El golpe de efecto que tuvo Esperanza Aguirre al anunciar en plena precampaña que abriría el primer colegio público catalán de Madrid lleva camino de materializarse. Las familias que quieran que sus hijos reciban una enseñanza en esa lengua tendrán de plazo del 26 de marzo al 15 de abril para solicitar una plaza en el ‘Presidente Tarradellas', que el próximo curso sustituirá al ‘San Mateo', un céntrico instituto que sólo recibió una inscripción para 2008-2009.

Aquella promesa de la presidenta tenía como principal misión afear a los nacionalistas que en Catalunya no se pueda estudiar en castellano mientras que en Madrid los niños catalanes sí pueden recibir una educación en su lengua.

En Madrid residen entre 80.000 y 100.000 familias catalanas. Al margen de donde vivan, podrán optar a llevar a sus hijos al ‘Presidente Tarradellas', con una oferta para Infantil a partir de los tres años y para Primaria de 1º a 6º curso. Habrá clases en castellano, pero la mayoría de las clases serán en catalán. Lo que no está claro todavía es si los niños que quieran estudiar allí tendrán que superar un examen.

El ‘Instituto San Mateo' tiene capacidad para más de 620 alumnos, pero transformarlo en el primer colegio catalán de Madrid no será posible a menos que los padres presenten un número "decente" de inscripciones, es decir, al menos diez por curso.

"Es una aberración total. Manda quien manda, pero yo no lo cerraría", explicó ayer a Público Rafael Galván, director del ‘San Mateo', partidario de que el instituto no cambie de manos ni de que los profesores tengan que buscar otro centro en el que trabajar.