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El año 2023 será el peor en violencia machista desde 2019 tras un verano negro

Ocho mujeres asesinadas en menos de un mes ha elevado la cifra de asesinatos por este tipo de violencia hasta 48 víctimas desde que comenzara 2023.

Violencia machista
Manifestación contra la violencia machista (archivo). EFE

La violencia machista más extrema no da tregua. Tras un julio y agosto, que han dejado unas de las cifras más altas de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, septiembre está batiendo récords. Cuatro asesinatos por violencia de género confirmados en las últimas 48 horas hace de este mes de septiembre el segundo peor de la historia desde que hay estadísticas.

Las ocho mujeres asesinadas en los que va de mes ha elevado la cifra de asesinatos por este tipo de violencia hasta 48 víctimas desde que comenzara 2023. 

Esta cifra está a punto de equiparar el número total de víctimas mortales que se contabilizaron en 2021 y 2022, dos años consecutivos en los que se registraron 49 asesinadas, el mínimo histórico de este tipo de feminicidios desde que se recopilan datos (2003). El año 2020 se cerró con 50 feminicidios de género mientras que en 2019 la cifra se elevó a 56. El incremento de la violencia machista en los últimos meses auguran que 2023 supere la cifra de los tres años precedentes y rompa la linea descendente iniciada desde 2019. Además hay dos casos que permanecen aún bajo investigación, lo que podría incrementar aún las estadísticas en los próximos días.

A estas alturas de septiembre del año pasado, el número de víctimas mortales ascendía a 31, lo que supone un 35% menos que la cifra de este año hasta el 19 de septiembre.

La delegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rosell, anunció este lunes que en vista de la concentración de asesinatos en poco tiempo, Igualdad ha convocado un nuevo comité de crisis para principios de octubre, una vez que se tengan las cifras definitivas de septiembre. Se trataría del sexto comité que se reúne desde diciembre del año pasado. Estas reuniones que aúnan a comunidades autónomas, diversos ministerios y la Fiscalía sobre mujer para analizar caso por caso, encontrar los fallos y proponer mejoras, se convocan cada vez que en el plazo de un mes se producen cinco o más feminicidios íntimos.

Las ocho víctimas confirmadas hasta el momento (la última reconocida este mismo martes, una mujer asesinada por su pareja en Tarragona), coloca este mes de septiembre como el segundo más mortífero desde que hay datos, solo superado por septiembre de 2018, cuando fueron asesinadas diez mujeres, mientras que ese mismo mes de 2010 igualó la cifra actual de ocho víctimas. 

Violencia en alza

Pero lo más preocupante de las cifras es que apuntalan una tendencia al alza de este tipo de asesinatos que se mantiene extremadamente alto en los tres últimos meses. Julio acabó con ocho víctimas mortales y agosto sumó otras siete, por lo que entre inicios de julio y el 19 de septiembre se acumulan 23 feminicidios de género.

Otro motivo de alarma es el bajo nivel de denuncia. Se estima que menos del 30% de las mujeres denuncian la violencia que sufren. Es decir que más del 70% de violencia oculta. 

De las 48 víctimas mortales reconocidas oficialmente en los que va de 2023, tan sólo nueve habían presentado denuncia contra sus agresores, lo que supone apenas un 19% del total.

Preocupación por el incremento de la violencia extrema

Existe preocupación social, entre las expertas en violencia de género y en las instituciones por el repunte de la violencia extrema. Por un lado por el coste en vidas y sufrimiento que causan los asesinatos machistas, pero también por el incremento soterrado de una violencia no tan extrema pero cotidiana que sustenta y sirve como caldo de cultivo para los feminicidios.

Se trata de una violencia estructural que hunde sus raíces en las discriminaciones históricas que existe hacia las mujeres y que se apuntala por comportamientos machistas que muchas veces pasan desapercibidos o que la sociedad ha aprendido a perdonar o normalizar. Si la violencia extrema (los feminicidios) son la punta de un iceberg, el resto de violencias que lo sustenta permanece principalmente sumergido.

Como violencia estructural que es, no existe una única causa que explique los aumentos de asesinatos más allá de un conjunto de prácticas englobadas bajo los términos de machismo o patriarcado.
Existen causas puntuales que pueden incrementar su crudeza. Tal como han apuntado a lo largo de los años algunos expertos, se puede recrudecer en momentos en que la convivencia es más habitual y cercana, como los períodos vacacionales. Pero no es una ciencia exacta.

Para muchos expertos consultados a lo largo de los años, la única forma de atajar esta violencia es con políticas adecuadas, voluntad política para aplicarlas de forma continuada y una sociedad concienciada que rechace actitudes que puedan alimentar las violencias.

Precisamente en este último punto es donde diversos expertos han puesto el foco. Afirman que el auge del mensaje negacionista está en la base de este incremento en el número de violencias y de asesinadas. 

Lo ha vuelto a recordar Victoria Rosell este mismo lunes. En una rueda de prensa, preguntada por las causas de los incrementos afirmó que "es importante hacer reflexión sobre la capacidad de imitación y de aceptación de discursos muy peligrosos contra las mujeres y a favor de la violencia de género, como son los discursos negacionistas. Las mujeres necesitan confianza en las instituciones. 

La delegada del Gobierno contra la violencia de género añadió que es difícil transmitirles seguridad "si hay otro sector de la sociedad, afortunadamente minoritario, pero que lamentablemente también está en las instituciones públicas que dice que la violencia de género no existe".​

Autonomías que niegan la violencia

La coordinación de las políticas públicas es otra pata clave para acabar con la violencia de género. A este respecto, a lo largo de los cinco comités de crisis que se han realizado hasta la fecha se han lanzado diversas propuestas para mejorar la respuesta institucional y la prevención. Desde Interior, Grande-Marlaska anunció en diciembre pasado la posibilidad de que las víctimas de violencia de género puedan ser informadas sobre si sus parejas están incluidas en el sistema Viogén de valoración del riesgo policial, pero hasta la fecha no hay noticias sobre su puesta en marcha. Lo mismo ocurre con otras propuestas.

Consultada por este medio sobre el despliegue de las medidas propuestas, la Secretaria de Igualdad, Ángela Rodríguez, afirmó que "este comité tiene utilidad cuando nos tomamos en serio las medidas". "Necesitamos que cada institución sea una puerta de entrada para las víctimas", añadió. Gran parte de las competencias sobre violencia de género está en manos de las comunidades autónomas, muchas de las cuales tienen gobierno del Partido Popular con Vox o gobierna con su apoyo. Varias de ellas han comenzado sustituir la violencia de género por violencia intrafamiliar o violencia doméstica, y a negar oficialmente la violencia machista.​

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