El “esperpento”, por Ana Pardo de Vera

publicado el 12 de Enero de 2024

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha salido escandalizado de la sesión parlamentaria de este miércoles 10 de enero en el Senado, que hacía las funciones de Congreso por estar éste en obras, como saben.
Núñez Feijóo es una persona de orden, como saben, que viene de gobernar Galicia sólo con su Partido Popular, con mayoría absoluta, durante 13 años. Así que, viendo y viviendo en directo el larguísimo desarrollo del debate y la negociación parlamentaria -algo fallida- de los tres decretos impulsados por el Gobierno de PSOE y Sumar, al ahora presidente del PP nacional le explotó la cabeza y salió de la Cámara Alta, dijo, escandalizado. “¿Pero esto qué es?”, se preguntaba ojiplático y ante la prensa el líder de la oposición. “Esto es un esperpento”, se contestó a sí mismo.
Podría parecer que al expresidente gallego le falta experiencia y que ya se irá acostumbrando a los intensos vaivenes parlamentarios existentes desde que entró en coma el bipartidismo, aunque es verdad que como la jornada infartante del miércoles en el Senado, incluso en sus alrededores, muy pocas se recuerdan.
Ya saben ustedes lo que es un esperpento, el término acuñado por Valle-Inclán en 1920 y que se refiere a la deformación de la realidad que acentúa e incluso lleva a su máxima expresión los rasgos más grotescos de esa realidad. Y claro, a mí que soy una ferviente seguidora de Valle, me ha llamado especialmente la atención que sea Feijóo quien hable de “esperpento” para referirse a otros o, lo que es peor, refiriéndose a todos los demás menos a sus socios de Vox, donde el esperpento, precisamente, alcanza cotas de delirio.
Pero esta vez no vamos a hablar de Vox y de sus esperpénticas Señorías. Vamos a recordarle a Feijóo lo que es un auténtico esperpento y un auténtico hachazo a la libertad de prensa y el derecho a la información de gallegas y gallegos; que lleva ocurriendo en Galicia desde que él es presidente y muy por encima de los niveles ya escandalosos de manipulación y desinformación de su antecesor Manuel Fraga. Hablamos, claro, de la indecencia en la que el PP gallego ha convertido los medios públicos de esta comunidad, con Fraga, con Feijóo y ahora, con Rueda.
El esperpento, señor Feijóo, es hacer pasar en la radio galega a un alto cargo de la Xunta como operario de las misma que recoge pellets contaminantes en las costas de Galicia. El esperpento es llevarse a otros operarios diez minutos a las playas para que los graben las cámaras de la televisión de Galicia y que después se vayan. El esperpento es que los trabajadores de esos mismos medios públicos te monten una huelga por la manipulación informativa que ha hecho la Xunta de la crisis de los pellets, desde sus intentos de esconderla hasta el reparto de culpas a otros que no son el Gobierno de Alfonso Rueda. El esperpento es que un conselleiro del Mar diga en esa televisión pública que la crisis de los pellets no es tan grave porque nadie se come las tripas de los peces cuando los pone en la mesa.
El esperpento, en definitiva, es que trabajadores y trabajadoras de los medios públicos gallegos lleven casi seis años y 300 viernes negros protestando por la okupación salvaje que, como la del Consejo General del Poder Judicial, han hecho de los medios públicos en Galicia. El esperpento, señor Feijóo, y se lo decimos como periodistas y algunas, como gallegas, es que se nos hurte un derecho constitucional como es el de la información, que se manipulen a lo bestia las noticias, que se mienta descaradamente, que se expulse a trabajadores por sus ideas políticas o por intentar ser rigurosos, se les acose, se les humille, se les presione de todas las formas posibles, como confirman decenas de sentencias judiciales. Y todo ello para hacer de los medios públicos gallegos un descarado órgano de propaganda de la Xunta, como el Poder Judicial un salvavidas del PP. Eso sí es el esperpento infinito.