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Las elecciones con más inmigrantes y menos inmigración

Un número récord de personas no nacidas en Reino Unido tiene la oportunidad de participar en los comicios. La economía y la sanidad pública son los dos grandes temas de la campaña, por encima de las políticas de inmigración

Una instantánea del este de Londres. - JAVIER PÉREZ DE LA CRUZ

JAVIER PÉREZ DE LA CRUZ

LONDRES.- En un viaje de metro hacia al este de menos de media hora desde la City, el corazón financiero del país y medio mundo, se llega al distrito de East Ham. Barbas largas y religiosas, pañuelos de diferentes colores y acentos de todo tipo se pasean por típicas calles de casas bajas y británicas. Nada que difiera de la imagen habitual de muchos barrios londinenses, salvo que aquí es incluso más difícil toparse con una persona nacida en el Reino Unido.

Según un estudio realizado por la ONG Migrants’ Rights Network, East Ham es, junto a Brent North, el primer distrito electoral británico en el que los extranjeros con derecho a voto suponen más del 50% del electorado. Es decir, que por primera vez dos diputados podrían ser elegidos solo con el apoyo de votantes nacidos fuera de las islas británicas.

"No lo sabía -confiesa Abdel tras el mostrador del negocio de telas en el que trabaja-, pero es cierto que aquí hay muchas personas de fuera, y ya ves, nos llevamos todos genial". Abdel, de mediana edad y procedente de la Cachemira india, charlaba con otros dos hombres antes de ser interrumpido.

"Si somos tantos entonces espero que con nuestro voto ayudemos a ganar a Timms. Él se preocupa por nosotros; incluso ha venido a la tienda a preguntar qué problemas tenemos". Stephen Timms es el candidato laborista, y ha sido el diputado de East Ham durante los últimos 18 años.

Todas aquellas personas procedentes de países de la Commonwealth tienen derecho a participar en elecciones parlamentarias del Reino Unido. India, Pakistán y Bangladesh son los países con más ciudadanos en tierras británicas. También Irlanda tiene una comunidad muy extendida, y a pesar de no formar parte del club, sus ciudadanos disfrutan de derechos parecidos, incluido el electoral.

La ONG calcula que cuatro millones de extranjeros podrán votar en Inglaterra y Gales, lo que supone casi un 10% del total del electorado. Sus papeletas podrían ser decisivas hasta en 70 distritos. "Las minorías étnicas no votan como un bloque. Sí tienen, sin embargo, algunas similitudes, como apoyar políticas de igualdad de raza o en caso de grandes comunidades, facilidades para el visado a familiares", explica el portavoz de Migrants’ Rights Network Jan Brulc.

Otras veces la procedencia es determinante para su voto.
"Solo puedo ser ‘tory’. Y te daré dos razones. Una es que los conservadores son los únicos que saben manejar la economía. La segunda es que, como tamil que soy, no podría votar nunca a los laboristas". Raguraj, sentado en la oficina de su agencia de viajes, recuerda el apoyo del parlamento dominado por Tony Blair a la ofensiva del gobierno de Sri Lanka contra los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil. "Ningún tamil de los cerca de 300.000 que vivimos aquí debería votar a los laboristas. Los que lo hacen simplemente no saben lo que están votando".

Tema incómodo

"Cualquiera que sea el partido que gane, la inmigración va a ser uno de sus grandes asuntos", explica el portavoz de Migrants’ Rights Watch. Y pesar del número récord de inmigrantes con derecho a voto, la inmigración está lejos de ser el tema predominante de la campaña electoral. A ninguno de los dos grandes partidos parece que le conviene mucho tratarlo.

David Cameron y los conservadores han centrado el mensaje en un solo asunto: la recuperación económica. Nosotros hemos puesto orden tras la "Gran Recesión Laborista" y hemos conseguido crear dos millones de empleos. Esta narrativa tan similar a la del PP en España es la que sigue a rajatabla el primer ministro. Los tories también han recurrido a menudo a atacar a un Ed Miliband del que dicen está en manos de los independentistas escoceses del SNP.

¿Y sobre inmigración? Cameron se ha limitado a realizar la misma promesa que no ha podido cumplir durante los últimos cinco años: reducir el número de inmigrantes por debajo de los 100.000 al año. En 2014 la inmigración neta del Reino Unido aumentó un 43% y se situó en 298.000 personas.

Este es el tipo de munición que los antieuropeos de UKIP han intentado utilizar para ganar adeptos a su causa. No parecen haberlo logrado, las encuestas le daban a finales del año pasado alrededor del 20% de los votos, ahora no llegan ni al 15%.

Los laboristas, por su parte, tampoco parecen excesivamente cómodos hablando de inmigración. Ed Miliband se siente, sin duda, mucho más seguro debatiendo sobre los planes que tiene su partido para mejorar el sistema público de sanidad (NHS por sus siglas en inglés) y atacando a los conservadores por la desigualdad económica que no deja de crecer entre la sociedad británica.

A finales del año pasado el Daily Telegraph filtró un documento interno en el que se trazaban algunas líneas de actuación para luchar contra la retórica populista de UKIP. En él se aconsejaba "cambiar de conversación" cuando el tema de la inmigración surgiera al hablar con votantes y dirigirla en cambio hacia “temas en los que tenemos una política clara que trata los problemas que preocupan a la gente”.

Referéndum UE

A pesar de que todos los partidos hablan de mayor control de las fronteras nacionales (incluyendo los Verdes de Natalie Bennett), las medidas varían significativamente de unos a otros.

Las propuestas abarcan desde la "no amnistía en inmigración ilegal" de UKIP, pasando por que los inmigrantes no puedan pedir prestaciones sociales durante al menos dos años, como proponen los laboristas, hasta la posibilidad ideada por los Verdes de regularizar la situación de una persona si lleva viviendo durante cinco años de forma ilegal en el país, siempre y cuando no presente un serio peligro para la seguridad pública.

Y luego está la inmigración de los países de la Unión Europea.
"Hay una gran serie de diferencias entre los partidos… Sin dar nombres concretos, está por ejemplo la posibilidad de organizar un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, que tendría un gran efecto en la llegada de cierto tipo de personas", señala Jan Brulc.

Son los conservadores los que pretenden llevar a cabo esa consulta en 2017. Según cuentan los analistas, sectores del partido están presionando insistentemente a Cameron en esa dirección, pues UKIP y su deseo de abandonar la UE de inmediato sigue siendo una tentación para muchos tories.

La posibilidad de celebrar el referéndum se encuentra un poco más cerca después de que Nick Clegg, líder del partido Liberal Demócrata, que ha gobernado en coalición con los conservadores estos últimos cinco años, haya declarado que el referéndum no es para él una "línea roja" a la hora de negociar un nuevo gabinete de coalición.

Adelantar posibles resultados en las que prometen ser las elecciones más ajustadas de la historia del Reino Unido, con los dos grandes partidos muy lejos de una mayoría suficiente para gobernar en solitario, resulta más que aventurado.

Sí es seguro que al menos una de las llaves de las islas británicas está por primera vez en manos de personas que no han nacido en ellas. Está por ver si con ella quieren abrir la puerta a más compatriotas. No lo haría, por ejemplo, el tamil Raguraj: "¿Cuántas personas caben en el Reino Unido? No es lo mismo que cuando yo llegué en 1966. Aquí las leyes son demasiado flexibles con los extranjeros".

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