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Sarai Sarroca: "En 2050 Catalunya tendrá un clima mucho más cálido de lo que ahora es habitual"

2022 - Sarai Sarroca, directora del Servei Meteorològic de Catalunya.
Sarai Sarroca, directora del Servei Meteorològic de Catalunya. Cedida

En enero de este año, Sarai Sarroca (Flix, 1982) se convirtió en la primera mujer en dirigir el Servei Meteorològic de Catalunya (SMC), un organismo histórico creado hace más de un siglo, aunque vivió una larga pausa que se prolongó durante seis décadas después de ser suprimido por la dictadura franquista. Licenciada en Geografía y Máster en Meteorología por la Universitat de Barcelona, Sarroca acumulaba una larga trayectoria en medios de comunicación -15 años en Betevé- antes de llegar al cargo.

Hablamos con ella sobre cómo el cambio climático está impactando en Catalunya, con una marcada aceleración del incremento de temperaturas, que está convirtiendo en cotidianas las noches tórridas -por encima de los 25 grados- y provocando la aparición de nuevos fenómenos como las noches en los que el termómetro no baja de los 30 grados. Decepcionada con las medidas insuficientes que se adoptan en las COP -las cumbres del clima, ve necesario que se den pasos más valientes de aquí al 2030 para evitar las peores consecuencias de un cambio climático que, reitera, ya está aquí y al que debemos adaptarnos.

Pese a algunas excepciones, de mayo a octubre Catalunya ha encadenado seis meses mayoritariamente secos y con temperaturas muy elevadas, de récord histórico o casi en numerosas zonas. ¿Es algo excepcional o con la evolución de los últimos años será la nueva normalidad?

"Estos últimos meses [de calor] que ahora nos parecen excepcionales no lo serán en los próximos años"

Efectivamente, llevamos unos meses bastante complicados a nivel climatológico y hay quienes creen que son una oportunidad que debemos aprovechar para concienciarnos y ver cuál es el futuro que nos espera. Todo parece indicar que estos últimos meses que ahora nos parecen excepcionales no lo serán en los próximos años. Y es verdad que estamos pagando sus consecuencias y una muestra es la sequía, en la que ya estamos en alerta por sequía en muchas cuencas y en muchas comarcas. Si no lloviera en los próximos meses, que prevemos que no será el caso, muy probablemente encararíamos un 2023 muy complicado.

Por tanto, ¿a corto plazo lloverá y se paliará la situación de sequía?

Al menos, pararemos el golpe. Todo parece indicar que será un invierno frío y con posibilidades de que se formen algunas ciclogénesis en el Mediterráneo, aunque en Europa en su conjunto será seco. Llevamos tres años de episodios de La Niña, que suele comportar inviernos muy secos en Europa, pero por el contrario en el arco Mediterráneo se suele registrar un volumen de lluvias superior a la media, precisamente porque en el Mediterráneo sí se pueden formar algunas perturbaciones que podrían desencadenar precipitaciones en los próximos meses. Sin embargo, el invierno no es la estación más lluviosa en nuestro país y a poco que llueva ya podríamos superar la media climática. Y, por tanto, prevemos detener el golpe en los próximos meses. A principios de 2023 podría haber cierta actividad meteorológica, pero probablemente no será suficiente para paliar tantos y tantos meses secos que llevamos acumulados.

Hablamos de anomalías térmicas de tres o cuatro grados de temperatura por encima de la media, en Barcelona se han encadenado seis meses con una temperatura media por encima de los 20 grados, algo inédito. ¿El calentamiento se está acelerando?

Sí, así es. Durante los últimos años se ha acelerado de forma muy acusada y de ahí que desde el Departament d'Acció Climàtica se esté trabajando en medidas más paliativas, sobre todo en niveles de contaminación y calidad del aire.

Según los propios datos del Servei Meteorològic de Catalunya, el incremento de temperaturas se produce durante todo el año, pero es más acusado en verano. ¿Por qué?

Probablemente porque existe menos actividad convectiva. Durante el verano lo que solía ocurrir es que durante el día se iba acumulando el calor, pero después a media tarde, fruto del mismo calor, se generaban nubes convectivas y de ahí se podían desencadenar algunas lluvias, pero eso no está ocurriendo. Al igual que también estamos teniendo muchas afecciones del sur, que nos aportan mucho aire cálido y mucho polvo en suspensión. Antes no existían tantos episodios continuados de estas irrupciones saharianas que facilitan mucho el ascenso de la temperatura a todos los niveles de la atmósfera y tanto de día como de noche.

"Estamos valorando la posibilidad de hacer avisos de temperatura nocturna"

El ascenso marcado de la temperatura sobre todo viene condicionado por el incremento de la nocturna y, en este sentido, desde el Servei Meteorològic de Catalunya estamos valorando la posibilidad de hacer avisos de temperatura nocturna. Hasta ahora solo hacíamos avisos de calor durante el día, pero creo que empieza a ser urgente avisar también de la posibilidad de noches con temperaturas con las que se duerme muy mal, que serían noches con temperaturas superiores a los 25 grados. Hasta ahora para nosotros un umbral de temperatura tropical [noches a partir de los 20 grados] ya era importante, pero debido al cambio climático ya no hablamos tanto de tropicales, sino de noches tórridas, que son las noches con temperaturas superiores a los 25 grados.

De hecho, creo que en Barcelona ciudad, al menos en la estación del Raval, más de la mitad de noches del verano fueron noches tórridas.

Sí, correcto. En este sentido estamos trabajando conjuntamente con Protección Civil y con Salut para cambiar los umbrales para hacer más o menos avisos. Ahora para realizar un aviso de previsión de calor nos basamos en el umbral que se estableció en el último Atles Climàtic de Catalunya, que comprende los años entre 1960 y 1990 y el clima ha cambiado desde entonces. En 2023 sacaremos el nuevo Atles Climàtic, que comprende los años entre 1990 y 2020, y las medias climáticas y pluviométricas habrán cambiado y los nuevos avisos irán en función de las nuevas medias. En este sentido, prevemos hacer menos avisos que este pasado verano, cuando estábamos alertando prácticamente cada día por avisos de calor. Realmente hacía calor, pero quizás ya no era una noticia excepcional.

Ahora bien, a pesar de dejar de ser excepcional porque se convierte casi en la rutina, este calor tan elevado tiene efectos en la salud de las personas y aumenta el riesgo de incendio, entre otros efectos.

"El cambio climático ya está aquí y debemos seguir adaptándonos, porque si no tenemos las de perder"

Sí, de hecho, los cambios están presentes en nuestro día a día y prácticamente no nos damos cuenta. Recientemente los observadores fenológicos de nuestra red del Servei Meteorològic nos explicaban que en noviembre ha habido la segunda floración de algunas especies concretas. Esto está ocurriendo. Nuestro clima, nuestro paisaje y nosotros mismos nos estamos adaptando a las nuevas circunstancias meteorológicas y a lo largo de los próximos años seguiremos haciéndolo, porque continuarán habiendo cambios. El cambio climático ya está aquí y debemos seguir adaptándonos, porque si no tenemos las de perder.

El Mediterráneo es uno de los 'hotspot', uno de los puntos críticos del cambio climático, porque sufre un calentamiento superior a la media global. Pero en un territorio con tantas diferencias geográficas como Catalunya, ¿cuáles son las zonas que más están sufriendo estos cambios?

Si hablamos de los últimos meses en los que se está sufriendo más la sequía es en toda la zona del Moianès, del litoral central y norte y también en algunos puntos de la Catalunya Central. Por el contrario, no te diré que haya sido lluvioso, pero en la zona de la vertiente norte del Pirineo ha habido una lluvia relativamente normal y en la zona dels Ports también. Aquí el impacto de la sequía no ha sido importante y la lluvia ha sido relativamente equiparable a la media, pero en el resto ha sido muy inferior. En los próximos años, sobre todo el litoral se verá muy afectado por el ascenso del nivel del mar, mientras que en el Pirineo las temperaturas subirán de forma muy remarcable.

Con la lluvia, la previsión es que no haya una disminución importante, pero sí que ésta será más irregular y con el incremento del calor habrá más evaporación y, por tanto, sufriremos un déficit hídrico.

Sí, pero en épocas concretas. Lo que debemos hacer es aprender a gestionarlo de otra manera. Estábamos acostumbrados a tener unos registros pluviométricos que nos servían para todo un año, que caían bien en primavera o en otoño, y ahora esto no está pasando; podemos encontrarnos con un temporal Gloria o un temporal Filomena en enero que te aportan agua para dos años. En los últimos dos años hemos vivido de estos dos temporales, pero ya nos hemos bebido toda esta agua y como en este tiempo no ha llovido nos estamos quedando con los embalses vacíos. Debemos prepararnos para ello, para saber gestionar estos episodios que serán cada vez más frecuentes y nos aportarán agua por muchos y muchos meses, porque es muy probable que pasados estos episodios venga una sequía. Y, en promedio, las sequías suelen durar unos dos años.

¿Aprender a gestionar el cambio en el régimen de lluvias implica adaptar el uso que hacemos del agua y, por tanto, quizás prescindir de algunos usos y buscar consumos más sostenibles a nivel industrial o agrícola?

Lo que se está trabajando desde el Departament está más encarado a hablar de aguas regeneradas, si es necesario ampliar alguna desalinizadora, a mejorar el sistema de riego de algunas comarcas o algunas cuencas, a mirar la salud de los acuíferos, imagino que va más por ahí.

¿Habrá menos nieve en el Pirineo?

Habrá menos en la nieve en el Pirineo, de hecho, ya hay menos. Lo más fácil es hacerlo, porque la temperatura todavía se mantiene dentro de los umbrales de poder hacer nieve a través de los cañones. Puede haber todavía años en los que la nieve acumulada sea importante, pero cada vez serán menos.

Por tanto, ¿actividades como el esquí deberían replantearse?

Bueno, de hecho creo que las estaciones de esquí llevan años replanteándose y ahora ofrecen más actividades lúdicas fuera del esquí, porque ya llevamos tres informes de cambio climático en Catalunya que anunciaban esta previsión. Creo que las estaciones ya han hecho el trabajo, porque para sobrevivir no solo pueden basarse en la actividad que generan en la época de nieve, sino que realizan actividades durante todo el año y más encaradas a un público más familiar, más lúdico-festivo y no solo ligadas a este deporte.

¿Qué valoración hace de los resultados de la COP27? No sé si como científica siente cierta impotencia, porque se acumulan décadas de conocimiento, informes y advertencias sobre las consecuencias del cambio climático, pero las medidas que se aprueban siempre quedan cortas.

"Llevamos ya bastantes COP en los que se ha llegado a acuerdos bastante flojos"

Sí, tienes razón, es decepcionante. Llevamos ya bastantes COP en los que se ha llegado a acuerdos bastante flojos y el tema es que por mucho que unos pocos se pongan de acuerdo, si no es una globalidad, porque de mundo solo tenemos uno, no haremos nada. Y quienes suelen no estar de acuerdo son los que generan más emisiones y, entonces, existe un problema de base. Se dan pequeños pasos, pero son demasiado pequeños para la urgencia del actual contexto de cambio climático. Por tanto, quizás sí que habría que replantear ciertas cosas o avanzarlas más

¿Seguramente a nivel de conciencia y conocimiento ya no se cuestiona el cambio climático, por tanto, estas resistencias a que cree que responden? ¿A intereses porque las medidas necesarias implican cuestionar el actual modelo económico?

A intereses políticos y económicos. A todo lo que genera un cambio en la gestión económica de estos países que les cuesta más sumarse a los acuerdos.

¿Nos queda mucho tiempo para evitar las peores consecuencias del cambio climático?

Para mí llegar al 2030 con el trabajo realizado sería bastante importante, y de ahí todos los ODS [Objetivos de Desarrollo Sostenible] y la Agenda 2030. Todo lo que no hagamos hasta entonces, creo que lo vamos a pagar caro. Esto implica medidas ya, pero piensa que la Ley de cambio climático que se aprobó en el Parlament de Catalunya es de 2017 y todavía se está desplegando ahora. Vamos tarde.

¿Cómo imaginar el clima de Catalunya en el año 2050?

El año 2050 probablemente será como este verano pasado, es decir, así de grave y quiero pensar que el resto del año tendrá cierto dinamismo, porque este año ha sido pésimo y no lo hemos tenido. Este otoño hemos perdido una ventana de oportunidad para paliar la sequía. El otoño es la época en la que más llueve y veníamos con unas condiciones que parecían propicias para generar lluvias, como un mar bastante caliente, pero si no nos llegaban perturbaciones nos faltaban elementos para generarlas. Quiero pensar que en 2050 el verano será extremadamente cálido y seco, como el de 2022, pero que nos llegarán más perturbaciones que este año, pero en conjunto hablaremos de un año mucho más cálido de lo que es habitual.

¿Superar los 40 grados en las zonas metropolitanas será relativamente cotidiano?

Puede, sí. En cierto nivel de meteorólogos freaks en verano ya hacemos porras de donde de España se registrarán los 50 grados, que todavía no ha pasado pero creo que está al caer. En Sevilla, Córdoba, Murcia o Extremadura podrían llegar a los 50 grados el próximo verano.

Este incremento de temperatura implica cambios en el paisaje, con especies que desaparecen y otras que deben adaptarse y aparecen en cotas más elevadas.

Y cambios en el consumo energético, que también es importante, porque la gente querrá refrigerarse inevitablemente, porque con esa temperatura no habrá otra. Necesitaremos más neveras, más aires acondicionados y ¿todo esto podemos asumirlo? Hay que replanteárselo, porque genera más emisiones.

Una de las consecuencias del cambio climático es que los fenómenos extremos van a ser más habituales. ¿Nos podemos encontrar con fenómenos hasta ahora inéditos en Catalunya?

Sí, puede ocurrir. Una prueba es que nosotros tenemos una relación directa con el Termcat, el organismo de la Generalitat que pone nombre catalán a las cosas, y a veces les hacemos consultas o nos las hacen porque utilizamos términos de origen inglés, porque son fenómenos que se producen en Estados Unidos pero ya se han encontrado casos aquí. Y la duda es si utilizamos el nombre en inglés o ya lo adaptamos. Por ejemplo, últimamente hablábamos de meter nombre a temperaturas nocturnas superiores a los 30 grados y se ha optado por nits roents [en castellano, la Aemet ha optado por noches infernales]. Pasamos de la tropical a la tórrida y de aquí a las infernales, de las que en Barcelona ya hemos tenido.

También hemos empezado a hablar de las nubes homogenitus, es decir, con origen antrópico, que se han empezado a observar desde hace pocos años. Por ejemplo, la típica nube que se observa sobre la térmica del Besòs, que en sí no es contaminante, pero sin el aporte de vapor de agua fruto de la actividad de esta industria no se formaría. Empezamos a encontrarnos con muchas nubes de este tipo, de origen antrópico, que aparecen en muchos puntos del territorio. En sí no son nocivos, pero sí que pueden tener cierta incidencia en la cantidad de radiación solar que pueda llegar a la superficie, hacen que llegue menos. Hay pocos estudios al respecto y hace relativamente pocos años que tenemos datos, sobre cuándo y cómo se forman y una vez tengamos una recopilación de datos más importantes podremos realizar estudios más robustos.

Cuando fue nombrada directora del SMC, se hizo hincapié en la voluntad del organismo de convertirse en una herramienta que aporte datos y previsiones sobre los efectos del cambio climático. ¿Cómo trabajan en este ámbito?

En el Servei Meteorològic de Catalunya nos organizamos por áreas. Una es la de previsión y vigilancia, que seguramente es la más conocida porque es la que realiza la lectura de los mapas del día a día, la previsión del tiempo y los avisos a Protección Civil. Otra es la de TIC, que es muy valiosa porque nos ayuda a seguir haciendo funcionar los modelos meteorológicos, que tenemos 12, y sin su trabajo no podríamos hacer correr estos modelos y tener las previsiones actualizadas. Luego existe un área de modelización, que es la encargada de crear nuevos productos mediante estos modelos meteorológicos, y después está el área de SOM, que lleva todos los sistemas de observación meteorológica. Y, finalmente, está la parte de clima, que es la que hace un análisis de los datos que tenemos, los pone en contexto histórico y realiza proyecciones climáticas. Tenemos datos desde 1906 y podemos decir hasta qué punto las nuevas son importantes y relevantes y están en el contexto de cambio climático o no. Pero nosotros no tomamos medidas que puedan trasladarse a la población directamente, esto depende de la Oficina de Cambio Climático, nosotros simplemente analizamos los datos y los trasladamos.

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