Público
Público

El juez ve "penalmente irrelevante" la llamada del interventor al maquinista

Aunque la considera 'desafortunada por el lugar o momento en que se hizo', el instructor cree que la actuación de Marugán fue 'correcta'

PÚBLICO / AGENCIAS

El titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Santiago, Luis Aláez, que instruye el caso del accidente del Alvia en Santiago la semana pasada, considera que la actuación del interventor del tren que descarriló el 24 de julio en Santiago de Compostela, Antonio Martín Marugán, 'en principio se presenta correcta, ajustada a los procedimientos del operador y a las prácticas del sector'.

Así lo recoge en un auto, por el que cita al interventor a declarar en calidad de testigo este viernes, en el que argumenta el juez que 'la consulta al maquinista para saber si el tren podía circular por una determinada vía es algo normal —como el maquinista vino a admitir en su segunda declaración— y no es causa del descarrilamiento que sufrió el tren, aunque se considere desafortunada por el lugar o momento en que se hizo', señala el auto.

Sin embargo, Aláez considera la llamada 'desafortunada por el lugar o momento en que se hizo', aunque ello le parece 'insuficiente' para atribuirle al interventor una imprudencia con relevancia penal por el accidente, que parece tener su causa 'en la inapropiada e imprevisible conducción del maquinista'. 'La llamada, en la terminología clásica, culpa levissima, si existe,  resulta penalmente irrelevante'.

Así que el interventor puede estar tranquilo, pese a haber omitido la llamada al maquinista del Alvia en su declaración policial. Según contó a efe, 'estaba muy aturdido. Mi cabeza estaba llena de imágenes terribles. No era trascendental para el accidente. En ningún momento quise ocultar la conversación, y estoy convencido de que Garzón [el maquinista] tampoco'.

Lo dijo porque Francisco Garzón Amo, el maquinista, no la mencionó al prestar testimonio el pasado domingo ante el juez instructor Luis Aláez. Sólo ayer Garzón reconoció que la llamada era del interventor. Del contenido del diálogo, que duró dos minutos, Marugán dijo que su única intención era facilitar la bajada de una familia con hijos en Pontedeume, localidad situada a unos 15 kilómetros de Ferrol, el destino final de ese Alvia que había salido de Madrid.

De la existencia de esta comunicación se supo con el desprecinto y volcado de las cajas negras y se efectuó entre teléfonos corporativos. El de Garzón Amo se extravió. El tráfico de llamadas, recibido por la policía y entregado al juez, resultaba crucial para el instructor, que ordenó un rastreo al conocer la pérdida del teléfono profesional de Garzón Amo.

A partir de los datos de las cajas negras, instantes antes del accidente el tren circulaba a 192 kilómetros por hora y tras la activación de un freno por parte del maquinista, el Alvia finalmente impactó contra el muro de hormigón tras pasar la curva de A Grandeira, a 153 kilómetros por hora en un lugar en el que el libro de ruta indica que no se puede ir a más de 80.

Este jueves se han incorporado al juzgado número tres de Santiago una juez de refuerzo, un secretario y seis funcionarios.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias