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Un PSOE desgarrado permite a Rajoy seguir al mando en Moncloa sin tener una mayoría

El líder conservador es el presidente del Gobierno que contará con un menor respaldo parlamentario al iniciar una legislatura desde 1977, aunque enfrente tendrá una oposición más fragmentada que nunca en la que socialistas y Podemos lucharán por dilucidar quién será la alternativa al PP

El líder del PP y presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, a su salida del congreso tras ser investido hoy presidente del Gobierno por mayoría simple. / EFE

JUAN ANTONIO BLAY

MADRID.- Mariano Rajoy ha logrado a última hora de la tarde de este sábado quedar investido como presidente del Gobierno de la XII Legislatura, tras acabar un proceso político que ha roto con cualquier precedente: es el único candidato que ha conseguido su objetivo gracias a la abstención del principal grupo de la oposición. Ha sido la segunda votación con la que ha culminado el debate de investidura en el Congreso de los Diputados.

Y lo ha logrado apenas 48 horas antes de expirar el plazo establecido para disolver nuevamente la actual legislatura y convocar unas nuevas elecciones generales, las terceras en un año. Un periodo de tiempo en el que, no obstante, ha habido una legislatura frustrada y otros dos intentos de investidura fallidos. Algo desconocido desde la entrada en vigor de la Constitución el 1978.

En esta ocasión, además, Mariano Rajoy ha sido el candidato que llega a La Moncloa con un menor número de apoyos parlamentarios, apenas los 137 la bancada popular, para respaldar su gestión a lo largo de la actual legislatura, lo que hace prever un mandato lleno de incógnitas. El presidente del Gobierno repite al frente del Ejecutivo pero tras una legislatura en la que gozó de una mayoría absoluta de 185 escaños.

Rajoy ha vuelto a repetir los apoyos expresos que ya registró en anteriores votaciones: 170 votos – los 137 de su grupo, los 32 de Ciudadanos y un voto de Coalición Canaria -. Pero, a diferencia de la anterior investidura, en esta ocasión los votos en contra fueron menores: 111. A los expresados por Podemos, ERC, PNV y el resto de otras formaciones minoritarias de la oposición se sumaron otros 15 de la bancada socialista. El grueso del grupo socialista, como se había anunciado, se abstuvo con 68 votos.

La votación y el recuento no han estado exentos de tensión debido al desgarro emocional y político en el seno de la bancada socialista – integrada esta tarde por 83 escaños, tras la renuncia hoy mismo de Pedro Sánchez -, obligada a pronunciarse por la abstención por mandato del Comité Federal del partido, máximo órgano entre congresos. Finalmente, el voto negativo de 15 diputados – la mitad de ellos del PSC - ha puesto de manifiesto la crisis de la formación socialista, actualmente bajo el mandato de una gestora provisional.

El duro discurso de Rufián contra los socialistas

El debate en esta segunda sesión de investidura, obligada al no obtener el candidato la mayoría absoluta de la cámara el pasado jueves, no ha deparado sorpresas, entre otras cosas porque reglamentariamente está constreñido a unos pocos minutos para cada portavoz, incluso para el propio candidato. Sin embargo, la intervención del representante del grupo parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, totalmente dirigida hacia el grupo socialista con continuas descalificaciones por su abstención, han enconado a la bancada del PSOE, que ha protestado airadamente. Al menos cuatro diputados han abandonado sus escaños.

Posteriormente, una alusión de Ana Oramas en su intervención al respeto que debe imperar en la cámara, sobre todo cuando es necesario el diálogo, ha suscitado el aplauso conjunto de las bancadas popular, socialista y de Ciudadanos, mientras que Unidos Podemos, ERC, PNV y PDECAT permanecían quietos en sus escaños.

En ese momento se han producido diversos cruces de palabras y gestos reprobación cruzados entre diputados de los distintos grupos, en un clima de gran crispación hasta ahora desconocido en el hemiciclo. El portavoz socialista, Antonio Hernando, ha pedido la palabra al final del debate para protestar por las palabras de Rufián y pedir una rectificación, cosa a la que el diputado republicano se ha negado.

El portavoz adjunto de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, saluda al diputado de EH Bildu, Oskar Matute, durante el debate de investidura en el Congreso hoy en Madrid. / EFE

El portavoz adjunto de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, saluda al diputado de EH Bildu, Oskar Matute, durante el debate de investidura en el Congreso hoy en Madrid. / EFE

Sin embargo, a continuación se ha suspendido la sesión por unos minutos antes de iniciarse el llamamiento para votar, momento que han aprovechado varios portavoces para rebajar la tensión. En concreto, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, José Manuel Villegas y Rafael Hernando se han mostrado activos en esta tarea junto a los escaños del propio Iglesias, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, y de la ministra Báñez. Los socialistas se han mantenido al margen a petición de su portavoz, que les ha pedido tranquilidad.

La sustancia del debate apenas ha consumido poco más de una hora y ha finalizado justo cuando se llegaba a la hora exacta en la que podía iniciarse el nuevo sufragio, las 19,45 horas, con el fin de cumplir con el mandato constitucional que indica que debe realizarse “cuarenta y ocho horas después” de la votación anterior que tuvo lugar el pasado jueves.

"Si cumple las exigencias de Ciudadanos todo va a salir bien”, le ha recordado Albert Rivera a Mariano Rajoy

El aspirante Mariano Rajoy, en una intervención de apenas doce minutos, ha pedido con contundencia que se le deje gobernar por entender que no tiene sentido que se le permita formar un Gobierno y posteriormente obstaculizar su gestión. Consciente de su debilidad parlamentaria se ha declarado partidario de dialogar con el resto de las fuerzas políticas, pero ha advertido que no piensa permitir que se deshagan las reformas realizadas durante su gestión “porque se han demostrado válidas”. Unas palabras que han sonado a desafío. Y ha puesto tres líneas rojas innegociables: la unidad de España, los acuerdos con la UE y la estabilidad presupuestaria.

El portavoz socialista, Antonio Hernando, al igual que hizo el pasado jueves, proclamó que la abstención generalizada de su grupo “es por responsabilidad para desbloquear una situación que es insostenible”, pero le ha advertido a Rajoy: “Ni nos gusta usted ni sus políticas. Combatiremos sus odiosas reformas que tanto daño han hecho a una mayoría social. Empiece por eliminar la LOMCE, la ley “mordaza” y otras porque lo vamos a hacer desde la oposición”.

El representante de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, le ha profetizado a Rajoy que su mandato supone “el epílogo de una etapa política previa a que le ganemos nosotros, tarde o temprano, las elecciones en una nueva España, la de los jóvenes que exigen el cambio y que ya saben lo que es sufrir el paro, desahucios y la precariedad laboral”. “Buena suerte, señor Rajoy, en su epílogo”, se ha despedido.

Del resto de portavoces, tan solo Rivera ser ha mostrado conciliador con Rajoy, pero exigiéndole que “limpie” la política española de corrupción, entre otras cuestiones. “No tenga miedo. Le he visto ponerse la venda en los ojos antes de empezar a caminar. Si cumple las exigencias de Ciudadanos todo va a salir bien”. Y como ya es costumbre en él, se ha dirigido a Iglesias: “Le doy una mala noticia: a partir de ahora hay que ponerse a trabajar”.

Tras la votación y una vez proclamado el resultado del recuento Mariano Rajoy ha sido felicitado por el portavoz socialista que se ha acercado a él estrechándose las manos en mitad del hemiciclo, una imagen que se ha repetido en el mismo lugar en nueve ocasiones anteriores. También se le ha acercado el portavoz del PNV, pero ha sido Rajoy quien se ha acercado a la bancada para saludar a Albert Rivera y agradecer su apoyo expreso. Nadie de Podemos ni de otros grupos le han saludado, al menos en el hemiciclo. Para el líder del PP ha sido su segunda investidura superada.

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