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Obama pide una reforma migratoria desde El Paso

El presidente de EEUU acude por primera vez a la frontera con México

ISABEL PIQUER

En su primera visita a la frontera entre Estados Unidos y México, Barack Obama abogó por una reforma migratoria -en un país donde se estima viven unos 11 millones de ilegales- que pueda, argumentó el presidente, afianzar la seguridad en los estados fronterizos y crear más empleo. En El Paso (Texas), Obama insistió en la urgencia de reparar el sistema migratorio y crear una vía hacia la progresiva normalización de los indocumentados 'para que los mejores puedan venir a estudiar y crear sus empresas', y a la vez reforzar una frontera donde EEUU tiene desplegados a 20.000 guardias.

Es un intento de la Casa Blanca por 'cambiar la dinámica'  

El mandatario no propuso medidas concretas ni plazos. Es poco probable que, en una Cámara de Representantes mayoritariamente republicana, se apruebe una reforma a medio plazo en un país que el año pasado expulsó a 400.000 personas. Pero es un intento de la Casa Blanca por 'cambiar la dinámica' del debate, 'concienciar a la opinión pública' y responsabilizar a los conservadores.

Con su gesto, Obama espera sobre todo congraciarse con un electorado latino que jugará un papel muy importante en las presidenciales de 2012 y que le reprochó en las legislativas del año pasado haberse despreocupado del tema.

El presidente inició esta operación de relaciones públicas hace dos semanas al entrevistarse con 'latinos influyentes' como Emilio Estefan o Eva Longoria para hablar de la reforma y reunirse con el caucus hispano del Congreso.

El mandatario espera ganarse el apoyo del electorado latino

Obama espera también frenar las iniciativas migratorias de muchos estados que intentan copiar la ley que Arizona intentó imponer el año pasado, ilegalizando la presencia de sus indocumentados. La ley no prosperó, después de que un juez declarara ilegales las partes más controvertidas, pero sirvió de modelo para otros estados: Utah ha empezado a aplicar una normativa muy parecida y Georgia, Indiana y Maine, han votado o están a punto de votar leyes que criminalicen la presencia de ilegales.

Unas iniciativas que preocupan a Washington. Obama criticó duramente a Georgia cuando el mes pasado aprobó su nueva legislación: 'Es un error para los estados contribuir de forma tan poco sistemática. No podemos tener 50 leyes migratorias distintas en el país. Arizona lo intentó y un tribunal federal lo frenó'.

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