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Corea del Norte, la tensión como estrategia

La insistente campaña de amenazas de Corea del Norte responde, según expertos a la doble estrategia del régimen de reafirmar el control interno y elevar su poder de negociación en el exterior

ATAHUALPA AMERISE (EFE)

La insistente campaña de amenazas de Corea del Norte, que hoy se prolongó con el anuncio de cortar la única línea de comunicación con el Sur, responde, según expertos, a la doble estrategia del líder norcoreano, Kim Jong-un, de reafirmar el control interno y elevar su poder de negociación en el exterior.

El anuncio de hoy se suma a una prolongada serie de amenazas casi diarias que han disparado la tensión en la península coreana desde que la ONU anunciara este mes nuevas sanciones económicas y comerciales al país comunista por su último ensayo nuclear. A diferencia de otras ocasiones, esta vez el régimen de Kim Jong-un ha mantenido hasta tres semanas su elevada retórica belicista, un hecho que, según expertos, no implica necesariamente una mayor posibilidad de que cumpla su amenaza, sino que responde, más bien, a una elaborada estrategia política de doble vía.

'El principal objetivo de las amenazas norcoreanas es interno y consiste en fortalecer el control de la población y del Ejército', explica a Efe el investigador Chang Yong-seok, del Instituto de Estudios para la Paz y la Unificación de la prestigiosa Universidad Nacional de Seúl. Chang cree que, al elevar la tensión mediante continuas advertencias de guerra inminente, el régimen es capaz de generar unidad interna contra Corea del Sur y EEUU, países a los que estos días acusa de plantear una grave 'amenaza' a su seguridad.

Por su parte, el veterano analista político Shim Jae-hoon recuerda que 'la economía norcoreana ha empeorado' por el deterioro de sus lazos comerciales con el exterior, lo que ha llevado a Kim Jong-un a adoptar la 'posición defensiva' de arengar a su pueblo para cubrir su incapacidad de alimentarlo.

En segundo lugar, Corea del Norte utiliza el poder y la repercusión de sus amenazas para 'presionar a EEUU y Corea del Sur con el objetivo de que se sienten a negociar', asegura.

En ocasiones anteriores, recuerda el especialista, se han alternado episodios de enfrentamiento y distensión, y el régimen ha logrado importantes concesiones de sus supuestos 'enemigos' en forma de ayuda humanitaria y otros tipos de asistencia, como materiales de construcción o energía.

Paradójicamente, el Gobierno de Corea del Sur anunció hoy su intención de prestar ayuda humanitaria al Norte independientemente de las hostilidades del régimen con el objetivo de construir un 'proceso de confianza' y reconducir las relaciones en el futuro.

Seúl también aseguró que propondrá este año a Pyongyang una nueva reunión de familias separadas por la Guerra de Corea (1950-53), evento organizado por la Cruz Roja para que parientes al Norte y Sur de la frontera puedan tomar contacto por breves días tras décadas de división.

Mientras, el Ejército surcoreano 'vigila de cerca' a las tropas del Norte y se mantiene en alerta, indicó a Efe uno de sus portavoces, que a pesar de las amenazas aseguró no haber detectado signos de un posible ataque de las fuerzas del país vecino.

Seúl y Washington llevan a cabo desde el pasado día 1 el ejercicio militar Foal Eagle, de dos meses de duración, que se ha convertido en uno de los blancos de la retórica belicista del Norte al considerarlo 'un ensayo de invasión' a su territorio.

EEUU mantiene unos 28.500 efectivos militares en Corea del Sur, a quien se compromete a defender ante un hipotético ataque del Norte como herencia de la Guerra de Corea.

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