Este artículo se publicó hace 16 años.
Aisa, castigada sin cotizar por el varapalo de los auditores
No avalan las cuentas de la promotora por rozar la suspensión de pagos
Inversiones poco claras en Alhaurín de la Torre, una compra cancelada, una demanda de Cosmani (una inmobiliaria en suspensión de pagos) y el riesgo de no poder abonar la deuda a los bancos. Este rosario de incertidumbres sobre las cuentas de la promotora Aisa en 2007 han forzado a la auditora BDO Audiberia a negarse a valorar y avalar los datos. Esta sorprendente decisión alarmó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que suspendió la cotización en bolsa de Aisa después del
cierre del mercado.
El informe no tiene desperdicio y supone un duro varapalo para la empresa, que está pendiente de que un juzgado de Barcelona decida si debe suspender pagos. Así lo solicitó la aseguradora Asefa el pasado 12 de abril porque la inmobiliaria le debe 1,3 millones de euros. Aisa lo recurrió y ahora está a la espera de la segunda vista el
próximo 10 de junio.
La auditoría refleja una salvedad sobre las cuentas del grupo, ya que considera que debería sumar 1,7 millones a las pérdidas de 138 millones de 2007, puesto que no ha contabilizado siete millones perdidos por cancelar la compra de un edificio de 40 millones a la inmobiliaria Nozar, accionista de Aisa, con un 6%.
Uno de los riesgos importantes que refleja el informe es que las entidades financieras que han prestado a Aisa 523 millones decidan exigirle más pagos por anticipado. Ya se han dado algunas deudas vencidas e impagadas que se “están renegociando”, según el informe de la auditora, fechado el pasado 28 de abril.
La “capacidad” de la empresa para continuar funcionando “dependerá de la decisión judicial definitiva”, advierte el informe. Pero también apunta a dos inversiones de 18 y cinco millones, de las que la auditora no tiene “información suficiente”. La más cuantiosa corresponde a una operación inmobiliaria en Alhaurín de la Torre y en Málaga con la inmobiliaria Promobarna 2000, accionista de Aisa (tiene un 13%) y también de la aerolínea Gadair, que ha tanteado la compra de Spanair. El propio presidente de Aisa, Genís Marfà, al que Aisa debe dinero, ha retirado a su empresa Star Capital de este negocio.Atrapada en suelo rústico.
La espiral de las recalificaciones de suelo rústico también ha hecho mella en Aisa, que ha tenido que hacer una provisión de 53 millones porque sus solares, cuyo desarrollo depende “altamente de una gestión activa con las administraciones públicas”, se han depreciado. Y esto ha producido que varias filiales tengan “fondos propios negativos”.
A esto se une que Aisa debe 100 millones de euros a algunas de sus divisiones, entre ellas la constructora, Aldabea, y también a Interlaken, de compraventa de fincas.
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