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La investidura fallida de Rajoy devuelve otra vez la patata caliente al rey con los partidos muy enfrentados

La segunda votación para la investidura de Rajoy ofrece más votos en contra que a favor del candidato conservador y abre de nuevo un periodo de incertidumbre institucional. Un debate muy bronco finaliza con reproches cruzados entre las grandes formaciones.

El candidato Mariano Rajoy, durante la sesión del debate de investidura en el Congreso de los Diputados. - EFE

MADRID.- Mariano Rajoy no ha logrado recabar tampoco en segunda instancia la confianza de una mayoría de escaños del Congreso de los Diputados para ser investido presidente del Gobierno. De este modo se va al traste su pretensión de lograr seguir como inquilino del Palacio de la Moncloa en plenitud de funciones. Al menos tras este primer intento deberá seguir como en los últimos meses, “en funciones”.

A partir de ahora será el jefe del Estado quien asuma la responsabilidad de proponer a la Cámara Baja el nombre de un candidato o candidata para someterse de nuevo a una sesión de investidura. De hecho, podría ser el mismo Mariano Rajoy. Pero en esa tarea tanto el rey como el Congreso de los Diputados tienen el tiempo tasado: dos meses a contar desde el pasado miércoles cuando se celebró la primera votación de investidura; un plazo que finaliza el próximo día 31 de octubre.

Durante el debate se ha puesto de manifiesto respectivas posiciones
entre los grandes
partidos se enquistaban y enrocaban. Las diferencias, lejos de aproximarse, se han distanciado

La segunda votación para la investidura de Rajoy registró el mismo resultado que en el primer sufragio: 170 votos a favor (PP, Ciudadanos y Coalición Canaria) frente a 180 rechazos (el resto de grupos de la cámara). La única novedad que ofrece este resultado resulta ser una obviedad: es la segunda vez en dos legislaturas consecutivas que un candidato a la investidura a la presidencia del Gobierno es rechazado por el Congreso de los Diputados. Y es la primera vez que el rechazo recae sobre un presidente en funciones.

El desarrollo de esta segunda sesión de investidura, según establece el reglamento de la Cámara, ha sido mucho más breve que la de principios de semana (el candidato sólo disponía de diez minutos y los portavoces apenas de cinco cada uno); aún así los parlamentos se han prolongado casi hora y media porque la presidenta Pastor ha hecho gala de permisividad en los tiempos asignados.

En cualquier caso, esa brevedad no ha restado intensidad en el cruce de argumentos entre unos y otros respecto a la sesión anterior. Es más, en bastantes parajes parecía que habían aumentado. Y sobre todo se ha puesto de manifiesto al finalizar el debate que las respectivas posiciones se enquistaban y enrocaban respecto a lo que registró el diario de sesiones el miércoles pasado. Las diferencias, lejos de aproximarse, se han distanciado.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su intervención en el debate de investidura. - EFE

De forma un tanto llamativa el candidato Rajoy ha empleado prácticamente toda su intervención a realizar un llamamiento al líder de la bancada socialista, Pedro Sánchez, para que deje de “bloquear la formación de un Gobierno”, recurriendo a todo tipo de argumentos ─“en cualquier país civilizado el partido socialista es aliado de las formaciones constitucionalistas”, ha llegado a decir─. Y hasta ha empleado un tono ciertamente melodramático: “Si mantiene el no, no y no ─ha exclamado con énfasis─, permita al menos que se forme un Gobierno”.

En su turno, Pedro Sánchez ─que ha subido al estrado sin papel alguno, cosa que le ha permitido realizar un discurso más ágil y contundente que el miércoles pasado─ se ha ratificado en la posición de su bancada: “Usted no cuenta con la confianza del grupo socialista”, le ha dicho nada más empezar. Y a continuación ha recibido la primera bronca de la bancada de la derecha, lo cual no era la mejor manera para convencerle de que apoyase la investidura del candidato conservador.

Han seguido otras interrupciones más, según iba insistiendo el socialista en ratificar el voto negativo de su bancada. “Es usted quien está pensando en las terceras elecciones”, le ha espetado a Rajoy. Al final, Sánchez ha dejado una frase para la polémica al asegurar que el grupo socialista “siempre estará en la solución”. Esas palabras han sido fijadas posteriormente desde su entorno: “Proponer una solución no quiere decir que se proponga una alternativa”, han asegurado con intención de no generar especulaciones en estos momentos.

Iglesias a Rajoy: “Ustedes no han entendido que ya gobernamos en las principales ciudades y que más tarde o temprano gobernaremos en el país y ustedes estarán en la oposición" 

La intervención del portavoz de Podemos, Pablo Iglesias, ha sido, como el miércoles pasado, de tono alto y con argumentos muy agresivos. Primero, contra Rajoy, luego, en dirección a Sánchez. Al candidato le ha dicho que “ustedes no han entendido que ya gobernamos en las principales ciudades y que más tarde o temprano gobernaremos en el país mientras ustedes estarán en la oposición. Este país ha cambiado en los últimos tres años”, ha sentenciado.

Y dirigiéndose a la bancada socialista le ha dicho a Sánchez: “Al PSOE tengo que decirle que se aclare”, frase que ha sonado a emplazamiento amenazante, aunque al final de sus palabras, sin aflojar el tono elevado, ha asegurado que su formación “continúa con la voluntad de unir fuerzas”. Algunos pasajes de su intervención han generado murmullos de enfado en los escaños socialistas colindantes.

Por su parte, el “socio” de Rajoy en el debate de investidura, Albert Rivera, ha realizado una exposición que ha sonado a proclama preelectoral, pese a denunciar a diestra y siniestra el bloqueo de ambos partidos, tanto en esta investidura como en la de hace seis meses. Ese tono desafiante de Rivera hacia Rajoy, a quien ha sugerido que debía retirarse como candidato, se ha plasmado en la afirmación de que con la investidura fallida daba por concluido el acuerdo firmado entre ambas formaciones hace apenas una semana para respaldar a Rajoy.

Los dirigentes de Podemos Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, en sus escaños durante el debate. - EFE

Los dirigentes de Podemos Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, en sus escaños durante el debate. - EFE

Tras las intervenciones de los portavoces de las formaciones minoritarias ─Gabriel Rufián, de ERC, ha formulado a Rajoy preguntas inquietantes y muy diversas─, el portavoz del grupo popular, Rafael Hernando, ha realizado una intervención a medio camino entre la soflama y la arenga. “Usted, señor Sánchez, es incapaz de arbitrar una alternativa, bloquea el Gobierno y es un tapón para España”, ha proclamado. Y ha añadido: “Hoy no va a fracasar el señor Rajoy, va a fracasar usted porque no tiene una alternativa”.

Pero lo más llamativo de su discurso, más allá del consabido ataque el líder socialista, han sido sus palabras hacia Albert Rivera. “Hay que respetar la democracia, señor Rivera. En democracia ─ha relatado al tiempo que elevaba el tono de sus palabras─ sólo se van los que pierden, no los que ganan las elecciones”, ha dicho para responder a las palabras del líder del partido naranja que sugería que el aspirante fracasado a la investidura se apartase.

Rafael Hernando a Pedro Sánchez: “Hoy no va a fracasar el señor Rajoy, va a fracasar usted porque no tiene una alternativa” 

“Rajoy es hoy, lo será mañana y lo seguirá siendo más adelante, siempre, nuestro candidato”, ha manifestado para satisfacción de su bancada que le ha aludido fuertemente. Y le ha lanzado una advertencia a Rivera: “Yo no firmo pactos para 15 minutos, los firmo para seguir”. Y ha acabado con frases para Iglesias y Sánchez. Al primero le ha dicho que esperaba que los españoles “no le permitan gobernar como en Venezuela o en Madrid, la ciudad más sucia de España”. Y al socialista le ha pedido que es cuche a “personas de su partido como Felipe González y exministros, que no son nada derechistas”, al tiempo que le ha mostrado un editorial el diario estadounidense The New York Times: todos ellos favorables a la abstención de su grupo.

Tras cerrarse este debate de investidura fallida, según se recoge en el artículo 99 de la Constitución en su apartado cuarto, “se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores”. En esos apartados referidos es donde se indica el procedimiento conocido hasta ahora que arrancó con las consultas que realizó el rey con los dirigentes de los partidos con representación parlamentaria para proponer a un candidato. Es decir, en pocas palabras, se vuelve a empezar.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la sesión del debate de investidura. - EFE

La única diferencia con las consultas anteriores de finales de julio es que en esta ocasión el jefe del Estado y el resto de actores tienen el tiempo tasado. En realidad, tras la propuesta por parte del rey de un candidato, el procedimiento debería ponerse en marcha hacia el 21 de octubre ya que un pleno de estas características debe convocarse con al menos dos días de antelación y luego reservar la última semana del mes para su desarrollo.

En las horas previas al inicio de la sesión de la tarde de este viernes se ha abierto un debate entre distintas formaciones políticas sobre la necesidad de adoptar por consenso una iniciativa legislativa para evitar que la jornada de unas terceras elecciones generales recayese en el 25 de diciembre, día de Navidad, que es como está previsto según el actual calendario de la ley electoral que fija que los comicios se celebrarán el 54º día posterior de la disolución de las cámaras legislativas y el fin de la legislatura.

La única vía para evitarlo consiste en presentar una proposición legislativa que modifique la actual ley electoral ─al tener carácter orgánico necesita de la mayoría absoluta de la cámara y la complicidad del Gobierno, aunque esté en funciones─ para reducir el tiempo de la campaña electoral de los actuales 15 días a tan solo 8. De esa forma la jornada electoral se adelantaría una semana, al domingo día 18 de diciembre.

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