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INNA AFINOGENOVA - pa qué me invitan

Cómo se articulan los influencers de la ultraderecha internacionalmente

Inna Afinogenova en La Base
Inna Afinogenova en La Base.

Lo que está pasando con esta ley, las reacciones y los comentarios que está generando no parecen un caso aislado, sino más bien parte de toda una estrategia que abarca varios continentes y cuyo último objetivo consiste en detener el avance de las propuestas democráticas y, en última instancia, de los DDHH de las mujeres, de la comunidad LGBTIQ, de las personas migrantes y otras minorías vulnerables. El problema no parece ser esa ley en particular, ni la ley trans anteriormente. 

El problema podría ser muchísimo más amplio, y para que entiendan a qué me refiero con todo esto, me gustaría en esta sección hacerme eco de una investigación que han llevado a cabo fondos de mujeres de varios países en el marco del proyecto On The Right Track, una iniciativa que busca apoyar a las organizaciones y activistas feministas frente a los ataques que se someten.  

Esta investigación se titula Ataques a la democracia en Europa y América Latina. Voces desde los feminismos, y la pueden consultar en la web del fondo Calala, el fondo español que participó en su elaboración junto con sus socias de Colombia, Chile y Bulgaria. 

La investigación es muy detallada. Trabajaron en ella varios equipos de varios países a la vez, y hacen un mapeo de principales actores, organizaciones, foros y partidos políticos, que promueven una agenda fundamentalista y conservadora internacionalmente. Categorizan ataques contra feministas y contra los defensores de los DDHH, describen el modus operandi y las alianzas de esa red… etc.

La conclusión a la que llegan es que detrás de esos ataques a las propuestas feministas hay toda una banda de actores con una agenda política y económica muy clara, y una organización y articulación muy eficiente.  

Según contó en una entrevista a el Salto la directora del fondo Calala, María Palomares, en la década de los 90 hubo muchos avances en la legislación sobre los derechos de las mujeres, y fue en ese momento cuando las iglesias –católica, evangelista, ortodoxa– así como grupos conservadores se dieron cuenta de que estaban perdiendo la batalla cultural, y empezaron a organizarse y definir un objetivo común. 

Así, empiezan a crear sus propias ONG, fundaciones, institutos médicos o jurídicos. Desde entonces, esos grupos reaccionarios logran penetrar en distintos espacios multilaterales, como la OEA o la UE, y desde allí legitimar su discurso.

La investigación identifica cerca de 500 movimientos y organizaciones antiderechos en más de 30 países sólo en Europa. También hacen un mapeo de actores importantes de América Latina que mantienen esos discursos. 

Algunos de esos movimientos, tanto en Europa como en Latinoamérica, están directamente vinculados a distintas iglesias. En Latinoamérica muchos directamente parten de la iglesia evangélica. Muchos otros se declaran independientes. 

Por ejemplo, hablan de la red llamada Tradición, Familia y Propiedad que ha calado en Europa del Este. Bajo esta denominación se articulan grupos católicos de inspiración brasileña, conservadores en lo social y ultraliberales en lo económico.  

Han encontrado agrupaciones cuyo objetivo último es luchar contra los DDHH de la comunidad LGBTIQ+: el Movimiento popular de amor contra el homosexualismo de Ucrania o La Manifestación por Todos de Francia, que promueve una agenda en contra del matrimonio homosexual y la adopción por las parejas del mismo sexo. 

La mayoría de esos grupos están financiados por organismos estadounidenses, relacionados con el Congreso Mundial de las Familias o la Alianza en Defensa de la Libertad, pero también hay indicios de una financiación por parte de grupos ultraconservadores rusos. Konstantín Maloféyev, oligarca ultranacionalista ruso que fundó un canal de televisión ultraconservador dentro del país, ha sido señalado como uno de los principales patrocinadores de esos grupos en Europa, por ejemplo. 

Esos señores no se limitan a organizaciones civiles: también han creado organizaciones jurídicas para que alguien defienda la agenda antiderechos a nivel profesional, y a la vez ataque judicialmente a activistas feministas, LGBTI, etc. 

¿Les suena la Asociación Española de Abogados Cristianos? Según la investigación, forma parte de esta red. También destacan en Europa El Centro Europeo para la Ley y la Justicia y la Alianza Defendiendo la Libertad, de origen estadounidense. En Polonia, bastión de esas ONGs y organizaciones por excelencia, está Ordo Iuris, abogados contra lo que denominan la "ideología LGBTIQ+". 

La parte mediática no puede faltar. Esos grupos no solo gestionan campañas mediáticas que reciben atención en ciertos medios. No sólo organizan foros y hacen lobby, sino que también gestionan sus propios medios de comunicación. 

En Latinoamérica, las activistas detectaron tanto la fuerte presencia de fundamentalistas en los medios de comunicación, como la adquisición de medios de información por parte de esos grupos para tener plataformas propias para sus discursos. El que ha pasado por Latinoamérica habrá visto, seguro, algún que otro canal evangélico o intervenciones de evangélicos en canales tanto públicos como privados. Existe un canal en Centroamérica, llamado Hossana TV, que es abierto, y uno de los principales espacios de difusión de esos mensajes.  

Lo que no se les puedes negar es su impresionante capacidad de articularse: así, las mismas estrategias llegan a varios espacios internacionales a la vez. Crean sus propios líderes de opinión, les dan plataforma en medios, les levantan redes sociales y luego organizan foros internacionales con participación de esos influencers

Los argentinos Agustín Laje y Nicolás Márquez, por ejemplo, son los ejemplos más ilustres de Sudamérica. Han escrito un libro llamado El libro negro de la nueva izquierda, y han hecho una gira por diversos países promocionándolo y amplificando su discurso de la ideología de género. Según la investigación, en 2017 han logrado hacerle llegar el libro al presidente de Paraguay, que se declaró luego "en contra de la ideología de género". 

Christian Rosas, de Perú, fundó el movimiento Con mis hijos no te metas, una campaña que llegó hasta Uruguay para hacer lobby contra la Ley Integral para personas trans. Llegó a Colombia en 2016, donde logró movilizar a gente (ojo) en contra del Acuerdo de Paz y la educación sexual

Todo gira en torno a conceptos como valores, familia, vida, libertad… En 2019 se celebró en Uruguay el II Congreso Sudamericano por la Vida y la Familia. Participaron Agustín Laje y Christian Márquez. En 2019 también, se celebró la III Cumbre Transatlántica en Colombia. Muy bien camuflado el nombre, hay que ver quién convoca.  

Esa Cumbre de la red por los valores fue apoyada por el expresidente colombiano Alvaro Uribe Velez, y uno de los temas que abordaron fue la lucha contra "la ideología de género".

Y, por supuesto, el Congreso Mundial de Familias, fundado en 1997 y con una enorme influencia en América Latina y Europa, se ha convertido en una plataforma por excelencia para atacar los derechos de las minorías y los derechos de las mujeres, escudándose, otra vez, en palabras como "familia", "valor", "tradición", etc. No es un simple foro, es un lobby que intenta intervenir en políticas institucionales. En 2019 su sede fue Italia, en apoyo a Salvini y al neofascismo italiano…antes, lo hicieron en Georgia, Hungría y Moldavia…en 2022 lo organizaron en México, por cierto. 

Otro dato destacable que sostienen las investigadoras, y a eso iba, en realidad, es que parte del modus operandi de esa red consiste en cuestionar o intentar revertir leyes ya asentadas. Las investigadoras ponen como ejemplo la Ley de Violencia de Género que se aprobó en 2004, y que empezó a ser cuestionada por la extrema derecha hace unos años. Movilizan a sus bases recurriendo a distintas narrativas: denuncias falsas, violaciones en vestidores de mujeres, cambios de sexo luego de ser acusados de violencia de género…todo ese relato que lleva a sus bases a afirmar que las feministas se están pasando, que hay que ponerle límite a todo eso.

Y como me estoy quedando corta de tiempo, realmente les recomiendo leer esa investigación completa, porque ilustra el nivel de organización y articulación transfronteriza que, si no fuera tan peligrosa, sería todo un ejemplo a seguir.

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