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La carta de algunos millonarios a los líderes de Davos: "Pongan impuestos a la riqueza extrema"

"La solución no puede encontrarse en donaciones puntuales ni en la filantropía. La acción individual no puede corregir el colosal desequilibrio actual", afirman, entre otros Abigail Disney, Brian Cox y Valerie Rockefeller.

Brian Cox, en una imagen de archivo.
Brian Cox, en una imagen de archivo..  MANUEL PINILLA CRUCES/ europa press

La carta empieza así: "Nos sorprende que no haya sabido responder a una sencilla pregunta que llevamos tres años planteándonos: ¿cuándo gravarán la riqueza extrema? Si los representantes electos de las principales economías del mundo no toman medidas para abordar el dramático aumento de la desigualdad económica, las consecuencias seguirán siendo catastróficas para la sociedad".

La misiva, que se puede consultar aquí, la firman más de 250 multimillonarios y millonarios, que reclaman a los estados que graven a los muy ricos y ellos mismos se declaran orgullosos de pagar más impuestos. Entre quienes apoyan la iniciativa están la heredera de Disney, Abigail Disney; Brian Cox, actor, icono de la serie Succession, y Valerie Rockefeller, heredera de la dinastía estadounidense.

Entre los elementos que, afirman, podrían mejorar con mayores impuestos a quienes mas ingresan y quienes más tienen, enumeran estos: "La desigualdad extrema; el costo de vida de los trabajadores; educar mejor a la próxima generación; sistemas de salud resilientes; mejor infraestructura y una transición verde".

Así prosigue el texto: "Nuestro impulso por impuestos más justos no es radical. Más bien, es una demanda de retorno a la normalidad basada en una evaluación sobria de las condiciones económicas actuales. Somos las personas que invertimos en nuevas empresas, damos forma a los mercados de valores, hacemos crecer las empresas y fomentamos el crecimiento económico sostenible. También somos las personas que más se benefician del status quo. Pero la desigualdad ha llegado a un punto de inflexión y su coste para nuestro riesgo de estabilidad económica, social y ecológica es grave y crece cada día".

Abigail Disney, en una imagen de archivo.
Abigail Disney, en una imagen de archivo. JP YIM GETTY IMAGES NORTH AMERICA / AFP

Convertir la riqueza improductiva en una inversión

"En resumen, necesitamos actuar ahora. Nuestra petición es simple: les pedimos que nos cobren impuestos a nosotros, los más ricos de la sociedad. Esto no alterará fundamentalmente nuestro nivel de vida, ni [provocará privaciones] a nuestros niños, ni dañará el crecimiento económico de nuestras naciones. Pero convertirá la riqueza privada extrema e improductiva en una inversión para nuestro futuro democrático común".

Los firmantes agregan: "La solución a esto no puede encontrarse en donaciones puntuales ni en la filantropía. La acción individual no puede corregir el colosal desequilibrio actual. Necesitamos que nuestros gobiernos y nuestros líderes lideren. Por eso acudimos nuevamente a ustedes con el pedido urgente de que actúen, unilateralmente a nivel nacional y juntos en el escenario internacional".

"Cada momento de retraso afianza el peligroso status quo económico, amenaza nuestras normas democráticas y pasa la responsabilidad a nuestros hijos y nietos. No sólo queremos que se nos cobren más impuestos, sino que creemos que debemos pagar más impuestos. Estaríamos orgullosos de vivir en países donde se espera esto y orgullosos de tener líderes electos que construyan mejores futuros", prosigue la carta.

Luego, razona: "El valor de sistemas tributarios más justos debería ser evidente. Todos sabemos que la economía del goteo no se ha traducido en realidad. En cambio, nos ha provocado salarios estancados, infraestructuras en ruinas, servicios públicos deficientes y desestabilizado la institución misma de la democracia. Ha creado un sistema económico vergonzoso incapaz de proporcionar un futuro más brillante y sostenible. Estos desafíos solo empeorarán si no se aborda la desigualdad extrema de riqueza".

Así terminan su petición los firmantes: "La verdadera medida de una sociedad puede encontrarse no sólo en cómo trata a sus miembros más vulnerables, sino también en lo que exige de sus miembros más ricos. Nuestro futuro es de orgullo fiscal o de vergüenza económica. Esa es la elección. Les pedimos que den este paso necesario e inevitable antes de que sea demasiado tarde. Enorgullezcan a sus países y pongan impuestos a la riqueza extrema".

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