ningún caso dan lugar a una doble interpretación ni exhiben medias tintas. En primer lugar: “El derecho a regular de los Estados es primordial y no debe ser minado por ninguna cláusula”, alerta.

“El ISDS”, continúa, “no debe elevar el capital transnacional por encima de la soberanía de los Estados ni darle a los inversores la posibilidad de desafiar el derecho de los Estados a regular”.

El tercer motivo tiene que ver con los organismos democráticos. “Es difícil argumenta la utilidad del ISDS teniendo en cuenta los sistemas democráticos y judiciales que imperan en la UE”, añade el documento, que cita, además, un estudio de la Universidad norteamericana John Hopkins en el que se asegura, como cuarto punto, que “es poco probable que la UE tenga un significativo beneficio político o económico por incluir el ISDS en el TTIP”.

Boyle, además, en su informe, alerta del miedo existente en Europa “a que se proteja la inversión meramente especulativa

Boyle, además, en su informe, alerta del miedo existente en Europa “a que se proteja la inversión meramente especulativa, que no crea empleo” y recuerda los nefastos resultados que obtuvo la consulta pública lanzada por la Comisión Europea, que contó con un rechazo del 97% de las personas que participaron en ella.

Junto a esto, advierte en el sexto punto que “hay muchos casos en los que el ISDS ha sido empleado como herramienta para hacer lobby contra los Estados para tratar de que se inhiban en su función legisladora de las políticas de interés público”, y denuncia en séptimo lugar cómo este mecanismo se ha convertido “en un medio muy beneficioso para un pequeño número de firmas de abogados especializadas en inversiones que son las que dominan este sector”.

En cuanto a los procesos de los tribunales internacionales privados, que podríamos considerar un octavo punto, “están desequilibrados, no son ecuánimes y sus procesos merman la democracia”.

Por todo ello, el dictamen aprobado por el pleno del CESE por aplastante mayoría reclama que sea el propio Tribunal de Justicia de la UE quien analice y ofrezca una opinión sobre la inclusión de esta cláusula de arbitraje internacional privado en el TTIP.

Pancartas contra el TTIP en la manifestación de Viena. EFE/EPA/GEORG HOCHMUTH

Pancartas contra el TTIP en la manifestación de Viena. EFE/EPA/GEORG HOCHMUTH

El CESE está organizado en tres grupos: los empresarios, los sindicatos y trabajadores, y el del resto de grupos

El documento pide a la UE en un noveno apartado “considerar las propuestas de reforma del ISDS que ha realizado Naciones Unidas por medio de la UNCTAD”. Este organismo de la ONU reclama “una Corte Internacional de Inversiones como la solución más democrática, transparente, ecuánime y justa”. La Comisión Europea ha explicado que sólo se plantea esta opción como una posibilidad a muy largo plazo.

Y en décima posición, cabe considerar “la opacidad, la carencia de claras reglas de arbitraje y del derecho de apelación, la discriminación que este sistema supondría hacia los inversores domésticos al no poder éstos recurrir a este sistema [de arbitraje privado], han minado la credibilidad del ISDS”, asegura Boyle.

El CESE está organizado en tres grupos. El grupo I es el de los empresarios; el II, de los sindicatos y trabajadores; el III, el del resto de grupos. Puesto que los tres ocupan el mismo porcentaje de escaños en el pleno (284 en total), esta última votación en la que se rechaza el ISDS revele que incluso una parte de los empresarios votó en contra del blindaje a las multinacionales.

Este voto llega la misma semana en que la comisión de Comercio Internacional, debido al apoyo del Partido Socialista Europeo a las tesis conservadores (PP Europeo y liberales), ha aprobado un informe que evita reclamar la eliminación del ISDS del acuerdo comercial con Estados Unidos.

Este informe, aun así, deberá votarse en el pleno del Parlamento Europeo de la segunda semana de junio. Sin embargo, este cambio de postura de los socialistas europeos, que llevaban meses declarando su postura contra el ISDS, hace poco previsible que la votación en Estrasburgo vaya a tomar una dirección diferente.

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