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El PSOE se hunde en los sondeos y es superado por un Ciudadanos que ya roza los cinco millones de votantes

Los dos partidos de la derecha suman con creces la mayoría absoluta de escaños –reuniendo un 47,7% de los votos válidos– a costa de los socialistas, que también hacen aguas hacia Podemos. El partido de Pablo Iglesias inicia una apreciable remontada que se concreta en cinco escaños más que los de la anterior proyección de JM&A para 'Público'.

Proyección de JM&A tras las generales del 20-N, tomando en cuenta sondeos y resultados hasta el 1 de noviembre.

El primer sorpasso del declive del bipartidismo acaba de producirse... al menos en los sondeos. Ciudadanos continúa su ascenso meteórico en las preferencias de los votantes, según coinciden todos los estudios demoscópicos, y ya ha superado al PSOE en número total de votos estimados para las elecciones generales del próximo 20-D (a pesar de que el partido socialista mantiene una ventaja de cuatro escaños sobre C's) según la última estimación del Observatorio Continuo de Jaime Miquel y Asociados para este diario.

Con más de 4,8 millones de sufragios, el partido de Albert Rivera rebasaría al de Pedro Sánchez (menos de 4,5 millones) y quedaría a sólo tres décimas del 20% de los votos válidos, si se cumple esta proyección de JM&A, un desk research que pondera las tablas de los barómetros del CIS y las fichas técnicas de una veintena de las más importantes encuestas recientes, evaluando también los antecedentes electorales de este año y efectuando un tracking constante de toda la demoscopia publicada.

El PP se desploma por debajo de su suelo de 7 millones de votos

En esta estimación de JM&A, el Partido Popular se desploma por primera vez por debajo de su suelo natural de los siete millones de votos, a causa de la corrección del estudio sobre la expectativa de participación electoral, que el gabinete demoscópico reduce en casi tres puntos (hasta el 68,27%) con respecto a su anterior oleada de mediados de octubre. Eso supone un millón de votantes menos y, por tanto, repercute en números absolutos (a la baja) en los resultados de todos los partidos.

No obstante, del gráfico interactivo de transferencias de voto que se muestra más abajo se deduce que el gran perjudicado de este momento preelectoral es el PSOE, cuya base de votantes no sólo hace aguas hacia Podemos y Ciudadanos, sino que atrae a muy pocos de los que votaron en 2011 por los demás partidos. En concreto, casi millón y medio de los que eligieron la papeleta socialista hace cuatro años se pasarán –según esta proyección– a las filas de Iglesias, mientras que otros 870.000 irán a engrosar las huestes de Rivera.

En consecuencia, Sánchez perdería al 36,3% de los votantes de su partido si las elecciones se celebrasen hoy; una sangría mortífera para el PSOE si tenemos en cuenta que Rubalcaba obtuvo el peor resultado de los socialistas (tanto en votos como en escaños) desde la recuperación de la democracia, con el 28,8% y 110 diputados. Esta previsión de JM&A (18,2% y sólo 72 escaños) constituiría, de cumplirse, una auténtica hecatombe para el PSOE, por mucho que quedase en segundo lugar.

Sobre todo porque su núcleo duro (los que repetirán voto al PSOE) quedaría reducido a poco más de tres millones de votantes, menos de la mitad de los que depositaron esa papeleta en 2011.

El PSOE pierde 22 escaños y casi cinco puntos con respecto al anterior estudio, hace sólo tres semanas

La única esperanza de la izquierda, a la vista de los cálculos de esta proyección, es la creciente volatilidad de las tendencias electorales, como queda patente al comparar esta oleada de JM&A con la anterior (correspondiente al 10 de octubre). En sólo tres semanas –y tras la evaluación de otras siete encuestas en este breve lapso– la evolución de las estimaciones para cada partido es más que notable: el PSOE pierde 22 escaños y casi cinco puntos; C's gana otros 9 diputados con un ascenso de dos puntos; Podemos agrega 5 parlamentarios a su cuenta, pese a sólo crecer tres décimas; y las dos formaciones independentistas catalanas (CDC y ERC) suman 2 señorías más, hasta totalizar 21, al subir su intención de voto en cuatro décimas.

Todo eso indica que los votantes están muy sensibilizados ante la trepidante actualidad política y que, a la vista de que el número de electores indecisos supera los tres millones, esta recta final hasta el 20-D, tanto lo que suceda en el panorama político-social como el desarrollo de la propia campaña electoral, pueden cambiar radicalmente el sentido del voto de los que acudan a las urnas. Una realidad demoscópica imprevisible que se constata desde que comenzó la serie de comicios este año y que ha generado una y otra vez resultados muy diferentes a los vaticinados por los sondeos.

En esta ocasión, además, una gran parte de los que afirman haber decidido su voto cambian de intención muy poco después, generando un tráfico sin precedentes de tránsitos cambiantes entre los votantes de los partidos. Así, de la comparación de las tablas de transferencias actual y anterior se comprueba un inusitado aumento del flujo de votos de IU hacia el PSOE (casi 150.000 más que antes), a pesar de la gran reducción de la tasa de participación prevista y de la tremenda caída del PSOE entre sus propias filas (1.125.000 menos).

También el PP padece esa desafección general de los electores hacia los dos grandes partidos, que en este caso se traduce por la pérdida de 575.000 votantes conservadores más –con respecto a los anteriores cálculos de JM&A–, con lo que el núcleo duro del partido de Rajoy queda reducido a 6,5 millones y se queda sin el 36,6% de los que confiaron en él en las urnas en 2011. Por cierto, un porcentaje de descenso casi idéntico al del desplome del PSOE.

La 'batalla de Catalunya' influye profundamente en el resultado general y explica el meteórico ascenso de C's allí y en muchas comunidades

En cualquier caso, el órdago soberanista catalán ha alterado profundamente todos los cálculos anteriores, puesto que el análisis de JM&A de la evolución del voto por comunidades autonómas –como se puede ver en el gráfico interactivo superior– revela claramente la influencia de la batalla de Catalunya en el panorama general. Para empezar, por el meteórico ascenso de Ciudadanos no solamente en su lugar de origen –donde pasa de 0 a 10 escaños y de no presentarse para las generales a acaparar un 20% de los votos–, sino también en muchas otras comunidades que acogen al recién llegado con los brazos abiertos: en Andalucía supera claramente a Podemos; en Madrid queda en segundo lugar a un solo escaño del PP; en el País Valencià también se alza con el número dos; en Castilla y León obtiene sólo un diputado menos que el PSOE...

Además, el auge soberanista explica asimismo buena parte del hundimiento global del PSOE, que tuvo en Catalunya un auténtico granero de votos y escaños en las anteriores elecciones generales y va camino de estrellarse allí el 20-D, al perder el PSC la mitad de sus diputados catalanes (bajando a 7) y quedarse con un exiguo 13% de los votos, cuando venía de sacar un 45% en 2008 (primero destacado) y un 27% en 2011 (segundo).

Más aún, Rivera no sólo consolida su segundo puesto vapuleando al PSC, sino que le pisa los talones al propio partido de Artur Mas, pues CDC sólo le saca tres décimas a C's (20,4% a 20,1%), a pesar de que la aritmética del sistema electoral les dé una ventaja de tres escaños (13 a 10) a los convergentes. En cuanto al equilibrio de las fuerzas políticas catalanas, pese a la polarización del auge soberanista en la próxima cita de las generales los dos partidos independentistas (CDC y ERC) no sumarán más que uno de cada tres votos válidos (y 21 de los 47 escaños en disputa); los unionistas (C's, PP y PSC) reunirán el 42,5% de los sufragios (pero también 21 diputados); y la confluencia por el derecho a decidir (Podemos e ICV) tendrá un 15,2% (quedándose con sólo 5 parlamentarios).

De todas maneras, también fuera de Catalunya se registrará este fin de la era del bipartidismo y el nacimiento de un juego de tronos a cuatro bandas, que será más ostensible en las comunidades con mayor número de escaños asignados. Por ejemplo, Andalucía, donde se pasará del reparto entre PP (33 escaños, en 2011) y PSOE (25 diputados hace cuatro años), con IU de comparsa (sólo 2), a una verdadera lid multipartidista: 22 (PP), 17 (PSOE), 13 (C's) y 9 (Podemos). Algo similar ocurrirá en Madrid: 11 (PP), 10 (C's), 8 (Podemos) y 6 (PSOE).

Este nueva palestra con cuatro gladiadores en disputa queda claramente de manifiesto en la siguiente tabla completa (clicando en ella se amplía):

Estimación de JM&A para las generales del 20-D comparadas a los resultados de 2008 y 2011.

De todos estos números, algo queda muy claro: la lucha por La Moncloa ya no se disputará exclusivamente entre dos titanes políticos.

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